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Sector Financiero

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Fipago dejaría a 130 Socaps en vilo

Uno de los fideicomisos públicos que está a punto de desaparecer, es el que administra el Fondo para el Fortalecimiento de las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo y de Apoyo a sus Ahorradores (Fipago), que actualmente cuenta con más de 1,100 millones de pesos en sus arcas.

Uno de los fideicomisos públicos que está a punto de desaparecer, es el que administra el Fondo para el Fortalecimiento de las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo y de Apoyo a sus Ahorradores (Fipago), que actualmente cuenta con más de 1,100 millones de pesos en sus arcas.

El Fipago es un fideicomiso que nació en el año 2000 con el fin de apoyar a los ahorradores defraudados por cooperativas de ahorro y préstamo (Socaps) de aquella época; sin embargo, su labor permaneció para apoyar el proceso de consolidación de este sector y darle salida ordenada a las cooperativas que no lograron su autorización ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Actualmente, hay cerca de 130 cooperativas, que suman cerca de 836,000 socios, que no lograron su autorización y requieren apegarse a un proceso de salida ordenado con apoyos de este fondo operado por Nacional Financiera.

Según la ley, el cierre de una socap con el apoyo del Fipago se puede dar de tres formas: el pago directo a sus ahorradores, hasta por 167,900 pesos, la fusión con otra cooperativa o la cesión de activos y pasivos a otra socap.

Para Jorge Luis Villarreal Ramos, director general de la Federación Regional de Socaps y Préstamo Noreste (Fenoreste), si bien todavía hay cooperativas que hay que apoyar para que salgan ordenadamente del sistema financiero, sin perjudicar a sus socios, este fideicomiso ha sido muy rígido al momento de otorgar apoyos.

“Es un fideicomiso que tiene estructura y es tan rígido que hace que los recursos fluyan lento y entonces el gasto operativo, lo termina consumiendo”, detalló Villarreal Ramos,

Una de los requisitos para que el Fipago otorgue los recursos para el cierre de las socaps, es que los gobiernos estatales donde éstas operan, deben de aportar dinero, en caso de que se opte por el pago directo a los ahorradores; sin embargo, han sido pocas las administraciones locales que han apoyado estos procesos.

Villarreal Ramos detalló que podría ser positivo la desaparición del fideicomiso, y que los recursos sean etiquetados en los presupuestos anuales, debido a que se quitarían a los gobiernos estatales, pero pidió que la Secretaría de Hacienda se comprometa a otorgar dichos recursos directamente.

“Sería positivo si supiéramos que ese dinero contará con una partida presupuestal etiquetada, pero es algo que no veo en el presupuesto y en ese sentido es preocupante porque la salida ordenada de algunas socaps es un proceso inacabado”, dijo Villarreal.

fernando.gutierrez@eleconomista.mx

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Fernando Gutiérrez es editor de EconoHábitat

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