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La Fed anunció el inicio del ciclo de alzas respaldando un fortalecimiento estructural para el dólar
La decisión de política monetaria de la Reserva Federal fue el eje central de las últimas sesiones de operación. Como era esperado, el FOMC preparó al mercado para iniciar el ciclo de alzas avivando el debate entre los analistas en relación con el ritmo y la magnitud de los siguientes movimientos. En paralelo, el dólar se benefició en un entorno donde la elevada inflación y las tensiones geopolíticas se mantienen en la mira de los inversionistas y bancos centrales.
El pasado 26 de enero, la Reserva Federal anunció su primera decisión de política monetaria del año en un entorno de elevada volatilidad al interior de los mercados financieros. En línea con las expectativas del mercado, la Fed mantuvo sin cambios el rango de los Fed Funds y confirmó que el tapering finalizará a principios de marzo. Adicionalmente, la institución enfatizó que “con la inflación muy por arriba del 2.0% y un mercado laboral fuerte, el Comité espera que pronto sea apropiado elevar la tasa de Fed funds”, mandando señales claras del inicio del ciclo de alzas en la siguiente decisión de política monetaria.
El mercado recibió sin sorpresas el comunicado ante un alza de 25pb completamente descontada para la reunión de marzo y alzas implícitas acumuladas de +99pb para fin de año. Sin embargo, los mercados ajustaron sus expectativas reflejando una postura más restrictiva para el banco central tras la conferencia de prensa de Jerome Powell. En este sentido, el presidente de la Reserva Federal no descartó la posibilidad de un ciclo de alzas más acelerado a través de ajustes en cada una de las decisiones de política monetaria. De esta forma, el mercado ahora incorpora un alza de +30pb en marzo y acumula alzas implícitas de +120pb en el año. Bajo esta coyuntura, los analistas comenzaron a evaluar la posibilidad de alzas de 50pb en lugar de 25pb con algunos manifestando su convicción por ajustes más agresivos.
Fortalecimiento estructural para el dólar norteamericano
El anuncio del proceso de normalización monetaria por parte de la Reserva Federal resultó en un fortalecimiento del dólar norteamericano. En este sentido, el índice DXY —referencia comúnmente utilizada para aproximar a la divisa norteamericana compuesta por una canasta de divisas desarrolladas— repuntó a niveles máximos no vistos desde julio de 2020 tras un inicio de año turbulento. Este índice ha ganado 1.6% durante enero, extendiendo la dinámica positiva del año previo (+6.4% a/a). En paralelo, el índice BBDXY, referencia que también incluye divisas emergentes, acumula ganancias de 1.4% en el mes. De esta forma, el desempeño al interior de las divisas desarrolladas y emergentes es mayormente negativo. Sin embargo, las divisas latinoamericanas se han mantenido defensivas, en parte impulsadas por la postura restrictiva de los bancos centrales como ha sido el caso del peso chileno (+6.1%), el sol peruano (+4.3%), el peso colombiano (+3.5%) y el real brasileño (+3.2%). Para el primero, el banco central sorprendió al mercado con un alza de 150pb vs 125pb esperados, mientras que Perú incrementó su tasa en 50pb. En tanto, el mercado anticipa incrementos de 75pb y 150pb en las siguientes decisiones de política monetaria en Colombia y Brasil, respectivamente.
Por su parte, el peso mexicano se ha separado de sus pares emergentes acumulando una depreciación de 1.1 por ciento. Tras la decisión de la Fed, la divisa regresó a operar cerca de la figura de 20.80 por dólar, —nivel donde también se ubica el PM de 50 días (20.82)— extendiendo los episodios previos de volatilidad donde se incorporó la última lectura de inflación. Si bien el atractivo por carry funge como un factor de anclaje para la divisa, el entorno de volatilidad lo mantiene limitado.
En los siguientes meses, el dólar norteamericano continuará fortaleciéndose de la mano del proceso de normalización monetaria de la Reserva Federal, como se materializó en la primera reunión del año, en un entorno donde la incertidumbre respecto al crecimiento económico global y las tensiones geopolíticas prevalecen.
* El autor es subdirector de Renta Fija, Tipo de Cambio y Commodities de Grupo Financiero Banorte.