Lectura 3:00 min
En México, procesos retrasan onboarding digital bancario
El que no todas las instituciones financieras puedan hacer la validación biométrica de los usuarios ante un ente público, deriva en mayores controles.
Como prácticamente en la mayoría de los sectores, la pandemia de Covid-19 ha acelerado las transacciones bancarias por la vía remota.
Datos recientes de la Asociación de Bancos de México (ABM) apuntan que los usuarios de aplicaciones de este tipo pasaron de 24 millones en el primer trimestre del 2020 a 31 millones en el mismo periodo del 2021. Sin embargo, el propio organismo menciona que hay un potencial de otras 23 millones de personas para que se sumen a esta alternativa.
Marcelo Fondacaro, director comercial de Veritran, firma global de soluciones digitales, destaca que si bien hubo un mayor acceso de los usuarios a la banca móvil en México durante la pandemia, no se avanzó en el onboarding o enrolamiento digital, que implica que, a través de un proceso sencillo, ágil, pero al mismo tiempo seguro, las personas se incluyan al sistema bancario para, por ejemplo, abrir una cuenta y empezar a realizar transacciones.
En entrevista, menciona que en México se daban de alta un promedio de 1,000 tarjetas o usuarios por día y en países como Argentina la cifra ascendía a 50,000.
Precisa que esto no es porque México no esté preparado tecnológicamente para ello, sino que obedece más a procesos complejos que tienen que ver más con la regulación, y a que hoy no todas las instituciones financieras tienen acceso a una autenticación de identidad biométrica de las personas a las bases del Instituto Nacional Electoral (INE).
El directivo de Veritran, empresa que en México trabaja con algunos de los bancos más importantes, explica que mientras en países como Argentina, para hacer el enrolamiento digital, una persona sólo escanea su documento de identidad, saca un perfil biométrico y esa información se envía al Registro Nacional de Personas para su autenticación, en México esta opción no está abierta para todas las instituciones.
Derivado de ello, puntualiza, deben seguirse procesos más complejos para lograr el onboarding digital bancario, como escanear la credencial de elector, una videollamada que hace las veces de prueba de vida, lectura de frases, y otros requisitos.
“Este tipo de medidas, que son buenas, primero, son excesivamente rigurosas; son muy complejas (...) y segundo, todo eso se hace porque no hay un buen proceso de validación biométrica garantizado del otro lado, del lado del INE”, resalta.