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"Vivimos la dictadura del materialismo": Rivera
En su misa dominical, el cardenal Norberto Rivera insto a las familias a evitar que el narcotráfico penetre entre sus miembros y llamó a someterse a modas que matan, adicciones que esclavizan o cantos de sirenas que adormecen la conciencia.
El cardenal Norberto Rivera convocó a evitar que penetren en las familias fenómenos como el narcotráfico, la delincuencia organizada, la corrupción o las redes que comercian con los cuerpos de hombres, mujeres y niños.
En su homilía en la Catedral Metropolitana con motivo de la Fiesta de la Sagrada Familia, el arzobispo primado de México también llamó a no dejar 'someternos a las modas que nos matan, a las adicciones que nos esclavizan y a los cantos de sirena que adormecen la conciencia y nos hacen ver como bueno lo que sabemos es malo'.
Rivera Carrera externó la necesidad de que la familias estén más cerca de la paz, la dulzura, la comprensión, el perdón, la gratitud y la vida espiritual en lugar del miedo, la agresión, la intolerancia, el rencor, la avaricia y el materialismo.
La familia como institución 'se está deteriorando' pues en muchas de ellas ya no se transmiten valores lo que propicia que muchos de sus miembros se hagan cómplices del crimen y la violencia, aseveró.
Sostuvo que 'no podemos caminar por la vida como si las decisiones que asumimos no tuvieran consecuencias serias. Las fallas de la sociedad y de la familia no aparecen de modo gratuito. Las hemos ido abriendo una a una'.
El prelado subrayó que se 'ha pervertido la ética en su fondo más básico, pues hemos dicho que no existe ni el mal ni el bien, y mucho menos el bien en sí mismo. Hemos construido una cultura en la que todo depende de las circunstancias y las intenciones con las que se hace'.
Hoy, dijo, 'pensamos que se puede mentir, robar, asesinar inocentes y vender los cuerpos con una buena intención'.
Norberto Rivera también acusó que 'vivimos en la dictadura del materialismo que pervierte al ser humano y en la todo placer resulta insuficiente y el exceso en el engaño de esa embriaguez se convierte en una violencia que destruye regiones enteras.
'Esto en nombre de un malentendido fatal de la libertad en la que precisamente la libertad del hombre es minada y al final anulada del todo'.
En esa coyuntura lanzó una llamada a la conciencia de los pastores de la Iglesia, a la de los gobernantes que dan leyes al pueblo y a la de los padres y las madres que tienen la tarea de educar a sus hijos para 'sacudirse el polvo de la mediocridad que nos ata'.
De igual forma convocó a no ser débiles 'ante el mal que vemos a nuestro alrededor, ni ante el mal que se hace y se promueve en nuestra familia'.
Nuestras familias, destacó, 'tenemos que ser valientes y decidir por el bien, la verdad, la justicia y la rectitud en la vida social y familiar'.
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