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La infraestructura de cara al Nearshoring

México se ha posicionado como el país con el mayor potencial para el aprovechamiento del nearshoring. Foto: Especial.

México se ha posicionado como el país con el mayor potencial para el aprovechamiento del nearshoring. Foto: Especial.

Mucho se ha comentado sobre la oportunidad que representa para México, en términos de atracción de nuevas inversiones, el denominado nearshoring dada su frontera de 3,152 km compartida con EEUU, detonada a raíz de factores como la guerra comercial entre EEUU y China, la entrada en vigor del nuevo T-MEC y la pandemia del Covid-19.

Cabe mencionar que antes del nearshoring la tendencia era el offshoring en el que las cadenas de suministro se visualizaban globales mas que regionales y en el que aspectos como husos horarios similares y la proximidad física eran secundarios, siendo beneficiarios de dicho esquema países como China y la India. Sin embargo, elementos como el incremento en los costos de mano de obra en China y en costos logísticos hicieron que la opción del offshoring sea cada vez menos competitiva. De ahí, por ejemplo, que el expresidente Donald Trump impulsara el reshoring hacia su país con campañas como “America First” y “Buy American” y con la inclusión de cláusulas de contenido mínimo estadounidense y regional en el T-MEC.

Al analizar las industrias que podrían beneficiarse del tema del nearshoring, destaca en primera instancia la automotriz, que lo ha hecho por décadas, contando actualmente con 25 plantas automotrices de 12 marcas ubicadas en 13 entidades federativas. Otras industrias que se identifican como posibles beneficiarios del nearshoring son la metalmecánica, de dispositivos médicos, inyección de plásticos, aeroespacial y electrónica. Es bien conocido el boom que ha tenido la industria aeroespacial en Querétaro y el éxito de la industria maquiladora asentada en ciudades fronterizas de estados como Baja California, Nuevo León, Chihuahua, Sonora y Tamaulipas. 

Ahora bien, ¿cuál es la situación actual de la infraestructura de transporte en México de cara al nearshoring?

En términos generales, podemos concluir que desde la perspectiva del IMEF la infraestructura de transporte se encuentra en un estado de desarrollo aceptable para poder captar nuevas inversiones derivadas del nearshoring. Desde luego, a todos nos gustaría que la inversión fija bruta se incremente a los niveles de 25% del PIB que siempre ha recomendado el sector privado, pero esto no quiere decir que la infraestructura sea un obstáculo para el nearshoring.

En cuanto a carreteras, se observó un esfuerzo importante para incrementar la red nacional durante el sexenio del expresidente Felipe Calderón, apoyado de manera importante por el sector privado a través de diferentes esquemas de Asociaciones Público-Privadas (“APPs”), mismo que se ralentizó en los sexenios posteriores, pero que de cualquier manera hoy ofrece una red de 175,526 km de carreteras y autopistas pavimentadas y 80,301 km de vialidades urbanas e infraestructura de enlace. Adicionalmente, contamos con 53 puentes y cruces internacionales con Estados Unidos para el tránsito de carga, vehículos y peatones.

Por otro lado, México cuenta con una sólida red logística con 102 puertos marítimos y 78 aeropuertos, además de 26,727 km de vías férreas de las cuales 17,197 están concesionadas. La participación de la iniciativa privada, también se ha hecho presente para coadyuvar al desarrollo y mejoramiento de puertos, aeropuertos y ferrocarriles. Tal es el caso de las participaciones de GAP, OMA y ASUR en los grupos aeroportuarios, así como de Ferromex, Kansas City Southern de México, Ferrosur y Ferrovalle en la red ferroviaria.

 En resumen, en el IMEF consideramos que la infraestructura de transporte en México es suficiente para soportar las nuevas inversiones derivadas del nearshoring, pero que las enormes ventajas que ofrece el país en términos de ubicación geográfica, menores costos laborales y logísticos, mano de obra calificada, sector industrial desarrollado y diversificado, protección de la propiedad intelectual, y menores impuestos y aranceles; no serán suficientes si no somos capaces de recuperar la confianza de los inversionistas y brindarles la certeza jurídica de que sus inversiones están seguras.

Francisco José Sarti Pérez es Presidente del Comité Técnico Nacional de Infraestructura del IMEF.

francisco.sarti@cofiprin.com.mx

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