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Veracruzanos claman por agua potable
Paradójicamente los veracruzanos claman por agua pese a que están inmersos en ella. Pero necesitan agua potable, aunque para conseguirla tengan que caminar por las zonas inundadas que dejó el huracán Karl.
Boca del Río, Ver. Paradójicamente los veracruzanos claman por agua pese a que están inmersos en ella. Pero necesitan agua potable, aunque para conseguirla tengan que caminar por las zonas inundadas que dejó el huracán Karl.
Otra petición lanzada al presidente Felipe Calderón, quien ayer recorrió zonas anegadas, fue mayor vigilancia para las casas.
Como si fueran arroyos con lodo, las inundaciones llegaban hasta el torso de las personas; mientras que algunos niños gustosos jugaban en el agua sucia, se enjuagaban el sudor y nadaban como si estuvieran en la playa.
En las inmediaciones de las casas ubicadas en el municipio de Medellín y una parte de Boca del Río flotaban tablas, basura, residuos de árboles.
Los veracruzanos, ingeniosos, utilizaban ramas y varillas para la construcción como bastones que les ayudaban a transportarse de un lado a otro.
Se decía que podía haber rapiña, por eso la gente no iba a los albergues y pretendía cuidar sus casas; no obstante, los cajeros automáticos estaban intactos, la única mano que pasó por ahí fue la de Karl.
Calderón Hinojosa, acompañado de su esposa, Margarita Zavala, dio el recorrido por tierra en vehículos de la Marina, mientras gritaba a la gente que la ayuda llegaría pronto.
También recorrió por aire los municipios devastados, junto al gobernador Fidel Herrera y miembros de su gabinete.
Para transportarse a la base aérea, donde se llevaría a cabo una evaluación de los daños, el Jefe del Ejecutivo y los funcionarios tuvieron que abordar otro helicóptero, pues el asignado presentó una falla en el tablero. Por seguridad se distribuyó al personal en otra aeronave.
trosas@eleconomista.com.mx