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La banca en 2021, ecos de la Convención Bancaria
La 84 Convención Bancaria fue el motivo para presentar números y hacer un balance luego de que, precisamente después de la clausura de la Convención 83 en marzo de 2020 se declarara la contingencia sanitaria que llevó a la banca a crear reservas adicionales por 44,000 millones de pesos, así como a acelerar un cambio tecnológico que ya se venía gestando, situaciones que implicaron poner la atención en regulación, digitalización de los servicios, composición de la cartera e inclusión financiera.
Todo comenzó en marzo de 2020 cuando de manera conjunta con las autoridades financieras, la banca lanzó una serie de programas de apoyo para los clientes que fueron desde el aplazamiento de pagos de créditos, hasta reestructuras; además de que realizó reservas adicionales para enfrentar un posible deterioro de la cartera. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) emitió criterios contables especiales para que los bancos apoyaran a los clientes.
Lo anterior implicó que a enero de 2021 los créditos que se acogieron a los criterios contables especiales sumaran 890 mil millones de pesos, y que de ese monto 83% permaneciera vigente sin que hubiera requerido algún tipo de apoyo adicional; 12% fuera reestructurado y también se mantenga vigente; y 5%, que suma 47,000 millones de pesos, se encuentre vencido.
Como resultado de las medidas, las carteras se reconfiguraron en tres grupos de acreditados: los que podían reactivar pagos sin problemas; quienes necesitaban algún tipo de revisión a las condiciones o reestructuras para no caer en incumplimiento; y los muy afectados que no podrían retomar sus compromisos, situaciones que también propiciaron una recomposición en los números de la banca con la otorgación de créditos a la baja y la captación al alza. Situación muy diferente a la que se enfrentó durante la crisis de 1994-1995 o a la recesión de 2009.
Sin embargo, no obstante, que en 2020 México experimentó su peor recesión económica desde 1932, actualmente la banca mexicana se encuentra sólida, pero con varios temas en la mira. El presidente de la CNBV, Juan Pablo Graf, hace énfasis en seguir evaluando a las carteras ahora que han concluido los programas de diferimiento de pago y reestructuras; estar al pendiente de los informes de 2020 de los auditores externos, así como en los resultados de los ejercicios de suficiencia de capital y las proyecciones de las instituciones para aumentar el crédito.
Aunque en los primeros meses de la pandemia el crédito mostró crecimiento, principalmente porque las empresas hicieron efectivas las líneas de crédito que tenían con los bancos para tener liquidez y enfrentar la situación, a partir de agosto de 2020 el crédito al sector privado empezó a registrar caídas, algo que no se veía desde hacía 11 años, para cerrar en diciembre de 2020 una caída real anual de 4.3 por ciento.
Por segmento, y en términos nominales, en empresas la caída fue de 2.2%, y en consumo de 7.2% en el mismo periodo, mientras que el crédito a la vivienda mostraba números hacia arriba para cerrar 2020 con un crecimiento de 9.3%, porcentaje similar al de la captación bancaria en 2020 que fue de 9.7% en su comparación anual, lo que se debe, según los banqueros, a que los clientes han preferido ahorrar a endeudarse en este periodo de incertidumbre.
En la incertidumbre, miras de largo alcance
Para menguar la incertidumbre, en el marco del evento de los banqueros llamado “La banca como impulso del crecimiento económico 2021”, Juan Pablo Graf expuso algunos temas regulatorios para la banca durante 2021:
- Simplificación del proceso de autorización de los corresponsales bancarios para impulsar la inclusión de la población más vulnerable y facilitar a los migrantes su incorporación al sistema financiero formal.
- Continuar con la segunda fase del open banking.
- Diseñar un marco integral para aplicar criterios de proporcionalidad en el sistema financiero mexicano.
- Seguir con los proyectos regulatorios en Coeficiente de Financiamiento Estable Neto (CFEN), Grandes Exposiciones, TLAC (Total Loss Absorbing Capacity) y revisar los requerimientos de capital por riesgo de mercado.
- Extender el periodo para el uso de los buffers de capital y liquidez hasta fines del 2021, con una restricción gradual del capital a lo largo del 2022.
