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“Sistema bancario cuenta con una capacidad adecuada para absorber choques”
El sector terminaría con niveles de capitalización y liquidez superiores al mínimo regulatorio de enfrentar escenarios adversos como una recesión en Estados Unidos.
Tras el llamado “lunes negro” iniciado en Japón y que se extendió a nivel mundial, incluido México, surge la pregunta de si el sistema bancario local estaría listo para enfrentar un escenario adverso. De las últimas crisis, la del 2008 y la derivada de la pandemia por Covid-19, el sector salió bien librado.
El más reciente reporte del Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF) de finales de junio pasado, destacó que, pese a los riesgos globales que prevalecen, el sistema en México sigue mostrando una capacidad adecuada para absorber choques.
De igual forma, con base en los resultados de las pruebas de estrés que se realizaron a los bancos (con escenarios de simulación adversos) en el primer semestre del año y que el Banco de México (Banxico) dio a conocer en su más reciente Reporte de Estabilidad Financiera, se concluye que el sector terminaría con niveles de capitalización y liquidez superiores al mínimo regulatorio, aunque algunas instituciones (con muy poca participación de mercado) resultarían afectadas.
De hecho, en uno de los escenarios hipotéticos adversos que se consideran para las pruebas de estrés, se describe como una situación en la que, como consecuencia de las medidas monetarias restrictivas, ocurriría una desaceleración significativa en las economías avanzadas y en particular en la de Estados Unidos, de manera que esta última entra en recesión.
“Este entorno de desaceleración de la actividad industrial y de menores importaciones en Estados Unidos, afectaría la tasa de crecimiento de la economía mexicana, y provocaría alta volatilidad en los mercados financieros y en el tipo de cambio. La caída en la actividad económica se vería reflejada en menor demanda de crédito, mayores tasas de desempleo y un incremento en la morosidad del portafolio de crédito”, se plantea en dicho ejercicio.
Otro escenario sugiere un estado prolongado de condiciones financieras globales restrictivas; y en uno más se considera un posible ajuste en la calificación crediticia soberana y en la de Petróleos Mexicanos (Pemex), lo que llevaría a una elevada volatilidad en los mercados financieros nacionales, una depreciación del tipo de cambio, mayores primas de riesgo y, por lo tanto, presión al alza en las tasas de interés.
“Esto se reflejaría, también, en una contracción de la demanda agregada, que ocasionaría una caída del producto y una mayor tasa de desempleo. En este entorno, se vería afectado el crecimiento del crédito y se esperarían mayores niveles de morosidad. Ambos fenómenos afectarían los mecanismos de generación de ingresos de la banca”, señala.
En el ejercicio de pruebas de estrés, también se consideraron tres escenarios históricos que replican las trayectorias que siguieron las principales variables macrofinancieras durante eventos de alto estrés y volatilidad, con el objetivo de observar la resiliencia del sistema ante escenarios semejantes: la crisis de 1995, la del 2008 y la derivada del Covid-19.
Los resultados indican que, a nivel agregado, el sistema financiero es resiliente ante los choques considerados en los escenarios examinados. Tanto los niveles de solvencia medidos con el ICAP (Índice de Capitalización), como la razón de apalancamiento, se mantienen por arriba del mínimo regulatorio en el horizonte de estrés”, puntualiza el reporte del Banxico.
Buenos resultados
Subraya que, en los escenarios simulados, el sistema terminaría con niveles de capitalización superiores al mínimo regulatorio al final del horizonte de tiempo evaluado (tres años).
No obstante, puntualiza que algunos intermediarios, que representan una proporción relativamente baja de los activos del sistema, podrían tener un mayor grado de afectación en sus niveles de capitalización.
Por otra parte, señala, un indicador que ayuda a ilustrar cuál es el impacto de tales escenarios es el comportamiento de la morosidad de la cartera.
En este sentido, apunta que al inicio del ejercicio dicho indicador se encontraba en niveles bajos, y a pesar de que los choques implicarían cambios relativos importantes, seguirían así.
Posición actual de liquidez, permitiría afrontar
Asimismo, de acuerdo con los resultados de las pruebas de estrés de liquidez llevadas a cabo por el Banxico, se concluye que la posición actual de este indicador en la banca múltiple, le permitiría afrontar episodios de estrés superiores a los experimentados en el pasado y a los utilizados para diseñar los estándares internacionales.
Sin embargo, subraya, algunas instituciones en lo individual podrían presentar faltantes de liquidez ante escenarios muy severos de estrés.
Escenarios no deben tomarse como una predicción
El reporte del Banxico precisa que aunque los escenarios de estrés se construyen a partir de los riesgos macrofinancieros presentados en el mismo, no debe asociárseles a una probabilidad de ocurrencia ni deben tomarse como una predicción sobre el comportamiento esperado de la economía.
“Se busca identificar y analizar las vulnerabilidades del sistema bancario en su conjunto, por lo que el ejercicio debe juzgarse considerando que se trata de una simulación contrafactual y de equilibrio parcial”, enfatiza.
Las pruebas de estrés, de acuerdo con el organismo central, son ejercicios que realiza la institución de forma periódica a la banca, como parte de su labor de promover el sano desarrollo del sistema financiero.