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En México, 54 millones de adultos no tienen crédito formal
Casi 20 millones recurren sólo a fuentes de crédito informales, como préstamos ?con familiares, amigos o conocidos; los recursos se destinan a gastos de comida.
Los esfuerzos, campañas y la entrada de nuevos jugadores en los últimos años al sistema financiero mexicano no han logrado que haya una penetración importante del crédito formal en las familias mexicanas que les permita lograr un mayor desarrollo.
En el país, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2015, de 76 millones de adultos de entre 18 y 70 años, 71% (poco más de 54 millones) no tiene ningún tipo de crédito formal: ni bancario, ni tarjeta departamental, ni de tienda de autoservicio, ni con otras instituciones públicas como el Infonavit, el Fovissste o el Fonacot.
Las autoridades financieras del país han reconocido que, pese a los esfuerzos, aún falta mucho para que haya un acceso total al sistema financiero mexicano.
Son muchos los motivos por los que los mexicanos (sin contar a las empresas) no acceden a opciones de crédito formales. La principal (40% de las respuestas), porque no les gusta estar endeudados.
Pero también (33%) porque no cumplen con los requisitos que las entidades les piden para tenerlo; es decir, no tienen trabajo o sus ingresos son insuficientes.
Otros motivos son que a los mexicanos no les interesa o no necesitan del crédito; las comisiones o intereses que les cobran les parecen altos; no confían en las instituciones financieras o consideran que les dan mal servicio; creen, desde un principio, que los van a rechazar, o la sucursal donde piensan pedirlo les queda lejos o no hay.
Informalidad, la causa
En el caso específico de la banca, el crédito a los diferentes sectores, incluido el de consumo de las familias, ha crecido en los últimos años a doble dígito. Pese a esto, aún 71% de los adultos del país no tiene acceso al financiamiento formal.
La Asociación de Bancos de México (ABM) ha dicho que sí hay recursos para prestar, pero que una causa para que no haya una penetración mayor entre la población es la informalidad en la que vive una parte importante de la población, y que no le permite hacer frente a uno de los obstáculos para acceder al crédito que es la comprobación de ingresos.
Uno de los principales motivos por los que a los mexicanos les rechazan una solicitud de crédito formal, según la ENIF, es precisamente que no pueden comprobar ingresos o les son insuficientes.
El gobierno federal se ha puesto la meta, para el 2018, de que el crédito como porcentaje del PIB llegue a 40 por ciento. Hoy está poco arriba de 31 por ciento.
Los que tuvieron y no volvieron ?a pedir
De acuerdo con la ENIF 2015, de 54 millones de mexicanos que hoy no tienen crédito, 10.5 millones (20%) lo tuvieron en algún momento.
Sin embargo, los motivos por los que lo dejaron son porque les cobraban intereses muy altos; no quieren volver a endeudarse; ya no lo necesitaban más; tuvieron una mala experiencia con la institución financiera o ya no cumplían con los requisitos para tenerlo.
Recurren a préstamos informales
El documento elaborado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) refiere que casi 20 millones adultos mexicanos recurren sólo a fuentes de crédito informales, entre los que destacan préstamos con familiares; amigos o conocidos; cajas de ahorro en sus trabajos o con conocidos; casas de empeño y otros.
Los principales usos que dan a este tipo de préstamos son gastos de comida, personales, de salud, educación, pagos de servicios, y atención de emergencias e imprevistos, entre otros.
Los que sí
De los poco más de 22 millones (29% de los adultos) que sí tienen algún tipo de crédito formal, 67.5% es con tarjeta departamental o de tienda de autoservicio; 37% con tarjeta bancaria; 13.2% créditos personales; 15% crédito hipotecario; 8.8% crédito de nómina; 7.0% crédito grupal, comunal o solidario y 4.5% crédito automotriz.
Jaime González Aguadé, presidente de la CNBV, ha dicho que, pese a los avances, existe un gran potencial para seguir impulsando la inclusión financiera, y la banca digital es una área de oportunidad.