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El sistema bancario va bien, pero podemos hacer más
El funcionario destaca el crecimiento de la banca cinco veces mayor al PIB, así como una extensión en el uso de medios de pago móviles; preocupa regularizar a los crowdfunding.
Vamos bien, pero podemos hacer más . En esta frase Jaime González Aguadé expresó su visión del sistema bancario. El crédito crece a una tasa que es cinco veces mayor que la del Producto Interno Bruto (PIB). La cartera vencida no pasa de 3 por ciento. El número de los usuarios de la banca móvil ha pasado de 800,000 a 7 millones, del 2013 a la fecha. No está mal, pero no basta. La meta es llegar a 40% de la participación del crédito en el PIB y extender el uso de medios de pago digitales. Hay mucho que hacer. Un ejemplo de ello es el crowdfunding que es un fenómeno creciente y una de las siguientes tareas más urgentes. En México existe el crowdfunding pero no lo hemos regulado .
Jaime Gonzalez Aguadé lleva poco más de tres años al frente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Este tiempo ha sido de concentrarse en la regulación, de hacer muchos cambios internos que muchas veces no se ven , explicó. La reforma financiera implicó cambiar 34 leyes y hacer 200 modificaciones a la regulación. El cumplimiento de los acuerdos de Basilea generó 100 cambios. Los cambios regulatorios han sido acompañados de muchos otros al interior de la CNBV . Lo que ha ocurrido en la forma de supervisar ha sido fundamental. Pasamos de una supervisión basada en el cumplimiento normativo a una basada en revisión de riesgos. Es un proceso que implica invertir en tecnología e impulsar un cambio organizacional que no es sencillo. Hay gente que tiene 30 años trabajando aquí, tiene más antigüedad que la comisión misma. En Canadá y en Australia (el cambio tomó) cinco años .
La CNBV ha trabajado con el Banco Mundial para desarrollar una nueva plataforma que se implementará a partir del 2016. Será un cambio que verán los intermediarios financieros.
Una crítica generalizada de los intermediarios financieros es que es muy costoso el proceso regulatorio. ¿Cómo se ve la CNBV frente a esa crítica?
Es natural que se quejen. En cierto sentido es como los impuestos: a nadie le gusta pagarlos. A partir del 2008, México ha incorporado muchos de los estándares internacionales en la regulación nacional, esto implica que hayan crecido la supervisión y la regulación. Las instituciones han tenido que dedicar más tiempo a cumplir con los requerimientos. Eso es un hecho importante, pero no es el tema. El análisis debe ser hecho en función del costo-beneficio. La cuestión es: ¿Ésto hace más seguros a los bancos, al sistema financiero? Creemos que así es. En estos años ha crecido el crédito y se ha comportado bien la cartera. Todo el sistema está mucho mejor que antes. En 1994, por ejemplo, no había regulación ni supervisión efectiva.
La existencia de bancos chicos plantea muchos temas que generan polémica, uno de ellos es la regulación, ¿qué tipo de regulación necesitan?, ¿debe ser igual a la de los grandes?
Antes de esta administración, la estrategia para generar mayor competencia era otorgar más licencias. Esto trajo más bancos que no necesariamente podían competir con los más grandes, que tenían la ventaja de estar posicionados, más los beneficios relacionados con la escala. La reforma financiera abre la posibilidad para que los bancos chicos puedan competir. Un ejemplo es la red de medios de disposición donde se evita la integración vertical.
Estamos cambiando las reglas para que todos puedan jugar, y no sólo los que ya estaban en la cancha. En la regulación decidimos no hacer una diferencia en función del tamaño o del tipo de banco. No importa si son chicos o grandes, o si son banca de inversión o banca múltiple. En cosas muy específicas hemos hecho excepciones. En el coeficiente de liquidez hemos dado más tiempo para que los bancos chicos ajusten su cartera.
¿Cómo les va con los bancos nuevos?
Se autorizaron cuatro el año pasado. A Sabadell y a Finterra ya les dimos el inicio de operaciones. Tenemos dos más que ya tienen autorización pero no inicio de operaciones. Una de las cosas que hemos cambiado es que ahora hacemos en paralelo las gestiones para autorizar y para que puedan comenzar con sus operaciones. Se trata de que en lo administrativo sea más sencillo. Sabemos que lo complicado es lograr la rentabilidad. Es un proceso de largo plazo. El mínimo regulatorio de capital son 400 millones de pesos.
¿Les preocupa la mortalidad o quiebra de los bancos chicos?
Lo que hay que recordar es que ésta es una industria como cualquier otra, donde los agentes económicos entran y salen todos los días. La diferencia, en favor de la industria, de este sector, es que cuenta con mecanismos claros de salida. Hay un proceso claro donde un juez define cuánto le toca a cada quien y un seguro de depósito protege el patrimonio de la mayoría de los ahorradores. En México, no había pasado, pero después del 2008, lo raro es que no pase en cualquier país del mundo. Hoy tenemos un andamiaje que permite cuidar a los inversionistas, falta mejorar la educación financiera, porque tenemos que muy poca gente sabe cuál es su depósito de seguro y cuánto los cubre.
¿Cómo se encuentra el sistema financiero ante la volatilidad?
Destaca la resistencia de México ante los embates de volatilidad internacional. Esto es algo que ponderamos muy poco en México, el año pasado la economía creció 2.5% y el crédito lo hizo en 15 por ciento. Tenemos una cartera vencida que está abajo de 3 por ciento. La economía y el sistema financiero están sólidos.
