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Promesas y ataques, hasta el final de la campaña
Las campañas estuvieron marcadas por una violencia política sin precedentes, el hartazgo de la corrupción, la inseguridad y el éxito de un discurso antisistema, plantearon expertos en análisis del discurso y estrategias políticas, así como académicos.
Claudio Flores Thomas, vicepresidente de la agencia de investigación y consultoría Lexia Insights Solutions, destacó que la campaña que terminó fue de cambio, por lo que el discurso que tuvo éxito fue el antisistema, debido al profundo enojo de los ciudadanos con el gobierno por la corrupción e inseguridad.
Explicó que el votante lo que quería escuchar era un discurso antisistema porque tiene un deseo de cambio, no de continuidad.
El también doctor en Periodismo y Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona explicó que la energía antisistema derivó de tres problemas: corrupción, inseguridad y falta de autoridad moral del gobierno.
Desde su perspectiva, la ciudadanía está muy enojada y esa molestia no es espontánea, por lo que cuando intentan emitirle mensajes de miedo al cambio, éstos no surten efecto porque ya no tienen nada qué perder.
Agregó que a pesar de que lo ideal es que un ciudadano vote con la cabeza, en México y en el mundo los electores votan con la emoción.
“La característica de esta elección es que por primera vez la derecha va a una elección con dos ofertas muy paralelas, pero que se disputaban el electorado y hubo una sola en la izquierda”, opinó, en tanto, el analista político Sabino Bastidas.
Otro de los aspectos que caracterizaron a esta elección, agregó, es que fue una campaña de tierra. Dijo que esta elección tuvo otros aspectos que la hicieron diferente a procesos electorales anteriores como la organización de tres debates que aunque unos fueron “más o menos malitos” al final funcionaron.
También incluyó la fiscalización que propició que los candidatos fueran más cuidadosos con sus gastos de campaña y a la vez que hubiera menor saturación de propaganda, sobre todo, de cartón o plástico en las ciudades del país.
Para Roy Campos, presidente de Consulta Mitofsky, las campañas se caracterizaron por ser muy largas, por la violencia política y porque por primera vez el puntero de las mediciones electorales nunca disminuyó en la intención del voto.
“Fueron muy largas porque realmente nunca acabaron desde el 14 de diciembre (pasado). Eso de decir precampaña, intercampaña y campaña es una falacia, porque desde la precampaña ya había candidatos definidos; eso hizo que fueran larguísimas, más de seis meses de campañas”, expuso Roy Campos.
Recordó que esta campaña también fue marcada por una violencia política sin precedentes, porque más de un centenar de precandidatos y candidatos fueron amenazados, sufrieron atentados e incluso perdieron la vida.
Mencionó que la realización de tres debates, por su formato, fue algo positivo de la campaña, porque, aunque no modificó las preferencias, permitió ver que a pesar de estar en una competencia existe civilidad entre quienes aspiran a ser presidente de México.
López Obrador
Será la última lucha
Al concluir su tercera campaña política en 12 años, Andrés Manuel López Obrador (Morena, PT, PES) dijo confiar en que será su última lucha por la Presidencia. Afirmó que su eventual triunfo en las elecciones del próximo domingo será “una victoria de todo un pueblo frente a la inmoralidad y la decadencia de los últimos tiempos”.
En el Estadio Azteca, ante unos 85,000 simpatizantes, López Obrador llamó a la unidad para construir “una sociedad mejor, más justa, más igualitaria, más democrática, amorosa y fraterna”.
Prometió que de ganar, respetará la división de poderes; la libertad religiosa y de expresión; terminará con la corrupción; la desigualdad social; no aumentará los impuestos en todo su sexenio; y ejercerá un buen gobierno para hacer de México una potencia económica.
“Vamos a ganar, pero nuestro triunfo debe ser contundente. Será un hecho histórico. Se consumará la victoria de todo un pueblo frente a la inmoralidad y la decadencia de los últimos tiempos.
“Va a perder el partido conservador pero no habrá represalias. Buscaremos la unidad hasta donde se pueda, pero no apostamos a la unanimidad ni al pensamiento único. Estamos empeñados en construir una democracia, no una dictadura”, afirmó.
Hizo un reconocimiento a quienes en los últimos años han luchado por la democracia, entre ellos nombró al fundador del PAN, Manuel Clouthier, al fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, así como dirigentes sociales, obreros y campesinos. López Obrador dijo que el próximo domingo votará, como lo hizo hace seis años, por la luchadora social Rosario Ibarra.
Afirmó que su lucha de 12 años ha servido para cambiar “conciencias”, e incluso -dijo- “muchos ciudadanos de clase media ahora nos respetan y votarán por nosotros”.
Obrador afirmó que de obtener el triunfo, “nuestros opositores siempre tendrán respeto y nunca los veremos como enemigos”.
Por la mañana, en un video, el candidato dijo desear, y sin ser tajante porque no se sabe qué le depara el destino, que sea la última elección presidencial en la que participa.
AMLO Fest
El cierre de campaña de López Obrador comenzó a las 5 de la tarde, con la presentación de varios artistas, entre ellos Margarita La Diosa de la Cumbia y Belinda, quien además de sus conocidos temas de pop, interpretó el “Cielito Lindo”.
