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"El 2020 fue un año disruptor sin precedentes": Luz Adriana Ramírez
El año pasado se observó un desplazamiento más acelerado del efectivo hacia los pagos digitales; las personas están más dispuestas a adoptar nuevas tecnologías como las mensajerías instantáneas.
Disruptor y sin precedentes, así es como Luz Adriana Ramírez directora de Visa México, define al 2020, un año en el que la pandemia del Covid-19 dejó varias lecciones al sector financiero, pero también muchas oportunidades, un año en el que se vislumbra un mayor uso de los medios de pago digitales ante el apego que se tiene en México al dinero en efectivo.
En entrevista con el Economista, explicó que prácticamente todos los países se han visto impactados por esta pandemia al mismo tiempo, lo que repercutió en impactos sensibles para la salud, y por otro lado fue un año en que se hizo una verdadera transformación digital. Explicó que el confinamiento obligó a las personas a tener un cambio en sus hábitos y costumbres y esto llevó a un catalizador en la adopción de los pagos digitales.
—¿Qué retos hubo en la implementación de las soluciones de pago digital?
—Vimos un desplazamiento más acelerado del efectivo por esta adopción hacia los pagos digitales. Visa realiza un estudio que denominamos Preferencias del Consumidor, y de hecho, ahora en diciembre pasado, hicimos la tercera ronda y vimos cosas muy interesantes, por ejemplo, las tendencias a la adopción a los pagos sin contacto, las personas tienen una percepción de mayor seguridad, de mayor higiene al no manejar el efectivo al buscar hacer pago sin contacto y no tener que tocar las Terminales Punto de Venta. Con esto, los pagos sin contacto tuvieron una penetración en Latinoamérica de 15 por ciento.
También se observó la adopción a nuevas tecnologías: 78% de los encuestados dijo estar dispuesto a adoptar estas nuevas tecnologías ante estas circunstancias, algunas de ellas, por ejemplo, son las mensajerías instantáneas, las redes sociales, la biometría, el Internet de la Cosas, la realidad virtual, la realidad aumentada.
—¿Cómo reforzar estas medidas en un país como México que tiene un apego al efectivo?
—México ha sido una economía que tradicionalmente ha sido impulsada por el efectivo, sin embargo, toda esta coyuntura de la pandemia y del cambio de hábito de los consumidores está permitiendo este catalizador hacia el movimiento de los pagos digitales y para continuar moviéndonos en el decremento del desplazamiento del efectivo, hay algunos pilares básicos para lograrlo: por un lado la parte del apego, el soporte, la habilitación de los pequeños negocios, las pymes, la relevancia de las pymes y las microempresas en México que representan más de 95% de nuestras unidades de negocio y por ende, el darles soporte y estar cerca de ellos, es vital.
En Visa siempre lo hemos hecho, pero este ha sido un año particularmente de trabajo más cercano con ellos.
Por un lado generamos un sitio web de Visa, particular y especialmente dedicado a las pequeñas empresas en donde se encuentran herramientas digitales, cuestiones de operatividad y de productividad para sus negocios, cuestiones educativas, vamos, una amplia gama de herramientas y oportunidades para crecer su negocio.
Nosotros, de hecho, nos comprometimos en Visa a hacer la habilitación digital de 4 millones de pymes y micronegocios en México y Latinoamérica.
—En temas de seguridad, ¿cuáles fueron las lecciones adquiridas?, ¿cambió algo?
—Definitivamente sí, con la pandemia se incrementó el comercio electrónico, y los pagos remotos también han tenido su reto, como en todo, en la parte de seguridad, fraude, muchas veces migra de un estado a otro conforme esa misma vertical va creciendo y tenemos muchos retos en esa línea.
Para Visa la seguridad está en nuestro ADN, es lo más importante, generamos varias capas de seguridad a través de diferentes herramientas y soluciones y estamos muy enfocados ahora en la protección de fraude.
Tenemos cuatro pilares: el primero es proteger la información sensible como la del número de cuenta que es lo más delicado para cualquier tarjetahabiente; lo segundo es maximizar el uso de los datos, como la huella digital. Esta mayor información permite una mayor protección para saber si es la persona la que verdaderamente está comprando; el tercer pilar es la devaluación de la información, que esta información sensible que mencionamos, la quitemos del camino, nosotros le llamamos la tokenización, cambiar esa información sensible por un número de token, que si se compromete no tiene mayor riesgo y finalmente hay algo muy relevante, empoderar a todos los participantes del ecosistema, porque los participantes junto con los que somos responsables de las tecnologías de pago son los que pueden apoyar más a proteger su propia información, por ejemplo, los consumidores, para eso tienen las alertas.
Ahora con las billeteras puedes prender y apagar tus tarjetas ante cualquier duda, entonces tiene que haber un empoderamiento para protegerte, lo mismo los comercios, lo mismo los emisores utilizando las herramientas de vanguardia para que todos hagamos un ecosistema más protegido en estos términos de seguridad.