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Sector Financiero

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Las monedas de los bancos centrales generan dudas sobre libertad y control: Samson Mow

Samson Mow es director ejecutivo de JAN3, una compañía financiera que asesoró al presidente Nayib Bukele de El Salvador en la adopción de Bitcoin como moneda legal. Mow es escéptico de la viabilidad de las monedas digitales de los bancos centrales.

Las monedas digitales de bancos centrales son versiones digitales del dinero fiduciario emitidas y reguladas por los bancos centrales. Se les conoce también por las siglas CBDC, de Central Bank Digital Currency. Como tales, son más seguras e inherentemente no volátiles, a diferencia de las criptomonedas, activos digitales que parecen vivir en una montaña rusa.

A los entusiastas de las criptomonedas no les gusta esa definición del Fondo Monetario Internacional (FMI) que coloca a las monedas de los bancos centrales como algo seguro, pues eso depende, aseguran, de a quién se quiere proteger y en qué circunstancia. Esas dudas se basan en temores sobre las garantías individuales, propios de una ideología contraria al control del gobierno y la intervención del Estado.

Uno de ellos es Samson Mow, director ejecutivo de la compañía JAN3, quien ve riesgos grandes con la incorporación de las CBDC. Mow y JAN3 asesoraron al presidente Nayib Bukele en El Salvador en la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal y actualmente lo hace en el diseño de “Bonos Volcán”. Mow habló con El Economista.

“Inclusión a cambio de un control mayor”

Uno de los beneficios que podrían traer las CBDC es el incremento de los pagos digitales, más ágiles y seguras que el fiat. Bancos centrales de todo el mundo ya tienen proyectos en desarrollo, o estudian alguno. El Banco de México espera implementar el suyo en 2025.

Actualmente más de 100 proyectos de moneda digital se encuentran en desarrollo. Nigeria y las Bahamas tienen en funcionamiento las suyas. El eNaira y el Sand Dollar han ayudado en esos países a mejorar las condiciones de inclusión financiera para la población.

Pero Samson Mow se mantiene escéptico sobre los posibles beneficios de las CBDC que, considera, no ofrecen ventajas en relación con el dinero digital actual. Por el contrario, él advierte que son sólo otra versión del dinero fiduciario, pero con inconvenientes.

“Las CBDC no son diferentes al dinero actual, pero sí ofrecen a los bancos centrales un mayor control directo sobre la oferta monetaria”. Con ellas, afirmó, existen riesgos de que el dinero se convierta en “una herramienta política para premiar o para castigar”.

Cabe destacar que uno de los argumentos que los entusiastas de las criptomonedas suelen utiliza a favor de Bitcoin es la independencia que brinda a sus usuarios. Al no ser emitido por un ente regulador, es prácticamente imposible que alguien pueda controlarlo.

“Si un banco central decidiera congelar tu dinero, efectivamente ya no puedes hacer nada. Puede que tengas libertad de expresión, pero ese derecho no importa si no puedes pagar el metro para ir a una manifestación a protestar y ejercer esa libertad”, dijo Mow.

Falta un contrapeso

El mercado de las criptodivisas se ha extendido y actualmente existen miles de proyectos diferentes. Para Samson Mow la primera clasificación la ocupa Bitcoin, seguida por otras criptomonedas y un tercer tipo lo integran las stablecoins o “monedas ancladas”.

Las stablecoin son un tipo de criptomoneda cuyo valor tiene respaldado con instrumentos monetarios tradicionales, como pueden ser las monedas de curso legal almacenadas por la entidad emisora. La primera y más famosa es Tether, con un respaldo en dólares.

“Las monedas digitales de los bancos centrales son como las stablecoins, pero emitidas por un banco central, y vienen con todo tipo de condicionamientos. Pero Bitcoin es inmutable, sin permisos, totalmente apolítico y funciona como dinero al portador”, afirmó.

Y en cambio, añadió, con mayor visibilidad de las CBDC surge la tentación de “moldear” el comportamiento de los usuarios. En función de las causas políticas del momento, abre la puerta a premiar (imprimir) o castigar (congelar o confiscar) en función de ellos.

En sus cuestionamientos, Mow plantea serias dudas sobre la viabilidad de las CBDC ante una incapacidad para limitar el poder de la entidad emisora. “Pocas personas comprenden plenamente lo importante que es el dinero y que va de la mano con la libertad”.

No es cuestión de ideologías

Sobre la posibilidad de que el rechazo a las CBDC por parte de los entusiastas de Bitcoin provenga sólo de una cuestión ideológica, el CEO de JAN3 consideró que el tema va más allá de las diferentes formas de pensar que devienen de la experiencia humana.

“Algunas sociedades se han beneficiado desproporcionadamente de la imprenta de dinero, de las ideologías que te dan la autoridad moral para imprimir dinero. Cuanta más riqueza se almacena en tu moneda, más puedes imprimir. Pero vienen las consecuencias”.

“Si existiera una maquinita que pudiera comprarte todo lo que quisieras, pero perjudicara un poco a los demás, ¿la usarías?, ¿cuánto? ¿Debería ser el dinero herramienta del Estado? ¿Deberían los bancos centrales tener plena visibilidad de tus hábitos de gasto?

“En última instancia, se trata de libertad frente a represión”, afirmó Mow, quien colabora con El Salvador en el diseño de la estrategia de la construcción de la nueva Ciudad Bitcoin, entre otros proyectos de desarrollo financiados con fuentes alternativas al crédito.

Samson Mow es un empresario de Bitcoin de ascendencia chino-canadiense. Es fundador de varias empresas, entre ellas JAN3, cuyo nombre hace referencia al 3 de enero de 2009, cuando el fundador de Bitcoin, Satoshi Nakamoto, minó el primer bloque.

jose.rivera@eleconomista.mx

Analista de mercados

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