Ahora los inversionistas están preocupados por el sistema bancario europeo. ¿Cómo se lee y trabaja esto desde la comisión?
Cada vez es más frecuente y más profunda la relación con autoridades de otros países. Uno de los ejemplos más interesantes es la existencia de colegios de supervisión por cada uno de los bancos internacionales, donde se analiza la situación de cada uno de ellos. Hay un colegio para HSBC, otro para BBVA, Santander, Citi, para cada uno de los bancos globales. Participamos en ellos y eso nos ayuda mucho a saber cómo están. Estos colegios funcionan como foros de discusión en donde los representantes de los bancos pueden participar. Nos da mucha tranquilidad ver que los bancos de México muchas veces están mejor que sus propias matrices.
En el 2008 y el 2009 hubo versiones de que los bancos de México terminaron apuntalando a sus matrices con transferencias de capital. ¿Existe la certidumbre de que esto no está ocurriendo, de que no va a ocurrir?
Yo no estaba en la CNBV en el 2008, pero evidentemente fue una preocupación que hubiera salidas de capital de las entidades locales hacia sus matrices. No sé en qué grado habrá ocurrido, porque lo cierto es que, de todos modos, los bancos mexicanos pagan dividendos a sus accionistas y mucha de la tenencia accionaria no está necesariamente en México. Por poner un ejemplo, cuando Bancomer paga dividendos, hay mexicanos que tienen acciones de BBVA de España, pero también hay muchos que viven en España o en Estados Unidos. Es una forma legítima de sacar recursos. El problema sería que se llevaran el capital y te dejaran colgado aquí. La reforma financiera incluye candados (ring fenced) para que no salga el capital.
¿En el combate al lavado de dinero qué ha pasado con los oficiales de cumplimiento?
El blindaje del sistema frente al lavado de dinero es un asunto muy importante para nosotros. Tenemos una regulación que es igual o mejor que la de otros países. Una de las cosas en las que vamos a la vanguardia es en la evaluación de los oficiales de cumplimiento. Somos el único país que hace exámenes a los oficiales de cumplimiento de los bancos y de todas las instituciones del sistema financiero. El examen es una forma de producir un mecanismo de actualización del conocimiento sobre de las normas y las mejores prácticas.
¿Cuál es la evaluación que tiene la CNBV sobre el papel que cumplen los corresponsales?
Han sido fundamentales para ampliar los puntos de acceso de la población. En 100 años, la banca había instalado 12,000 sucursales. En seis años, tenemos 25,000 corresponsales. Está muy bien ese crecimiento pero es posible hacer más: la regulación permite a los corresponsales ofrecer más productos de lo que hacen hoy, pero no ocurre. La gente se acerca a sacar dinero, pero no deposita dinero. Tiene que ver con la cultura financiera, pero también con el papel de los intermediarios financieros. Tienen que asumir la responsabilidad de promover productos. Tenemos que trabajar con la cultura financiera y la parte operativa para que se aproveche todo el potencial de los corresponsales.
¿Qué hay con la banca digital?
Hay mucho que hacer. Tenemos más de 100 millones de teléfonos móviles en México y una nueva ley de redes de medios de disposición; el crecimiento es impresionante. Al comienzo de esta administración, había 800,000 cuentas de banca móvil, hoy existen más de 7 millones. El reto es aprovechar las oportunidades que ofrece la tecnología para impulsar la penetración y el uso de los servicios financieros.
La reforma financiera permite el crecimiento de la infraestructura digital para los medios de pago. Cambiamos las reglas para romper la integración vertical desde los bancos. Se trata de que haya más alternativas al uso de efectivo y más facilidades para pagar con medios digitales. Estoy pensando en el uso del teléfono para pagar en la terminal punto de venta. Cada vez hay más comercios, pero falta mucho si nos comparamos con otros países.
Y en tecnología fintech, ¿dónde estamos, para dónde vamos?
Uno de los retos más urgentes a resolver, quizá el primero, tiene que ver con el crowdfunding. Hay muchas plataformas que ya lo están haciendo en México. Necesitamos construir una regulación que permita un desarrollo sano. Saber quiénes son, dónde están, garantizar que los podemos supervisar. Es un tema que nos preocupa, se trata de impulsarlo y reducir el riesgo.
El reto es encontrar un balance, que es complicado. No podemos inhibir la innovación. Otros países lo están regulando y nosotros debemos empezar a hacerlo. He estado en conversaciones sobre esto con el regulador de Canadá y me queda claro la complicación. Ellos pueden registrar y supervisar una plataforma basada en Canadá, pero casi no pueden hacer nada con una plataforma que opere en China, aunque atraiga dinero en Canadá. El riesgo es que esa plataforma no supervisada no cumpla o desfalque. Es complicado poner límites e imposible ir a verificar a China.
Están frente a otro reto de colaboración internacional...
Así es. Por alguna razón, ese tema está muy presente en las reuniones de la organización internacional de comisiones de supervisión bursátil (IOSCO). El consenso es revisar la regulación que hay y ver cómo se puede adaptar a lo que está pasando. El valor que tiene la IOSCO es su capacidad para funcionar como un organismo que permite el intercambio de información, la comparación de las estrategias y, sobre todo, su capacidad para fijar estándares.