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Oposición será saludable contra restauración
Especialistas se reunieron en El Colegio de México a reflexionar sobre el proceso electoral y coincidieron en que el reto del PRI, si se confirma su triunfo, será poner a prueba su capacidad negociadora para sacar reformas torales.
De confirmarse las tendencias que le dan el triunfo a Enrique Peña Nieto, el reto del PRI será poner a prueba su capacidad negociadora y establecer alianzas con la oposición, si quiere sacar a flote las reformas torales que requiere el país, coincidieron expertos.
El PRI solo, como partido, no podrá sacar adelante una reforma, lo que podrá suponer necesariamente la participación del resto de los partidos en un trabajo legislativo y de pacificación nacional , opinó el académico Rogelio Hernández.
Durante el Seminario 2012 año de elecciones, año de reflexiones con el tema Análisis de los resultados, Roger Bartra, académico de la UNAM, destacó que la restauración no significa el retorno y el peso de la oposición producirá un efecto saludable.
Mencionó que parte del triunfo del tricolor se debió a que el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, no logró reflejar una imagen de estadista moderno e inteligente, además no pudo consolidar un partido fuerte. Andrés Manuel prefirió consolidar a Morena en lugar de los partidos de izquierda y eso fue suicida, menospreció a los partidos, fue una equivocación en tiempos electorales , añadió.
En contraposición, Sergio Aguayo Quezada mencionó que la ciudadanía duda de la limpieza de estas elecciones, ya que la compra de votos se hizo con tal cinismo y con una pasividad de actuación de la autoridad electoral.
Aguayo cuestionó el cómo Peña Nieto pretende gobernar al país: Lo hará con la visión que tuvo del Estado de México. Los capitalinos son más críticos y exigentes con la democracia que los mexiquenses. Hay un choque de dos culturas políticas diferentes. Peña gobernará de la manera que sabe, del PRI atrasado, ése tal vez sea su impulso .
Rogelio Hernández comentó que tampoco se vislumbra que los gobernadores panistas se subordinen al nuevo gobierno, no lo harán los mandatarios priístas, dado que ellos no le deben su puesto a Enrique Peña Nieto, todo lo contrario, Peña Nieto tendrá que reconocer que muchos de los votos obtenidos en la campaña se deben a los estados y en ellos la operación de los gobernadores es esencial .
Por su parte, Lorenzo Meyer afirmó que la naturaleza del Revolucionario Institucional no ha cambiado, como sí lo ha hecho la sociedad civil, por ello la sociedad mexicana tiene el derecho y la obligación de desconfiar del PRI, por su pasado y lo que haga tras el triunfo de Peña Nieto.
veronica.macias@eleconomista.mx