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Termina abril con un sentimiento de aversión al riesgo
El balance de riesgos en los mercados financieros continua al alza con el conflicto bélico Rusia-Ucrania entrando a su tercer mes y el incremento de contagios causando estragos en la economía China. Además, la Reserva Federal ha mandado claras señales de movimientos más agresivos para contrarrestar las presiones inflacionarias de cara a disrupciones latentes en las cadenas de suministro y menores expectativas de crecimiento económico global.
Finalizó abril con un sentimiento de cautela en los mercados financieros a pesar del inicio favorable de la temporada de reportes corporativos en Estados Unidos.
Los inversionistas asimilaron una perspectiva menos prometedora para el crecimiento económico global por parte del BM y FMI, ambos recortando sus pronósticos para 2022 ante un panorama más retador. Además, el PIB preliminar del 1T22 de EU sorprendió al mercado con la primera contracción desde 2020 ante una fuerte caída en el rubro de exportaciones.
En este sentido, la dinámica del mercado continúa dirigida por una política monetaria más restrictiva por parte del Fed, el escalamiento de la guerra en Ucrania y el alza de contagios en China. De esta forma, los inversionistas anticiparon un incremento de 50 puntos básicos por parte de la Reserva Federal el miércoles, siguiendo los últimos comentarios más hawkish de sus miembros. Además, la curva descuenta tres alzas adicionales consecutivas de la misma magnitud y acumula un ajuste para lo que resta del año de +240 puntos básicos. Lo anterior en un entorno de elevados niveles de inflación que han alcanzado máximos de cuatro décadas y prevalecientes disrupciones en las cadenas de suministros.
Respecto al último punto, Rusia suspendió las exportaciones de gas natural a Polonia y Bulgaria, provocando que más países además de EU y Reino Unidos planeen sumarse a la prohibición gradual de las importaciones de crudo ruso. En tanto, los confinamientos en China han ralentizado la producción en ciudades clave causando estragos en la economía y obligando al país a brindar mayor estímulo.
Bajo esta coyuntura, los activos financieros cotizan en un entorno altamente volátil. Durante el mes, los futuros del petróleo han fluctuado entre ganancias y pérdidas resultado de fuertes presiones en la oferta y la demanda. Por su parte, el dólar registró su mejor desempeño mensual en una década avanzando contra todas las divisas desarrolladas y emergentes, excluyendo al rublo ruso.
El dólar se ha nutrido del fuerte sentimiento de aversión al riesgo en el mercado y un mayor diferencial esperado vs. las tasas de referencia de otros países. En particular, esta situación se refleja en la dinámica del yen japones que se posicionó como la divisa más débil al interior del grupo del G10, alcanzando su peor nivel en 20 años tras confirmar una política monetaria acomodaticia.
En EM, el peso mexicano regreso a operar por arriba del psicológico de 20.50 por dólar desde 19.85 a inicios de mes. Por su parte, en el frente accionario se registraron pérdidas generalizadas con los mayores ajustes en las bolsas norteamericanas. En tanto, los bonos soberanos globales extendieron las pérdidas observadas en el 1T22, aunque en abril las presiones se concentraron en las tasas de mayor plazo. Vale la pena señalar que, a inicios de mes, la curva de Treasuries se invirtió temporalmente llevando al diferencial 2/10 a terreno negativo por primera vez desde el 2006, situación que incrementó las preocupaciones de una recesión.
En tanto, el Bono M de 10 años superó la figura de 9.00% tras acumular una depreciación de alrededor de 80pb. Finalmente, consideramos que la atención del mercado continuará en la evolución de los tres factores señalados anteriormente en medio de una mayor materialización del deterioro económico global que continúa incrementando los temores de estanflación, mientras que la coyuntura seguirá brindando soporte al dólar norteamericano.
* Subdirector de Renta Fija, Tipo de Cambio y Commodities de Grupo Financiero Banorte.