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Sheinbaum debe revisar con ojos críticos la Nueva Escuela Mexicana: Gilberto Guevara Niebla
La virtual presidenta electa debe tener la sensibilidad para ello y no conciliar con un proyecto tan oscurantista como ese, señala el experto en materia educativa
La llamada Nueva Escuela Mexicana es un proyecto oscurantista, que no va a propiciar que se eleven los aprendizajes, sino que se derrumben, consideró el exsubsecretario de Educación Básica, Gilberto Guevara Niebla.
En entrevista con motivo de la puesta en circulación del libro “Al borde del abismo. Actualidad y perspectiva de la educación básica”, editado por Grijalbo y que coordinó junto con el sociólogo José Navarro Cendejas, dijo que tiene la esperanza de que la hoy virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, “revise con ojos críticos” lo que se ha hecho durante los últimos años en materia de política educativa.
“Claudia Sheinbaum debe tener la sensibilidad para esto y no conciliar con un proyecto tan oscurantista como este”.
El también director del Instituto de Investigación Educativa de la Universidad de Guadalajara enfatizó que la educación debe ser crucial en las políticas públicas del país. “En ella estamos depositando el futuro de nuestros hijos y el futuro del país”.
En ese sentido, consideró “alarmante” que ante lo que está ocurriendo con la educación en el país, ni la sociedad ni los maestros reaccionen políticamente y protesten por “esta barbaridad que es la Nueva Escuela Mexicana”.
El libro en cuestión que terminó de imprimirse apenas en junio pasado, ofrece 19 ensayos realizados por expertos que analizan la estructura y funcionamiento del sistema de educación básica; la práctica y formación docente, así como los problemas de política educativa.
En su introducción, los coordinadores destacan que, el gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador, impulsó desde 2021, no una reforma, sino una trasformación radical de la educación básica del país, con el argumento de que la educación anterior era neoliberal y atada a una lógica de intereses privados.
La primera idea que impulsaron fue que la escuela ya no educaría más a los alumnos par adaptarlos a la sociedad, sino para transformarla y de esa manera articular la política educativa con la llamada cuarta transformación.
En ese sentido, Guevara Niebla expuso que quienes diseñaron la llamada Nueva Escuela Mexicana, dividieron al mundo entre países colonizadores y colonizados y a lo primero que renunciaron fue a la cultura universal por considerarla esclavizadora y colonizadora. Eso en un momento en el que estamos inmersos en la globalización.
La otra decisión que tomaron los diseñadores de la nueva política pública —continuó —, fue que el alumno individual ya no fuera colocado en el centro del proceso educativo, con el argumento de que esa centralidad favorecería el individualismo, que es el rasgo más repudiado del neoliberalismo. La posición central del proceso educativo la ocuparía ahora la comunidad.
En ese sentido comentó que habría que reflexionar en que algunas familias buscan mantener a sus hijos en las escuelas para sacarlos de los contextos de violencia de sus barrios y colonias, es decir de sus comunidades.
En uno de los ensayos contenidos en el libro, la consultora en materia de calidad educativa, Laura Frade Rubio destaca que el plan y los programas de estudios de la llamada Nueva Escuela Mexicana, rompen los paradigmas establecidos desde la modernidad al retomar las epistemologías del sur, el nuevo realismo de Markus Gabriel, la pedagogía liberadora de Paulo Freire y los proyectos como estrategia didáctica principal; no obstante, esta novedad es su gran debilidad porque el magisterio nacional no está formado para detectar los problemas de la comunidad y atenderlos desde la escuela como centros de aprendizaje comunitarios mediante los programas de estudio existentes, en un codiseño que implica contar con conocimientos de diseño curricular.
Al respecto, Guevara Niebla dijo que actualmente se destinan muy pocos recursos para la formación continua de los profesores porque el gobierno ha decidido canalizar la mayor parte de los recursos de la educación a becas y sin estar sujetas a compromisos educativos. “Lo que quiere el presidente es que, con las becas, los papás de los estudiantes voten por él, lo admiren y lo consideren un héroe y ha tenido mucho éxito en eso”.
Puso como ejemplo que este año para alrededor de 38 escuelas normales, se destinó un presupuesto de 400,000 pesos (unos 10,500 pesos cada una).
En un ensayo realizado por Leslie Serna Hernández, integrante de la Red de Mujeres Unidas por la Educación, contenido en el libro, expone que el cambio que actualmente se vive en México es bastante singular, porque avanza en dar autonomía a escuelas y docentes para definir el currículo; conserva la autonomía que ya se daba para definir los criterios de evaluación de estudiantes, pero retrocede en cuanto a la posibilidad de elegir libros de texto, al menos en secundaria y en escuelas primarias privas a las que incluso se les ha advertido incurrirían en la “ilegalidad” si usan libros de texto distintos a los que la SEP publique.
Por otra parte, Guevara Niebla destacó que hoy la cobertura educativa en el país es casi completa en primaria y muy alta en secundaria, pero también es demostrable que esa expansión no ha estado acompañada de las reformas que el sistema educativo requiere para asegurar la calidad de enseñanza y aprendizaje.
Para el especialista, México llegó al siglo XXI con un sistema educativo enorme, pero pobre, que crece hacia las zonas más marginadas ofreciendo una educación mediocre, que sufre de infinidad de problemas y que no ha logrado cumplir por completo la promesa constitucional de brindar educación de calidad a toda la población.