Lo anterior es importante porque de acuerdo con el estudio The Bank Business Model in the Post‑Covid-19 World actualmente el sector bancario debe sumar los efectos de la crisis por el Covid-19” que, como se ha visto a partir de los datos, en el país muestra características diferentes que podrían centrarse en los efectos de la disrupción tecnológica, atención en la entrada de nuevos jugadores y su interrelación con los participantes tradicionales, lo que tiene que ver con una mayor cautela para mantener estable al sistema financiero.
El efecto de la tecnología
Durante la pandemia se generaron cambios de hábitos entre los clientes y esta tendencia seguirá, principalmente en materia de digitalización. Algunos datos que apoyan la argumentación son, por ejemplo, los que proporcionan BBVA, Santander, HSBC y Mifel.
En 2020 BBVA creció 25% el número de clientes digitales y la transaccionalidad a través de éstos aumentó 55%; mientras que en ventanilla se redujo alrededor de 30 por ciento.
En Santander, según la institución, lo que iba a ocurrir en los próximos tres o cuatro años, lo tuvieron que vivir en 12 meses, y no ven que haya marcha atrás. En HSBC la banca digital creció 100% en 2020, mientras que en Mifel, la adopción de banca digital pasó de 25 a casi 40% entre sus clientes.
Desde la perspectiva de Matthias Kröener, director ejecutivo del banco en línea alemán Fidor Bank y especialista en banca digital, la digitalización en las entidades financieras tradicionales es fundamental para ayudar a mitigar el riesgo de la posible irrupción de las bigtech al sistema financiero, una situación que ha estado latente y genera una amenaza para el sistema bancario tradicional.
De acuerdo con autores del estudio referido, existen desafíos cruciales debido a que la crisis de Covid-19 acelerará las tendencias anteriores a la crisis, pondrá a prueba la resistencia del sistema financiero, las reformas regulatorias implementadas después de la crisis financiera mundial y los límites de la intervención del banco central.
Apuntan que “la digitalización aumentará la competitividad de los servicios financieros, pero su impacto a largo plazo dependerá de la estructura de mercado que prevalezca. La banca puede pasar del oligopolio tradicional a un sistema con unas pocas plataformas dominantes que controlan el acceso a una base de clientes fragmentada, con algunas firmas de bigtech y algunos operadores tradicionales transformados por plataformas monopolizando la interfaz con los clientes”.
Con ese escenario, explican, que los reguladores deben adaptarse a la disrupción digital equilibrando la facilitación de la competencia y permitiendo los beneficios de la innovación. “Para ello, deben coordinar la regulación prudencial y la política de competencia con las políticas de datos, navegando por complejas compensaciones”.
¿Qué sigue?
El informe referido sobre el futuro de la banca pone el foco en la disrupción digital y en los nuevos jugadores del sistema bancario por los nuevos riesgos que surgirán y que “requerirán respuestas regulatorias, especialmente unas normas que aseguren una competencia justa entre los bancos tradicionales y los nuevos entrantes”.
En México el sector mantiene indicadores financieros sólidos; el nivel de capitalización de la banca (17.4%) cumple con mucho más de los criterios que impone Basilea III y en el tema de regulación va a la vanguardia; sin embargo, la economía y el sistema financiero mexicanos continúan enfrentando un entorno complejo derivado de los choques ocasionados por la pandemia que pueden afectar a los bancos y a los usuarios porque, si bien, al inicio de la pandemia y al primer trimestre de 2021, el sistema financiero se encontraba en una posición sólida con bajos niveles de morosidad, aún persiste la incertidumbre respecto a los efectos de la pandemia en la cartera de crédito de los sectores más afectados, lo que podría representar riesgos para algunas de las 50 instituciones que conforman el sistema bancario del país.
En la Convención Bancaria el presidente saliente de la ABM, Luis Niño de Rivera, señaló que la evolución del crédito y la captación bancaria, las tasas y comisiones, así como la inclusión financiera y la banca digital son factores clave para impulsar la recuperación económica del país, ¿pero cómo hacerlo cuando el 53% de los adultos mexicanos carece de una cuenta bancaria y 7 de cada 10 no tiene acceso al crédito? La moneda está en el aíre y el foco en cuatro temas que trascienden el evento en el que fueron presentados.