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FMI anticipa mayores retos para la economía global por la guerra en ucrania

La economía global se enfrenta a un nuevo choque que podría impactar con fuerza su evolución: la guerra entre Rusia y Ucrania. En este entorno, el FMI publicó su último reporte sobre las Perspectivas de la Economía Mundial. Ante el conflicto, la institución revisó a la baja sus estimados del PIB global, anticipando un crecimiento de 3.6% tanto para este año como el próximo. A pesar de este ajuste, considero que el panorama descrito por el FMI sigue siendo algo optimista.

Foto: Reuters.

Foto: Reuters.Foto: Reuters.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer su reporte Perspectivas de la Economía Mundial. El documento se publica dos veces al año –además de dos actualizaciones– y es uno de los principales esfuerzos de organismos multilaterales para analizar el panorama global, con especial énfasis en los retos y oportunidades para los responsables de las políticas económicas.

En esta ocasión, revisó a la baja sus estimados de crecimiento del PIB, anticipando que la economía mundial avance 3.6% tanto en 2022 (previo: 4.4%) como en 2023 (previo: 3.8%). El principal factor detrás del ajuste es el impacto del conflicto entre Rusia y Ucrania. Además de la guerra, la evolución de corto plazo estará influenciada por el apretamiento monetario y una mayor volatilidad financiera, la desaceleración en China ante confinamientos estrictos por Covid-19, un menor apoyo fiscal y la pandemia, entre otros.

Impacto directo e indirecto de la guerra

De manera directa, se estima una severa caída de dos dígitos en el PIB de Ucrania este año (-33%). Para Rusia se proyecta una profunda contracción (-8.5%) debido a las sanciones impuestas por una serie de países que incluyen reducir las importaciones de energéticos. Sin embargo, las perspectivas a mediano plazo se revisaron a la baja en todos los grupos de países con excepción de los exportadores de materias primas, mismos que se benefician de la escalada de precios de energéticos y alimentos. Además, se espera que la guerra genere efectos secundarios económicos sustanciales e indirectos a través de los siguientes canales: Mercados mundiales de productos básicos; vínculos directos de comercio y remesas con Rusia y Ucrania; propagación a través de la red de producción transfronteriza; mercados financieros; impacto humanitario; y respuestas políticas.

Una de las regiones más afectadas sería la Eurozona, sobre todo este año, con el pronóstico del PIB recortado a 2.8% (-1.1%-pts). Otros países muy impactados a través del alza en los precios de energéticos y el comercio serán los estados Bálticos. Mientras tanto, el efecto en países avanzados como EU y Canadá sería menor debido a sus limitados vínculos económicos con Rusia. Por último, advirtió que los riesgos están sesgados a la baja, sobre todo en caso de sanciones adicionales a Rusia y/o por una extensión del conflicto.

El conflicto también hará que la inflación se mantenga alta por más tiempo

Es probable que el conflicto tenga un impacto prolongado en los precios de las materias primas, afectando al petróleo y la gasolina más severamente en 2022. A los precios de los alimentos, hasta inicios del 2023. Para el año en curso se proyecta una inflación del 5.7% en economías avanzadas y de 8.7% en mercados emergentes y en desarrollo. Esto es más alto por 1.8 y 2.8 pp respecto a sus estimaciones anteriores realizadas en enero, respectivamente. Sin embargo, al igual que para el crecimiento, existe una gran incertidumbre sobre estas proyecciones, sobre todo por el efecto de la guerra y la incertidumbre geopolítica en las materias primas en un contexto de altas y persistentes presiones globales en las cadenas de suministro.

En la coyuntura actual, todos los países se enfrentarán a decisiones muy difíciles

De acuerdo con la institución, la guerra ha exacerbado la posibilidad de un menor crecimiento y una mayor inflación global. El entorno actual y este nuevo choque representan crecientes dificultades para los países, donde el FMI resalta dos “dicotomías”, una del lado monetario y otra en el frente fiscal. La primera se refiere a la necesidad de balancear la lucha contra la inflación y salvaguardar la recuperación económica tras la pandemia. La segunda consiste en apoyar a aquéllos más afectados por el aumento en los costos de vida –especialmente a las familias más pobres– a la vez que se restablecen los amortiguadores fiscales.

En mi opinión, la coyuntura sugiere a que los países tendrán que ser mucho más cautelosos en su manejo de la política económica. Además, los riesgos son más diversos y de una naturaleza distinta a los enfrentados durante la crisis financiera de 2007/2008 o por el Covid-19. Por lo tanto, las respuestas tendrán que ser mucho más diferenciadas que antes. Por ejemplo, en la dicotomía monetaria, países más alejados del conflicto y con un crecimiento más robusto, como EU deberán continuar con su ciclo alcista en las tasas de interés. Sin embargo, en la Eurozona la situación es más delicada ante la elevada inflación, pero también con un impacto económico por el conflicto.

En la dicotomía fiscal, el FMI sugiere que el grado de respuesta debería depender de la exposición a la guerra, la evolución de la pandemia y el estado de la recuperación. El objetivo es proteger a la población más vulnerable a pesar de la necesidad de balancear esta meta con una mayor prudencia fiscal ante niveles de deuda más elevados. Para esto, la institución sugiere medidas adicionales de ingreso y gasto público más focalizadas, aunque con diferentes grados de libertad dependiendo del espacio fiscal disponible. Sin embargo, será necesario desarrollar planes creíbles para estabilizar las finanzas públicas en el mediano plazo, sobre todo en países emergentes que enfrentarán mayores costos de financiamiento por las alzas de las tasas de interés.

Crecientes retos para las políticas económicas

En mi opinión, el conflicto en Ucrania ha exacerbado las complicaciones que ya enfrentaba la economía global. En particular, significa un nuevo choque de gran relevancia en un contexto en el cual la recuperación por el impacto de la pandemia todavía no está completa. En este sentido, la mayor incertidumbre por el conflicto y la menor capacidad de reacción de los países se traducen en nuevos retos. Si bien el FMI tuvo un especial enfoque en la incertidumbre sobre la evolución, desarrollo y magnitud del impacto por la guerra, tampoco dejó de lado otros riesgos que también podrían ser muy relevantes hacia delante. En respuesta, proponen una serie de acciones que podrían llevarse a cabo para enfrentar este entorno, incluyendo renovados esfuerzos de cooperación internacional. Por su parte, advierte sobre la necesidad de un monitoreo constante y acciones oportunas con el objetivo de tomar las decisiones más adecuadas.

Si bien dichas medidas serían claramente bienvenidas, de manera general, considero que el escenario del FMI para la economía global sigue siendo algo optimista. Sobre todo, ante las difíciles decisiones que prácticamente todos los países tendrán que tomar entre diferentes opciones de política económica, en un entorno mucho más difícil e incierto caracterizado por un espacio mucho menor para otorgar estímulos en caso de choques adicionales.

*El autor es director Ejecutivo de Análisis Económico y Estrategia Financiera de Mercados de Grupo Financiero Banorte.

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