Pérdida de rasgos biométricos, un problema de la banca

La identificación por medio de biometría en las instituciones financieras se ha vuelto el estándar para brindar mayor seguridad a los usuarios de servicios, estas herramientas ayudan en la prevención del fraude; sin embargo, en su implementación se presentan retos debido a la modificación de los rasgos biométricos.

Desde el 29 de agosto del 2017, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) publicó en el Diario Oficial de la Federación una serie de cambios a la Circular Única de Bancos, para incorporar y regular el uso de datos biométricos para la autenticación de los usuarios de la banca, priorizando el uso de la huella dactilar.

Como consecuencia después del 2021 los bancos han tenido que capturar los datos biométricos de sus clientes, en específico las huellas dactilares son una medida obligatoria para la apertura de cuentas de manera presencial.

A la par, los métodos de identificación han cobrado relevancia para la población, de acuerdo con la Encuesta de Identidad Digital México elaborada por Opinum, de los consultados 58% prefirió utilizar la verificación biométrica en los cajeros automáticos a la tecnología existente, frente a 23% que eligió la tecnología existente, y 19% que optó por una combinación de ambas.

Tras la pandemia otros métodos contemplados en la regulación han cobrado mayor fuerza entre las maneras de autenticación e identidad digital para instituciones financieras, como el reconocimiento facial, del que 55% de los mexicanos consultados afirmó que optaría por este método.

“Uno se desplaza para ir al banco poner sus dedos en el escáner para validar, eso realmente es poco práctico, ese también fue un factor por el que se migró a la identificación facial desde la pandemia porque este método se puede realizar de forma remota. Cada vez y de forma más rápida los bancos, los neo bancos y las fintech adoptan estas tecnologías”, comentó Samer Atassi, vicepresidente para América Latina en Jumio.

El rostro será el futuro

Aunque los algoritmos de biometría que existen son tecnologías que han demostrado su eficiencia para reducir riesgos relacionados al fraude, de acuerdo con Manuel Giraldo Gerente, asesor de prevención de fraude en Latinoamérica en Appgate, se han identificado que los cambios físicos pueden afectar la eficiencia de estas herramientas

“Existen ciertos contextos en donde se dificulta esa autenticación del usuario en el caso de la huella dactilar personas que utilizan muchos químicos pueden ir perdiendo sus capacidades de biometría a través de la huella dactilar también digamos una operación un cambio muy fuerte en su rostro también pueden ir cambiando esa morfología que permitía identificarlos", comentó Giraldo.

En adición, Josemaría Peralta, ejecutivo de cuentas clave de la firma Tu Identidad, señaló que ante el desgaste de las huellas surgen alternativas como la prueba de vida, que consiste en una serie de validaciones biométricas del rostro de los usuarios.

“En el futuro la prueba de vida será ampliamente utilizada, es el estándar más seguro para usar dentro de los soportes digitales; de momento la tendencia se dirige hacia la biometría facial, que es una herramienta ideal para que financieras puedan validar a sus usuarios”,  comentó Peralta.

Por otra parte, Atassi comentó que la identificación por biometría facial ofrece la ventaja de contar con un mayor número de mecanismos para asegurar la identidad de las personas incluso con cambios presentados en un periodo de no mayor a 10 años, además de que este método permite con mayor facilidad actualizar los datos en caso de un cambio significativo.

“Los puntos biométricos estratégicos de un rostro utilizados en estos procesos no cambian con la vejez, la separación de los ojos, los labios, la nariz, el espacio entre los puntos de del costado de los ojos de lo que serían las orejas esas cosas por más de que yo envejezca no van a cambiar”, explicó Atassi.

Se contemplan las alternativas

El directivo de Jumio especificó que en caso de que un rostro cambie radicalmente e imposibilite su reconocimiento, existe la facilidad de realizar otro proceso de identificación para el reconocimiento ajustado con los cambios siempre que se cuente con la identificación que acredite a la persona como quien dice ser.

Además de que la regulación establece que la institución de banca tiene la obligación de contar con diversos mecanismos alternativos que faciliten la autenticación para sus clientes, además los expertos señalan de manera similar que es imprescindible contar con herramientas suficientes para cumplir con la verificación.

“En las estrategias de autenticación mediante biometría las instituciones deben contar con alternativas adicionales, si no se tiene la capacidad de autenticar a cierta persona a través de la biometría facial debo proveer alternativas adicionales para poder identificar el usuario pero esas alternativas adicionales no deben ir digamos”, indicó Giraldo.

Se busca la Identidad digital

Ante la tendencia de un mayor uso de servicios financieros en línea, los mecanismos de verificación biométrica disponibles en dispositivos móviles cobran relevancia, de los mexicanos 72% dijo que se sentían más cómodos utilizando su huella dactilar para acceder a sus aplicaciones financieras por internet, de acuerdo con los encuestados por Opinum.

Además los procesos de autentificación e identificación son cada vez más importantes para los mexicanos, la firma de pruebas de identidad Jumio señaló que los mexicanos ven como prioritaria la implementación de identificación biométrica en los servicios financieros 69% cree que implementar identidad digital en el sector financiero es prioritaria.

“Cuando utilizamos la biometría para autenticar a los usuarios se puede mejorar la seguridad, ya que es considerada la forma autenticación más robusta que existe por encima de los métodos tradicionales como es el uso de la contraseña o tokens de seguridad, esto es porque los usuarios, tienen características faciales o dactilares únicas que son muy difíciles de falsificar”, comentó Giraldo.

sebastian.estrada@eleconomista.mx