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Llenan Zócalo para defender democracia
El exconsejero del INE insistió que la idea es que jueces respondan a un partido.
“Fue-ra-Ló-pez, fue-ra-Ló-pez…”, corearon los miles de asistentes a la “Marcha por nuestra democracia”, convocada por organizaciones de la sociedad civil, que se concentraron en el zócalo de la Ciudad de México, en respuesta a las arengas del orador.
“Nos pasamos más de 40 años construyendo una escalera cada vez más sólida, más robusta, más firme para que quien tuviera los votos pudiera acceder al primer piso y hoy desde el poder quien llegó a ese primer piso por la libre voluntad de la ciudadanía pretende destruir esa escalera para que nadie más pueda transitarla”, acababan de escuchar de boca de Lorenzo Córdova, único orador.
Aplausos y sonidos de tambores y matracas dispensaron los presentes al expresidente del Instituto Nacional Electoral (INE).
Sin mencionar nombres, Córdova dijo:
"No se vale destruir las condiciones, las reglas, los procedimientos y a las autoridades que nos han permitido la renovación pacífica del poder y la posibilidad de tener un altísimo nivel de alternancias en los gobiernos”, ni “exigir reglas de equidad y condiciones justas en la competencia política siendo oposición y violarlas sistemáticamente siendo gobierno”.
Desde su perspectiva, “esa deslealtad hoy pone en peligro nuestra democracia”.
El paquete de iniciativas que se volvió a presentar ante el Congreso de la Unión hace unos días, afirmó en referencia a la veintena de reformas a la Constitución y leyes secundarias promovidas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, “buscan destruir el INE”.
“No se quiere a un árbitro imparcial, se quiere a un árbitro que responda a los intereses de la mayoría del momento y eso no podemos ni vamos a permitirlo”, advirtió el exfuncionario a escasos tres meses y medio de los comicios federal y locales del próximo 2 de junio para elegir Presidente de la República y nueve gobernadores, 500 diputados federales y 128 senadores, entre poco más de 20,000 cargos en disputa, porque “perder al INE es perder la principal garantía para tener elecciones libres y volver a la época del control del gobierno sobre los comicios”.
En riesgo, la Constitución
Además de la democracia, detalló, también están en riesgo sus instituciones y la Constitución.
Aclaró que no está defendiendo el inmovilismo ni impidiendo el cambio.
“Hay muchas cosas que pueden y deben mejorarse, pero eso no implica que con ese pretexto se quiera echar por la borda lo que hemos conquistado.
Hay quien dice que ‘las instituciones sí se tocan’. Claro que sí, claro que sí, pero solo si es para mejorarlas. Si lo que se quiere es desmantelarlas, destazarlas o capturarlas, lo decimos fuerte y claro: si es para eso, claro que no se tocan”.
La sociedad no permitirá que así suceda, agregó, “porque sería robarnos nuestra esperanza de futuro para pretender regresarnos a un pasado autoritario que con mucho esfuerzo dejamos atrás”.
Córdova insistió en que en México la democracia está en riesgo porque “estamos frente a un proyecto de restauración autoritaria que quiere regresarnos a las épocas de un partido hegemónico —en clara referencia al PRI— que pretende revertir muchas de las conquistas democráticas que se han conseguido y que fueron precisamente las que les permitieron llegar al poder”.
No son “especulaciones o falsas alarmas; ahí están las iniciativas para demostrarlo”, reiteró en alusión a los cambios constitucionales y legales propuestos por el mandatario mexicano.
“Se busca que las elecciones sean organizadas y la justicia impartida por funcionarios y jueces electos con el apoyo del partido mayoritario. Se busca, pues, a jueces que respondan a un partido.
Se busca desaparecer a los órganos autónomos para que sus estructuras sean absorbidas enteramente por el gobierno; es decir, lo que se pretende es desaparecer su autonomía para que las tareas vuelvan al Ejecutivo, tal como ocurría hace 30 años cuando la realizaba una Presidencia centralizadora y autoritaria, y también se busca imponer una idea de Constitución en donde solo tienen cabida ciertas ideas y posturas”.
De ahí que convocó a los presentes a no quedarse de brazos cruzados.
“Por eso estamos aquí y volveremos cada vez que sea necesario para levantar la voz y decir: si es para desmantelarla, la democracia ¡no se toca!”, refrendó y pidió a quienes le escuchaban asumir “que el futuro de nuestra democracia está en nuestras manos”.
La Plaza de la Constitución lució repleta; la organización Unidos reportó, vía la red social X, la asistencia de “más de 700,000 personas sólo en el zócalo” capitalino.