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Política

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México, incoherente en su política de extradición de narcos

Mientras que el gobierno mexicano envió a otros capos a EU, al Chapo se resistían a extraditarlo. Primero debe cumplir su pena en México y luego –en 300 o 400 años– lo envío a EU , dijo en enero pasado el ex procurador Murillo Karam.

La reciente fuga del narcotraficante más famoso del mundo, Joaquín Guzmán, El Chapo, ha puesto de manifiesto la incoherente política de México con respecto a la extradición de sospechosos de narcotráfico a Estados Unidos, exhibe David Gagne, de la Fundación InSight Crime.

La fuga de Guzmán de una prisión de máxima seguridad estuvo precedida por la disputa entre funcionarios de Estados Unidos y México sobre su extradición, iniciada desde de su captura, ocurrida en febrero del 2014.

La procuradora general de la República, Arely Gómez, informó a la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional que el gobierno estadounidense entregó el 25 de junio la solicitud de extradición, semanas antes de su fuga.

El gobierno mexicano no había dado muestras de querer enviar al jefe del Cártel de Sinaloa para que enfrentara sus cargos en Estados Unidos. En enero, el entonces procurador general de México, Jesús Murillo Karam, dijo: El Chapo se tiene que quedar aquí a cumplir su condena y después lo extradito (...), en unos 300 o 400 años, falta mucho .

David Gagne indica que la fuga del Chapo ha llamado la atención sobre la incapacidad de México para establecer un manejo coherente con dicho acuerdo, especialmente porque se trata de la extradición de capos de la droga requeridos por EU.

De hecho, argumenta el investigador, El Chapo es sólo uno de los muchos narcotraficantes que deben ser enviados a Estados Unidos para enfrentar cargos relacionados con el tráfico de drogas, mientras que otros violadores de la ley del país vecino del norte ya han sido extraditados.

El analista destaca que mientras el gobierno mexicano extraditó al hermano e hijo de Ismael Zambada, también líder del Cártel de Sinaloa, no fue aprobado así el envío de su socio, El Chapo.

También, el gobierno mexicano extraditó al líder del Cártel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén, a EU, pero su antecesor, Jorge Eduardo Costilla Sánchez, lleva tres años en una cárcel mexicana.

Gagne recuerda que la pugna por la extradición entre México y Estados Unidos data de 1980, cuando miembros del Cártel de Guadalajara secuestraron, torturaron y asesinaron a Enrique Camarena, agente secreto de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos. A pesar de las acusaciones de EU contra 22 personas, el caso no terminó en extradición.

A raíz de esta frustración, Estados Unidos tomó medidas por cuenta propia, ejecutando varias de las denominadas entregas extraordinarias . Una de ellas ocurrió en 1990, cuando delegados de EU atraparon al mexicano Humberto Álvarez Machaín en México y lo enviaron a Estados Unidos, violando claramente el tratado de extradición. El gobierno nacional envió tres notas diplomáticas sobre el incidente, y Álvarez Machaín y sus abogados libraron una batalla para invalidar su caso porque su captura violó el tratado de extradición.

Luego de este incidente, las extradiciones cesaron y México logró añadir una nueva disposición al tratado con EU, para prohibir los secuestros transfronterizos .

La persecución masiva para capturar al Chapo ya está en marcha, pero restaurar las relaciones entre México y Estados Unidos en lo que se refiere a la extradición puede ser un proceso mucho más largo y complicado , consideró el analista.

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