Necesario reconocer derechos laborales de trabajadores de la salud: Edith Olivares de Amnistía Internacional

Está muy bien que les hagamos un reconocimiento al personal de salud que lucha contra la pandemia de Covid-19, pero tiene que pasar por el reconocimiento de sus derechos laborales, afirmó la jefa de la Unidad de Derechos Humanos de Amnistía Internacional México, Edith Olivares Ferreto.

En entrevista, expuso que, en diferente medida, a lo largo del territorio nacional, no se están respetando los derechos laborales de esos trabajadores.

De las cosas que documentamos en México, es que hay personal de la salud al que no se le provee de equipo de protección personal completo”, indicó.

Comentó que en el informe “Expuesto, acallado y atacado”, de Amnistía Internacional México (disponible en https://amnistia.org.mx o vía https://bit.ly/2Zn24HK), se documenta que personal médico tiene que comprar su propio insumo de protección para atender a pacientes Covid.

En el documento se señala que el personal sanitario y los trabajadores y trabajadoras esenciales han tenido que recurrir a diversos medios para protegerse, lo que ha puesto en peligro su salud y su seguridad. 

Una médica que trabajaba en Ciudad de México dijo a esa organización: “tuvimos que invertir aproximadamente el 12% de nuestro salario mensual para comprar los trajes, más la careta, los lentes, los goggles”.

La organización denunció también que las personas encargadas de la limpieza en los hospitales de México son especialmente vulnerables a la infección. Muchas de ellas están subcontratadas, lo que significa que tienen menos protección. 

Concretamente citó el caso una persona solo identificada como “Don Alejandro”, de 70 años de edad, quien trabaja limpiando instalaciones de hospitales del ISSSTE en la Ciudad de México. 

Ese hombre dijo a Amnistía Internacional que solicitó su reasignación a zonas administrativas, debido a su perfil de riesgo ante el Covid-19, precisó que su empleador accedió a esa solicitud, pero redujo sus ingresos en aproximadamente un 16 por ciento.

Una de las recomendaciones de Amnistía Internacional México es no escatimar recursos para brindar seguridad a los trabajadores de la salud.

Amnistía Internacional hizo un llamado a no aplicar políticas de austeridad para el sector, mucho menos para el personal.

“Si queremos encaminarnos reconocer el trabajo de las personas que hoy nos están salvando, la mejor manera que pueden hacer los estados es aplicando recursos suficientes para garantizarles un derecho que no es como brindar premios. No es un premio, es un derecho que tiene el personal de la salud a tener el equipo de protección para evitar el contagio”, abundó.

Desde su perspectiva, en México necesitamos un sistema de salud fuerte, que garantice los derechos de los empleados y eso implica recursos. Eso es una inversión en la garantía de derecho de las personas.

Por otra parte, dijo que México es una de las naciones en donde el personal de salud está más mal pagado del mundo.

Eso los coloca en una situación de precariedad ante una posible enfermedad o saturación de servicios, lo cual se suma al hecho de que México es el país en donde más personal médico en el frente Covid muere.

El 3 de septiembre pasado, Amnistía Internacional México actualizó un informe sobre la muerte en el mundo de personal médico que trabaja atendiendo pacientes Covid.

Según ese documento, México registra 1,320 de los 7,000 profesionales de la salud muertos por contraer la enfermedad a la que atacaban.

En esa ocasión, Steve Cockburn, director de Justicia Económica y Social de Amnistía Internacional declaró: “Tras muchos meses de pandemia, las personas trabajadoras de la salud siguen muriendo a un ritmo espantoso en países como México, Brasil y Estados Unidos, mientras que la rápida propagación de las infecciones en Sudáfrica y la India demuestra la necesidad de que todos los Estados tomen medidas.

Olivares Ferreto comentó que en el caso de México para el 13 de mayo habían muerto 111 trabajadores de la salud y para el 25 de agosto habían muerto 1,320.

Es decir, entre mediados de mayo y finales de agosto, murieron más de 1,200 más trabajadores de la salud.

diego.badillo@eleconomista.mx

kg