La cantante Eugenia León cerró el evento con la canción “Paloma Juarista”, que dedicó a López Obrador.
Ricardo Anaya
No pudieron doblarnos
León, Gto. “No vale nada la vida, la vida no vale nada”, cantaba con un sentimiento arraigado hasta los huesos José Alfredo Jiménez, oriundo del estado de Guanajuato.
A ese ritmo, con la misma melancolía y en la misma tierra —convertida en un bastión panista—, Ricardo Anaya, candidato de la coalición Por México al Frente, cerró su campaña de cara a la elección presidencial del próximo domingo, una que vale, para él, toda una vida.
Para llegar al templete de la Velaria en la Feria de León, Guanajuato, ante unas 10,000 personas este miércoles, Anaya tuvo que abrirse camino a un ritmo vertiginoso, primero desde Querétaro, de donde es originario, para luego pasar al Congreso de la Unión y por último a la dirigencia del PAN desde donde se adueñó de la candidatura con 38 años cumplidos.
Sin embargo, el obstáculo más difícil, de acuerdo con él mismo, fueron los escándalos de corrupción y el gobierno federal, así los recordó.
“Hemos vivido momentos de enorme alegría, pero también supimos enfrentar la adversidad, porque nunca en la historia moderna de nuestro país el gobierno había intervenido de manera tan descarada ilegal y vulgar en contra de un candidato presidencial”.
“Me atacaron porque me atreví a decir que cuando yo sea presidente de México habrá una fiscalía autónoma que investigará todos los actos de corrupción de este sexenio, incluyendo la participación de Enrique Peña Nieto”, expresó.
Pese a lo sucedido, tomó aire y exclamó: “no nos pudieron doblar y no nos podrán doblar nunca”.
Para ese momento su esposa y sus tres hijos observaban atentos el discurso junto a figuras políticas como Dante Delgado, dirigente de MC; Manuel Granados, líder nacional del PRD; Diego Fernández de Cevallos, un panista de la vieja guardia, entre otras figuras locales, pocas nacionales.
Antes, el joven candidato recordó que las encuestas nunca le han favorecido. Aunque eso no importó. Su rostro se transformó por uno de enjundia y cierta esperanza al tocar el tema, una esperanza que, afirmaría momentos más tarde, cuando se convierte en convicción cambia el panorama más empinado, una llamada al voto útil.
“Les quiero pedir que no se dejen engañar por las encuestas falsas (...) nuestra coalición, y esto debe quedar claro, es la única que le puede ganar a López Obrador y por eso hoy desde Guanajuato hago un llamado a toda la gente buena, a quienes militan en otros partidos políticos, a las ciudadanas y los ciudadanos sin militancia partidista, que quede claro: en este proyecto cabemos todas y cabemos todos”, afirmó.
José Antonio Meade
La historia los juzgará
El candidato del PRI, PVEM y Panal a la presidencia, José Antonio Meade, afirmó que la historia juzgará a los mexicanos que apoyan a Andrés Manuel López Obrador.
“La historia va a juzgar a quienes, conociendo el riesgo de la alternativa autoritaria y antidemocrática de Andrés Manuel, lo han habilitado. Un Andrés Manuel que amenaza a todos: amenaza a la Suprema Corte de Justicia, amenaza a las Fuerzas Armadas, amenaza a las familias con sacar a los criminales a la calle, amenaza nuestros empleos atacando la inversión que les genera, amenaza a nuestros hijos amagando con destruir su educación, su futuro y amenaza con sacar a tigres y a diablos”.
Al cerrar su campaña presidencial en Saltillo, Coahuila, aseguró que, a diferencia del abanderado de izquierda, él no perdonará a los criminales, sino que los enfrentará bloqueando sus fuentes de financiamiento y armamento y que trabajará “hasta recuperar un México en tranquilidad”.
Frente a la clase política priista e integrantes de la cúpula de los partidos Verde y Nueva Alianza, Meade Kuribreña alertó en el sentido de que los resultados de la elección presidencial del próximo domingo “van a definir el rumbo del país por los siguientes años”.
Él y los suyos, aseguró, están del lado “correcto de la historia”, que es “del lado de los que creemos en cuidar el legado, de los que hemos trabajado por lustros, de los que creemos en la grandeza de México, de los que pensamos que este país está destinado a triunfar, que está destinado a ser potencia, de los que valoramos el pasado, pero trabajamos viendo y forjando nuestro futuro”.
Fue en ese contexto que reconoció que “hay mucho que cambiar y mucho que corregir. Y hay que empezar por corregir lo que más nos duele, lo más importante, que es justamente el reto de nuestra seguridad”.
El abanderado priista se dijo seguro de que el próximo domingo sus seguidores ratificarán en las urnas “el único proyecto serio y con rumbo” que representa, a fin de lograr “el cambio que México necesita”.
“Nuestra propuesta es la mejor, por eso vamos a ganar y los otros van a volver a perder”, arengó.
Relató que la coalición Todos por México, que encabeza, “por primera vez hizo candidato a un miembro no militante”, como es su caso, en un hecho sin precedente en México.
“Me postularon porque vieron en mí el perfil para enfrentar los retos que México tiene y yo acepté porque amo profundamente a mi país y quiero decirles que no se equivocaron, que no les voy a fallar”.