Lectura 4:00 min
RedM toma forma: hay más de 30 intermediarios interesados en participar
El proyecto de un nuevo ecosistema de pagos con tarjeta, propuesto por la ABM, busca centralizar las operaciones y crear reglas únicas para todos los participantes.
Foto: Archivo
A más de un mes de que la Asociación de Bancos de México (ABM) presentara la propuesta de una nueva red doméstica de pagos con tarjeta, llamada RedM, donde converjan bancos emisores, adquirentes, cámaras de compensación, titulares de marca (Visa o Mastercard) y agregadores, entre otros, ya hay más de 30 intermediarios interesados en participar como accionistas y miembros en este consorcio.
De acuerdo con información en poder de este medio, hasta el 5 de junio pasado, la oficina de Rafael Rojas García, director de Medios de Pago de la ABM, había recibido 35 cartas de intención firmadas para participar en la estructura de la RedM, de las cuales 16 son de bancos, seis de emisores no bancarios, cinco de adquirentes no bancarios y ocho de agregadores de pago.
La RedM busca ser un único interlocutor entre los participantes del ecosistema de pagos con tarjeta de débito y crédito para definir las reglas en aspectos como la cuota de intercambio, la tasa de descuento o el Contrato de Intercambio Doméstico; las responsabilidades de la red actual (Red MX) están distribuidas en distintas capas, como comités de la ABM o acuerdos directos, lo cual dificulta la coordinación y toma de decisiones.
En la actualidad el sistema de pagos con tarjeta de crédito y débito en México es una red donde participan entidades con distintos roles; desde el banco emisor que emite el plástico; el adquirente que lleva al comercio la cuenta donde se depositan los importes de las compras y se encarga de administrar la Terminal Punto de Venta.
También existen las cámaras de compensación que proporcionan los servicios de comunicación entre emisores y adquirentes; así como las marcas de tarjeta que establecen los estándares operativos que los bancos emisores deben de cumplir para poder llevar su marca en el plástico emitido.
Sin embargo, la red actual, al estar controlada por pocos jugadores, deriva en que sólo ciertos participantes incidan en la regulación; además de que la integración vertical entre las cámaras de compensación y los principales bancos del país no propicia las condiciones de competencia que el sistema de pagos con tarjeta necesita, según un análisis de la Asociación Fintech México.
Proceso
En mayo pasado, la ABM abundó en la propuesta de la creación de la RedM y argumentó que un interlocutor único, que ponga las reglas claras entre los participantes del ecosistema de pagos con tarjeta tendría distintos beneficios tanto para los jugadores como para los usuarios, como, por ejemplo: reducir los fraudes con tarjeta, agilizar la entrada de nuevos participantes a la red y hacer más eficientes los costos para las entidades.
La RedM trabajaría en cuatro vertientes: Ser responsable sobre la definición, evolución y cumplimiento de las reglas operativas y del protocolo; propondrá las cuotas de intercambio al regulador; ofrecerá niveles de servicio y seguridad, aunque la compensación y liquidación de las operaciones se mantendrá en las cámaras de compensación.
También ofrecerá servicios de higiene de red y diseñará las reglas y los mecanismos para garantizar el buen funcionamiento de la misma.
Cálculos de la ABM indican que actualmente los jugadores de la red de pagos tienen que realizar un desembolso cercano a 114 millones de pesos al año (que se trasladarían a la operación de la RedM) por conceptos de manejo de la base de datos, asesoría para cuotas de intercambio, contratación de abogados especializados y sesiones del comité de tarjetas, entre otros.
La propuesta de la ABM se basa en redes similares que se han creado en otras partes del mundo.
