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Política

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Salarios de la AP, a rediseño con el presupuesto 2016

El tema de las remuneraciones de los altos funcionarios de la Administración Pública (AP) y el replanteamiento de los objetivos, dirección y padrón de beneficiarios de subsidios y transferencias deben formar parte del rediseño del PEF para el ejercicio fiscal del 2016, anunciado por Peña Nieto.

El tema de las remuneraciones de los altos funcionarios de la Administración Pública (AP) y el replanteamiento de los objetivos, dirección y padrón de beneficiarios de subsidios y transferencias deben formar parte del rediseño del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el ejercicio fiscal del 2016, anunciado por el presidente Enrique Peña Nieto, afirmó Miguel Alonso Raya.

El coordinador del grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados advirtió del riesgo que implica la propuesta si el Ejecutivo federal se empeña en plantear cambios presupuestales sin considerar la opinión de la sociedad y los legisladores federales.

De ahí que el guanajuatense demandó que la discusión del rediseño del presupuesto del próximo año se realice frente a la sociedad y con la participación de todo tipo de organizaciones, con el fin de garantizar en todo momento la transparencia y la pluralidad política requeridas.

La propuesta del titular del Ejecutivo federal y del secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, de reestructurar el presupuesto para el ejercicio fiscal 2016 con base en un nuevo paradigma llamado presupuesto base cero, dijo, es una oportunidad para que toda la sociedad, no sólo la Cámara de Diputados, participe en su diseño.

Todos deben participar en darle dirección y en sus objetivos. Esta propuesta abre un espacio para ampliar el debate y discutir seriamente la política fiscal con un enfoque integral , expone.

A decir de Alonso Raya, deberá discutirse también en torno a una verdadera política industrial que permita mayor inversión, más empleos y mejores ingresos, así como alternativas para fortalecer el mercado interno.

No abrir la discusión del tema, advirtió, conllevará el riesgo de que los cambios al presupuesto sean decididos unilateralmente por el Ejecutivo federal sin tomar en cuenta la opinión de la sociedad e inclusive sin la participación de los legisladores.

Otro gran riesgo es que se plantee el presupuesto sólo con criterios de eficiencia, olvidando la idea central de todo presupuesto público: el crecimiento y el bienestar de todos , precisó.

Y aclaró que eficiencia no significa necesariamente equidad y justicia.

rolando.ramos@eleconomista.mx

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