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¿Qué causa el estrés hídrico de la Ciudad de México?
El sistema Cutzamala, que aporta una cuarta parte del agua que consume, redujo de 12.2 a 9.2 metros cúbicos por segundo su aportación; del 29 de enero al 4 de febrero pasado, el aporte fue de 4.8 metros cúbicos por segundo; los niveles de las tres presas que lo alimentan están a 39.3%, cuando el promedio histórico a estas alturas del año es de 76.2%
La Ciudad de México acusa riesgo de desabasto de agua potable a consecuencia de una serie de fenómenos meteorológicos extremos, que han afectado a gran parte del territorio nacional durante los últimos años.
De acuerdo con información del Servicio Meteorológico Nacional, se han registrado tres principales fenómenos: “El Niño” (que es sobrecalentamiento del agua del mar); una serie de olas de calor y un déficit de precipitaciones de 30%, que han derivado en periodos extendidos de sequía en el país y en la región.
Como en la mayor parte del país, eso ha impactado en el caudal del Sistema Cutzamala, de donde, la Ciudad de México, toma la cuarta parte del agua que consume.
Ese problema se ha agudizado durante los últimos cuatro años. Eso explica que hasta más de 90% de la región del Cutzamala haya registrado sequía severa a moderada y se espera que esta condición continúe durante el periodo de estiaje, que inició el 1 de diciembre del 2023 y termina el 15 de mayo del 2024.
Como ha llovido menos durante estos últimos años, el nivel de almacenamiento del sistema está a poco más de la mitad del nivel histórico que registra a estas alturas del año.
Presas de Cutzamala a 39% cuando deberían estar a 76%
Reportes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) señalan que, al 5 de febrero pasado, las tres presas que proveen de agua al sistema registraban 307.42 millones de metros cúbicos, cuando su promedio histórico a estas alturas del año es de 595.95 millones de metros cúbicos, es decir hoy tienen 288.52 millones de metros cúbicos menos.
Dicho de otra forma, a estas alturas del año, el promedio histórico del nivel de llenado es de 76.2% y actualmente está a 39.3%.
Citlalli Peraza Camacho directora del organismo de cuenca del Valle de México precisó que la presa más grande del sistema es la Valle de Bravo, con capacidad para 394.4 millones de metros cúbicos y estaba al inicio de la semana a 130.93 millones de metros cúbicos, es decir a 33.2%, cuando su promedio histórico a estas fechas es de 85.5%.
La presa el Bosque tiene capacidad para 202.4 millones de metros cúbicos y solo tenía 120.47 millones de metros cúbicos, es decir 59.5% cuando el promedio histórico a estas fechas es de 62.7%.
La presa Villa Victoria, tiene capacidad de 185.7 millones de metros cúbicos y solo tenía 56.02 millones, que equivalen a 30.2%, cuando su promedio histórico a estas fechas es de 71.0%.
Los registros históricos de las presas del sistema Cutzamala dejan ver que, a partir de enero registra un decremento de almacenamiento, hasta la última semana de junio, pues es hasta a julio cuando, poco a poco, se comienzan a recuperar los niveles de contención.
Por ejemplo, el año pasado, en lugar de los 307 millones de metros cúbicos que se tienen ahora, se tenían alrededor de 420 millones de metros cúbicos y esa cifra bajó hasta 248 hacia finales de junio y, ya para finales de julio, había 264 millones de metros cúbicos y a partir de ahí comenzaron a subir los niveles.
95% del territorio padece sequía extrema o severa
Lo preocupante es que, del 15 al 31 de enero de 2024, se incrementó, aunque ligeramente, la intensidad de la sequía en la zona donde se encuentran esas presas.
Al 31 de enero pasado, fecha más reciente del reporte del Monitor de Sequía de Conagua, 69.3% del territorio que comprende la cuenca del río Cutzamala estaba en sequía extrema, 26.5% en sequía severa y el restante 4.2 en sequía moderada.
Además, prácticamente todo el territorio de la Ciudad de México se encuentra actualmente en sequía moderada.
Ante esa situación, el 11 de noviembre pasado, la Conagua y los gobiernos de la Ciudad de México y Estado de México, implementaron una serie de acciones “para cuidar y conservar el abastecimiento del agua en el Valle de México”, luego de que el Sistema Cutzamala, registra un menor caudal.
