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¿Y después de las elecciones?
En las elecciones intermedias del 6 de junio pasado, la sociedad tomó algunas decisiones importantes con resultados sorpresivos, en algunos casos a favor del gobierno y partidos aliados y en otros, claramente de lado de la oposición. En términos económicos, el resultado electoral no debe generar cambios en el corto plazo, donde deberá dominar la recuperación económica de Estados Unidos y el mundo, así como decisiones de política monetaria que puedan empezar a impulsar bancos centrales como la FED, el BCE, el BoE, el BoJ, el Banco Central de China y el propio Banxico en nuestro caso, cuyo desenlace puede impactar en el desempeño de la economía mexicana.
Contexto externo y riesgo interno son las áreas dentro del entorno económico global donde se ubican los diferentes eventos o indicadores ligados a la economía, que no se han modificado por los resultados electorales, pero sí condicionan el desarrollo del país y el camino para aprovechar las oportunidades.
Contexto externo con efecto hacia nuestra economía
1. Riesgo sobre la inflación mundial y local ante un aumento en precios de materias primas y una mayor actividad económica mundial.
2. Discusión en el Congreso de Estados Unidos para autorizar el Programa de Infraestructura, Plan de Familias y el Presupuesto fiscal 2022.
3. La posibilidad de que la FED empiece a tomar acciones de política monetaria para controlar el riesgo inflacionario futuro (se estima hacia finales de verano o durante el otoño).
4. Actividades impulsadas por Joe Biden para frenar los efectos del cambio climático.
5. Mayor intercambio comercial favorecido por la actividad económica de Estados Unidos.
6. Inversión directa apoyada por reinversión de utilidades, pero no por nuevas inversiones.
7. Remesas familiares y balanza comercial crecientes por el desempeño positivo de la economía de Estados Unidos.
8. El Banco de México cerró el ciclo de baja en tasas de interés y podría verse presionado en caso de que la FED empiece a tomar medidas preventivas vs. la inflación.
9. Variables macroeconómicas estables como Deuda / PIB, Cuenta Corriente y Déficit Fiscal que han ayudado a minimizar riesgos sobre la tasa riesgo país y tipo de cambio.
Riesgo Interno
10. Certeza jurídica afectada por cambios de reglas, especialmente en el sector energético.
11. Presión de gobiernos y empresas de Estados Unidos y Canadá en el TMec.
12. Presión del gobierno de Estados Unidos al gobierno de México en materia de migración, narcotráfico y de seguridad.
13. Estados Unidos y China seguirán una confrontación comercial, política, empresarial y tecnológica que permitirá a México acompañar más en la cadena de suministro a productos de Estados Unidos.
Oportunidades
Como podemos observar, todos estos eventos o indicadores ligados a la economía no se han modificado por los resultados electorales. Si bien el hecho de que se redujeron los espacios de maniobras para el Gobierno Federal en la Cámara de Diputados, en especial para cambios constitucionales, podría ayudar quizá a algunas inversiones directas o de largo plazo, pero sería gradual.
La prima de riesgo de nuestro país se ha venido reduciendo en lo que va del año, beneficiando en el desarrollo de la curva de mercado de dinero desde finales de abril a la fecha. Además, el peso mexicano sigue registrando una tendencia con ligero sesgo de apreciación. El 80% del flujo de operaciones se lleva a cabo fuera de México y, por lo tanto, influye más la expectativa ligada a la estabilidad macroeconómica (punto 9) o cambios en la política monetaria de la FED que movería la reasignación de flujos.
En cuanto al mercado accionario, el 2021 beneficia a empresas tanto por el crecimiento económico como por los fáciles comparativos en los reportes trimestrales. Acumula una ganancia superior al 15.0% y podría lograr nuevos máximos históricos en este año. No se prevé grandes riesgos por un movimiento de ajuste gradual de la política monetaria por la FED y Banxico en su caso. Bolsas como el Dow Jones, S&P y Nasdaq, estarán aumentando su volatilidad, pero esperamos al final un cierre moderadamente positivo en rendimiento, pero menos atractivo que el rendimiento de los mercados emergentes como México.
A partir de los factores enumerados y de su interrelación las estimaciones para 2021 son:
- La expectativa de crecimiento para la economía mexicana será de 5.0% anual (casos optimistas esperan hasta 6.0% anual) generada principalmente por un entorno favorable de la actividad productiva en Estados Unidos.
- Persistirá el riesgo sobre la inflación que podría concluir el año por arriba de 5.0% anual, con una presión de alza por el desempeño de materias primas, principalmente.
- El tipo de cambio estimado podría ubicarse cerca de 20.50 pesos por dólar hacia finales de año, al esperar que la FED inicie la reducción en el ritmo de compra de activos y el dólar empiece a recuperar terreno.
- La tasa de interés de referencia cerrará 2021 sobre 4.0% anual o, en su caso, una modificación de la FED, presionaría a Banxico a subir 25 puntos en el presente año y concluiría en 4.25% anual.
Bien, pero…
Con todo esto, la economía mexicana y algunos mercados transitarán el 2021 beneficiados por la fuerte liquidez generada por políticas fiscales y monetarias, y las economías líderes como Estados Unidos y China, serán los países de mayor aportación al crecimiento mundial.
México se beneficiará de la recuperación mundial, pero la visión 2022 podría afectarse ante una falta de certeza jurídica, limitando como hasta ahora, la nueva inversión directa y el empleo. Si bien los escenarios negativos que se preveían a partir de los posibles resultados de los comicios del 6 de junio han quedado atrás, las acciones y los cambios a futuro son determinantes para hacer de las proyecciones positivas una realidad para el país.
*El autor es Director de estrategias de mercado de AD Value Asesoría de Inversiones S.C.