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Política

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PRD, un partido en picada

El Partido de la Revolución Democrática pasó a tercera fuerza en la Cámara de Diputados, lo que avivó ataques entre las tribus internas.

La izquierda mexicana, que estuvo a punto de ganar la presidencia hace tres años, sufrió un duro tropiezo en las elecciones legislativas al perder cerca de la mitad de sus asientos en la Cámara de Diputados, lo que profundizó su crisis y división interna.

El Partido de la Revolución Democrática (PRD), la principal fuerza de izquierda en el país, pasó de segundo a tercer lugar en la Cámara baja, donde tendrá 72 curules, lo que avivó acusaciones entre las dos principales corrientes de la agrupación política.

El PRD perdió además varias alcaldías importantes como Ecatepec y Nezahualcóyotl, en el estado de México y dos de los municipios más poblados del país.

El líder de los senadores perredistas, Carlos Navarrete admitió que el partido no había tenido tan malos resultados electorales desde 1991. "Es un pasaje difícil para la izquierda mexicana. Hoy tenemos un tropezón de proporciones mayores", dijo el legislador.

Tras la derrota en las urnas, líderes y militantes de un ala radical liderada por el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, pidieron la renuncia del líder del partido, Jesús Ortega, integrante de un sector del PRD más proclive a negociar con el Gobierno actual.

Ortega, que llegó a la dirigencia perredista tras unas controvertidas elecciones internas plagadas de irregularidades y acusaciones que sumió al PRD en una profunda crisis, buscó esta semana unir a la agrupación mediante reuniones con gobernadores izquierdistas.

"Nunca me he planteado la renuncia. He escuchado algunas opiniones en ese sentido, que desde luego no comparto. Me parece que es tomar el hacha del leñador y no hacer política", dijo Ortega. "De lo que se trata es de tejer fino, de buscar diálogo, de llegar a acuerdos", agregó.

  • En picada

En los últimos tres años, las preferencias de los electores se fueron en picada, incluyendo a muchos de los que lo apoyaron en las presidenciales, debido a la crisis interna y a una prolongada serie de protestas que dirigió López Obrador en 2006.

El sector duro del PRD tomó tribunas del Congreso para impedir la votación de reformas propuestas por el Gobierno e intentó bloquear a golpes la toma de posesión de Felipe Calderón.

Analistas consideran que el PRD no tiene futuro para las elecciones presidenciales del 2012, aunque busque serenarse y reflexionar sobre su derrota electoral.

"No se siente que sea un partido muy confiable y se ve muy complicado que pueda mostrar una cara de unidad ", dijo el analista Enrique Cárdenas, director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

La pérdida de votos del PRD se explica también a que muchos de los que dejaron de apoyarlo dirigieron sus preferencias hacia el PRI, que se convertirá en la primera fuerza de la cámara baja al desbancar al partido de Calderón.

/doch

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