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Si apuestas, conoce algunas maneras de hacerlo sin arriesgar tu patrimonio
Expertos recomiendan poner un límite económico a la hora de apostar o abrir una cuenta destinada para ese fin; no se debe considerar como una inversión y se debe practicar con fines recreativos.
Los casinos en línea han tenido un crecimiento importante dentro de la industria del juego en los últimos cuatro años, a raíz de la pandemia. Jugar no es malo, pero se debe hacer sin arriesgar la estabilidad financiera.
Hoy en día, existen 80 casas de apuestas online permisionadas por la Secretaría de Gobernación, siendo la más grande Caliente.mx, esta casa de apuestas concentra 80% del mercado mexicano, según cifras de la Asociación de Permisionarios, Operadores y Proveedores del entretenimiento y juego de apuesta (AIEJA).
Según la AIEJA, “en México, las apuestas en línea mueven 2,000 millones de dólares al año, generan 10,000 empleos directos y 24,000 empleos indirectos. México es el mercado más importante en América Latina después de Brasil y se anticipa que para el 2030 crezca 33 por ciento”.
Las operaciones en línea son una modalidad cotidiana dentro del mundo de las apuestas en México. En el 2021, de los usuarios, 70 millones realizaron al menos una apuesta en línea, de las cuales 99% fueron deportivas, de acuerdo con cifras de Internet Mx.
Requisitos para apostar
Para el usuario es muy sencillo empezar a apostar dentro de estos sitios, sólo es necesario crear una cuenta con un e-mail o número celular, autenticarse mediante una identificación oficial y en algunos casos comprobante de domicilio. Una vez realizados estos pasos una persona puede empezar a apostar en apps y páginas de Internet.
Los métodos de pago dentro de las apps son variados, están las transferencias bancarias a través de SPEI; los pagos físicos en tiendas de autoservicio, y los pagos a través de plataformas externas como el CODI. Estas transferencias están reguladas por la Dirección General de Juegos y Sorteos.
Entre el entretenimiento y la adicción
Miguel Ángel Ochoa, presidente de la AIEJA, explicó las cantidades de dinero que un jugador gasta en estas aplicaciones al considerarse jugador ocasional, asimismo las veces que juega al mes.
“En el juego online, yo creo que se debe ubicar en unos 300 pesos por persona por día de apuesta. El jugador más cercano a una adicción te apuesta en todos los eventos deportivos importantes, los jugadores ocasionales solamente una o dos veces a la semana”, explicó.
Igualmente, reveló que no se conoce un estudio confiable sobre la cantidad apostada por usuario ya que existe una parte importante del mercado de las apuestas en línea que permanece en la clandestinidad, siendo casas de apuestas fraudulentas que operan sin permiso o con permisos de otros países. Por eso hizo un llamado a los usuarios a asegurarse de que las páginas o apps donde hagan apuestas terminen en: .com, .bet o .mx.
De jugadorocasional a ludópata
Cruzar la línea entre las apuestas ocasionales y la ludopatía puede resultar peligroso para la salud financiera del apostador y su entorno.
Joselyn Quintero, experta en neurofinanzas, detalló que se debe de ver a las apuestas con una perspectiva de diversión, y no considerarlas una inversión.
El dinero destinado para apostar debe ser una cantidad que el jugador esté dispuesto a perder.
Cuando un apostador juega sin control o sin límites, a la hora de ganar su cerebro genera una sensación de satisfacción muy intensa y es posible que se empiece a confundir la posibilidad, que siempre será de 50% de ganar, con la probabilidad, que depende mucho del tipo de apuesta que se haga.
La especialista detalló cómo darse cuenta de que existe un problema de ludopatía. “Uno empieza a ver que hay un problema cuando rompe los límites monetarios que se había puesto, cuando empiezan a descuidar áreas de la vida importantes o cuando arriesgas dinero que necesitas para poder cubrir tu estilo de vida”, expuso.
Dentro de las recomendaciones que dio para evitar caer en una situación financiera peligrosa al apostar están:
Poner un límite económico a la hora de apostar o abrir una cuenta que sólo sea destinada para eso, es decir, no mezclar el dinero del juego con el del gasto cotidiano; evitar refugiarse en las apuestas al tener un mal momento en la vida personal y no intentar recuperar el dinero perdido incrementando el número de apuestas hechas o destinando más dinero.