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Peritos avalan identificación de cadáveres de jóvenes raptados
Peritos independientes de Argentina ratificaron que los cadáveres hallados en agosto en una fosa clandestina son los de los 13 jóvenes secuestrados en mayo de 2013.
Peritos independientes de Argentina ratificaron este sábado que los cadáveres hallados en agosto en una fosa clandestina son los de los 13 jóvenes secuestrados en un bar de la Ciudad de México en mayo de 2013, tal y como habían informado las autoridades y ponían en duda las familias.
"El resultado del peritaje externo practicado por especialistas de nacionalidad argentina confirma el dictamen emitido por esta institución y la procuraduría general sobre la plena identificación de las víctimas del bar Heaven", informó la fiscalía de la capital en un comunicado.
Recelosos de la versión oficial, familiares de las víctimas de este secuestro que conmocionó al país habían solicitado a estos peritos que corroboraran la identidad de los cadáveres hallados en una fosa clandestina ubicada en un rancho de una localidad aledaña a la capital.
Los chicos, la mayoría residentes del humilde y violento barrio de Tepito, fueron secuestrados el 26 de mayo del 2013 en un bar de la transitada y céntrica Zona Rosa, a plena luz del día y a unos metros de una sede policial.
Al menos dos de los jóvenes tienen padres purgando penas en prisión.
Una quincena de personas fueron detenidas por el caso, entre ellas el dueño del bar, su pareja y agentes policiales.
Según las investigaciones, el crimen habría sido una represalia por el homicidio de un vendedor de drogas al por menor cometido poco antes en otro bar de la Ciudad de México.
La Comisión de Derechos Humanos capitalina, en coordinación con los forenses argentinos, instaurará "un grupo multidisciplinario" para explicar a los familiares la metodología que se usó para llegar a esas conclusiones, señaló la fiscalía.
Nueve de los cuerpos se encuentran todavía en el Instituto de Ciencias Forenses, mientras que cuatro ya fueron entregados a sus familias por su petición.
Este secuestro masivo puso en entredicho la imagen de la capital más poblada de Latinoamérica, que hasta mayo del año pasado se percibía ajena a la violencia que se vive en otras regiones del país por las pugnas entre los poderosos cárteles narcotraficantes.