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Stanford, un caballero y un estafador
Si la SEC no hubiera intervenido, no hay duda de que todos habrían sido compensados y habría dinero de sobra, aseguró el empresario.
Houston. - El magnate estadounidense Allen Stanford se presentará ante una corte federal de Virginia, acusado de orquestar un inmenso fraude desde un banco de Antigua que estafó en miles de millones de dólares a inversionistas de Estados Unidos y América Latina.
El empresario, con mansiones a lo largo del Caribe y con fuertes lazos comerciales con estrellas del golf y el cricket, fue acusado por la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) de vender fraudulentamente U$8,000 millones en certificados de depósitos de alto rendimiento.
"Se entregó", dijo a Reuters por teléfono Dick DeGuerin, el abogado de Stanford en Texas tras hablar con su cliente. "Está bajo custodia del FBI", agregó.
Funcionarios del Departamento de Justicia planean ofrecer una conferencia de prensa el viernes por la tarde en Washington para anunciar los cargos criminales de los que acusan a Stanford.
El magnate, quien tiene doble nacionalidad de Estados Unidos y Antigua y Barbuda, ha negado cualquier ilícito y dijo que de ser acusado librará "la pelea de mi vida".
"Si la SEC no hubiera intervenido y destripado una organización viva y fuerte, como lo hicieron, no hay dudas sobre la faz de la tierra de que todos habrían sido compensados y habría dinero de sobra", dijo Stanford a Reuters durante una entrevista en abril.
Un esquema Ponzi gigantesco
La SEC acusó en febrero a Stanford, a un ejecutivo del grupo y a tres de sus empresas de llevar a cabo un esquema Ponzi o piramidal durante por lo menos una década y de haberse apropiado indebidamente de al menos U$1,600 millones de sus inversores en Estados Unidos, Caribe y Latinoamérica.
Un esquema Ponzi es aquel en el que los nuevos clientes de un fondos pagan los altos rendimientos que se les ofrece a los clientes originales y puede funcionar por años sin que haya inversiones genuinas en el sistema financiero.
El esquema se desploma cuando los clientes deciden retirar su dinero, como ocurrió el año pasado por la crisis financiera global.
"Esto comienza a traer un cierre para las víctimas", dijo Jacob Frenkel, un ex funcionario de fiscalización de la SEC, refiriéndose a la acusación criminal.
Un verdadero caballero
Stanford, el primer estadounidense nombrado Caballero por Antigua y Barbuda en el 2006, comenzó a hacer su fortuna en el sector inmobiliario a principios de la década de 1980 y convirtió la firma de su familia en una compañía global de administración de riquezas.
Antes de que la SEC presentara cargos por fraude contra Stanford, su fortuna personal fue estimada en cerca de U$2,200 millones por la revista Forbes. Tenía casas en Antigua, St. Croix, Florida y Texas.
Hasta la fecha, el único ejecutivo ligado a Stanford que ha enfrentado cargos criminales es Laura Pendergest-Holt, la presidenta de inversiones de Stanford Financial Group.
La mujer fue arrestada en febrero por el FBI y más tarde fue puesta en libertad bajo fianza.
Pendergest-Holt y James Davis, compañero de cuarto de Stanford cuando asistían a la Baylor University y que era presidente financiero de la compañía, fueron nombrados en la acusación civil de la SEC.
Davis no ha sido acusado de actividades criminales y está cooperando con las autoridades federales, aunque su abogado dice que espera que su cliente sea acusado.
Nigel Hamilton-Smith, el funcionario de Antigua designado para supervisar la liquidación del banco internacional que operaba Stanford, ha acusado al magnate de usar fondos de los clientes para pagar jets, mansiones y yates.
Vrag/doch