Esas autoridades decidieron una disminución de 12.2 a 9.2 metros cúbicos por segundo en el caudal de este Sistema para la Ciudad y el Estado de México que se aplicó desde el 11 de noviembre, debido a que las presas Valle de Bravo, El Bosque y Villa Victoria que lo abastecen, han resultado afectadas por condiciones climatológicas extremas.
El caudal promedio suministrado del 29 de enero al 4 de febrero de 2024, a la CDMX fue de 4.8 metros cúbicos por segundo.
Cutzamala aporta 25% del consumo de la CDMX
De acuerdo con el director general del Organismo Cuenca Aguas del Valle de México de Conagua, Víctor Manuel Bourguett Ortiz, La zona metropolitana de la Ciudad de México consume para uso público-urbano un caudal promedio de 59.9 metros cúbicos por segundo, de los cuales, 39.7 (66.3 %) provienen de acuíferos de la ZMVM, 15.3 (25.5%) del sistema Cutzamala, 3.8 (6.3%) del sistema Lerma y 1.1 (1.8%) de la presa Madín y manantiales.
Según datos del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), desde 2019 se han desplegado estrategias para garantizar el abasto en la capital, como la inversión de más de 451 millones de pesos en el Sistema Lerma y trabajos que han permitido aumentar el gasto entregado a la red en más de 2,100 litros por segundo
Sin embargo, las lluvias del verano pasado no aportaron agua para recuperar el almacenamiento en Cutzamala y hoy se enfrentan nuevos retos.
Por ello, se decidió llevar a cabo obras adicionales que iniciaron a finales de 2023 entre las que destaca un plan de inversión adicional de 751 millones de pesos para recuperar fuentes de agua y la confiabilidad en la red de agua potable; la canalización de 509 millones de pesos para rehabilitar 58 pozos operados por el Sacmex, dos plantas potabilizadoras y una planta de bombeo en Lerma.
Además, se destinaron 161 millones de pesos para reducir interrupciones en la red hidráulica y 81 millones en tecnología y monitoreo para agilizar la distribución.
El plan de inversión previsto para 2024 contempla 319 millones de pesos para la reposición de 11 pozos y la rehabilitación de 41 pozos y dos plantas potabilizadoras operadas por el Sacmex.
La intención es que entre noviembre de este año y mayo del 2024, se recupere un caudal de 1,135 litros por segundo.
El 25 de enero pasado, el gobierno de la capital del país publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México una resolución, mediante la cual se determinan el tandeo de aguas en 284 colonias de 10 de las 16 alcaldías.
No se recargan los mantos freáticos, como debieran
Delia Montero Contreras, académica del departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa, e integrante de la Red Aguam, llamó la atención en que, solo alrededor de 45% de la población de la capital del país tiene un servicio regular de abasto de agua todos los días; 25% la recibe por tandeo tres veces por semana y el restante por pipas.
Además, cada vez sacamos más agua de pozos más profundos y no se recargan, lo cual evidencia que hay un problema de gestión.
Por su parte, Roberto Constantino Toto, coordinador de la Red Aguam, destacó que el Valle de México se comporta de manera diferente al resto del país respecto del agua, pues mientras en el resto del territorio nacional los grandes usuarios son los agricultores, en la CDMX son los domicilios particulares.
Dijo que es razonable pensar que frente a una modificación en el patrón de las lluvias afecte la disponibilidad de agua, porque el nivel de abastecimiento depende del nivel de las lluvias, y nos alarma que las presas tienen niveles bajísimos en algunos casos; sin embargo, la mayor parte de nuestro aprovisionamiento proviene de fuentes subterráneas, por lo que tenemos que hacer cosas para evitar escenarios como el que hasta ahora le ha dado viabilidad a la ciudad de México: extraer agua y completar el volumen trayéndola de fuentes muy lejanas para usarla, perder un gran volumen de ella en fugas y después desalojarla en el drenaje.
La cantidad de agua que se pierde en las fugas es casi igual a la que importamos de una cuenca externa, lo cual es dramático en términos del agua y en términos del presupuesto, por ejemplo, para el pago de factura de electricidad con el que funciona el sistema, abundó.