“Autonomía de la transparencia no es una regla”: Raquel Buenrostro

Las comisiones de Gobernación y de Anticorrupción y Transparencia de la Cámara de Senadores aprobaron por 21 votos, contra dos del PRI, la ratificación de Raquel Buenrostro Sánchez como secretaria de la Función Pública, dependencia que ya cambió a Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno. 

“Vamos por cero tolerancias a la corrupción”, anunció quien fue propuesta al cargo por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, cuyo nombramiento requiere la ratificación de la Cámara Alta.

El dictamen sobre su ratificación será discutido y votado en las próximas horas por el pleno del Senado.

En su comparecencia, la funcionaria informó que para combatir la corrupción habrá modificaciones normativas y que se solicitará información a los Órganos Internos de Control de las dependencias más eficiente, específica y focalizada.

“La lucha en contra de la corrupción, el abatimiento de la impunidad y la mejora gubernamental son tres prioridades de la presidenta Claudia Sheinbaum”, afirmó y celebró los cambios aprobados recientemente por el Congreso de la Unión a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, entre otros el cambio de nombre de la dependencia a su cargo.

Ante cuestionamientos de senadores de oposición, aseguró que con la extinción del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) México no viola el estándar internacional en la materia y que sus socios comerciales en el T-MEM, Estados Unidos y Canadá, no tienen organismos independientes para gestionar solicitudes de información a los diversos sujetos obligados.

“A nivel internacional, la autonomía constitucional de la transparencia y de la rendición de cuentas no es una regla; es más, son muchos menos, contaditos, los países que tienen órganos autónomos de transparencia y la mayoría dependen del Ejecutivo”, detalló, entre estos Estados Unidos.

Los recientes cambios a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, dijo, están destinados a optimizar el funcionamiento de la misma.

“Con ello se fortalece la lucha contra la corrupción y se instaura un nuevo paradigma que es el de la prevención y el buen gobierno. Si en el pasado el modelo se centraba en enfoques correctivos y sancionadores, hoy es crucial anticiparnos a los riesgos”, expresó.