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CFDI, manéjese con cuidado
El CFDI es un instrumento digital que ha venido a revolucionar el marco fiscal donde se desenvuelven las personas físicas y morales, y su uso correcto garantizará una adecuada comunicación con la autoridad y evitará problemas y cargas administrativas adicionales.
La factura electrónica comenzó su desarrollo en México en el año 2004, en un esfuerzo conjunto entre la Asociación Mexicana de Estándares para el Comercio Electrónico (AMECE) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT), con el objetivo de lograr una representación digital de un comprobante Fiscal apegado a los estándares definidos por el SAT en el Anexo 20 de la Resolución Miscelánea Fiscal, la cual puede ser generada, trasmitida y resguardada utilizando medios electrónicos.
Cada factura electrónica emitida cuenta con un sello digital que corrobora su origen y le da validez ante el SAT.
Han pasado 17 años, actualmente está entrando en vigor la versión 4.0, corrigiendo y aumentando a las anteriores. En este tiempo se han desarrollado seis tipos de Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDI): de Ingresos, de Egresos, Complemento de Pagos, de Nómina, de Retenciones e información de pagos y el CFDI de traslado con complemento de Carta Porte.
¿Qué hay detrás de este instrumento digital?
Para empezar, un cúmulo de información suficiente para transparentar cada operación de ingresos y egresos en territorio nacional, que permite al SAT en tiempo real conocer las operaciones comerciales de los contribuyentes y mantener una vasta base de datos. Además, un medio de control para el cumplimiento de las obligaciones fiscales, al poder confrontar los datos declarados versus los diferentes CFDI emitidos.
Ante el incumplimiento del contribuyente, una manera eficaz de sancionarlo es suspendiendo su sello digital, inhabilitándolo para operar fiscalmente. En otras palabras, la autoridad tiene el poder DIGITAL en sus manos para fiscalizar y penalizar más eficiente y oportunamente a los contribuyentes.
Hay que reconocer que se ha tenido un proceso de mejora continua del CFDI que, junto con la Firma Electrónica, la contabilidad electrónica, el buzón tributario, el vasto volumen de declaraciones informativas, así como las reformas al Código Fiscal, han empoderado cada vez más al SAT.
Actualmente la autoridad ha logrado pre llenar datos de las declaraciones de Personas Físicas, objetivo que se planteó desde hace mucho tiempo, con la información que el CFDI de nóminas le proporciona y que facilita al contribuyente el cumplimiento de su declaración anual.
En el caso de Personas Morales, también el SAT, está pre llenando algunos datos como Ingresos acumulables y deducciones de sueldos y salarios, de los cuales, el contribuyente no puede modificar y que resalta la importancia de emitir información correcta de origen o de lo contrario sufrir las consecuencias de tener que elaborar nuevamente CFDIS o declaraciones complementarias.
Dentro del Comité Técnico Nacional de Estudios Fiscales del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) hemos resaltado la importancia del cuidado con el que se debe manejar la emisión del CFDI, el contribuyente debe estar consciente de que su comunicación fiscal con el SAT empieza por emitir correctamente los diferentes tipos de CFDI, ya que el SAT, los procesará automáticamente por los sistemas digitales y para bien o para mal le servirán para llevar a cabo sus tareas de fiscalización y recaudación.
Dentro de estas tareas están las constantes invitaciones a los contribuyentes para corregir los datos que no coinciden con lo declarado, solicitando aclaración que satisfaga las diferencias observadas o exhortando a la autocorrección y pago, so pena de ejecutar sus facultades de comprobación.
Esta situación ha generado una carga de trabajo adicional que requiere de conciliaciones entre los datos declarados y los CFDI emitidos, en donde muchas veces la autoridad pasa por alto que no necesariamente todo ingreso o egreso tiene implícita la emisión de un comprobante digital.
Cabe señalar que la cancelación incorrecta de un CFDI también pasa por las clásicas consecuencias de diferencias ante el SAT.
En el IMEF, nos hemos preocupado por interactuar con el SAT, emitiendo observaciones sobre la aplicación y efectos de la extensa normatividad que hay al respecto, con el objeto de resaltar las afectaciones operativas y técnicas a las que se ven afectos los contribuyentes.
En conclusión, el CFDI es un instrumento digital que ha venido a revolucionar el marco fiscal donde se desenvuelven las personas físicas y morales, y su uso correcto garantizará una adecuada comunicación con la autoridad y evitará problemas y cargas administrativas adicionales.
Referencia: Asociación Mexicana de Estándares para el Comercio Electrónico (AMECE).
*El Autor es miembro del Comité Técnico Nacional de Estudios Fiscales del IMEF.