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Tecnología

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Dejamos un espacio en el negocio celular, pero no un vacío tecnológico: LG Electronics

LG Electronics desaparece su negocio de teléfonos a nivel internacional, para incursionar con mejores posibilidades de inversión en desarrollos de Internet de las cosas, inteligencia artificial, autos conectados y aplicaciones de entretenimiento que le prometen nuevos negocios de valor agregado.

LG cierra su negocio de comunicaciones móviles, después de una historia de 23 años que empezó con celulares de voz y que termina con teléfonos inteligentes de conectividad 5G e inteligencia artificial. Ilustración: Nayelly Tenorio.

LG cierra su negocio de comunicaciones móviles, después de una historia de 23 años que empezó con celulares de voz y que termina con teléfonos inteligentes de conectividad 5G e inteligencia artificial. Ilustración: Nayelly Tenorio.Ilustración: Nayelly Tenorio.

LG Electronics puso fin a su negocio de comunicaciones móviles, después de una historia de 23 años que empezó con la fabricación de celulares de voz y que termina en el diseño de teléfonos inteligentes con conectividad 5G e inteligencia artificial (AI). La decisión de LG pasa por cancelar los desplazamientos de teléfonos y tabletas como líneas de negocio, pues su manufactura, distribución e inversión en publicidad se volvió deficitaria para la compañía, equivalente a 750.63 millones de dólares sólo en 2020.

La retirada de LG del negocio celular obedece a un contexto multifactorial y de larga data que fue nutriéndose desde el 2015, con la masiva aparición de marcas chinas con precios pulverizados; el constante avance de Huawei, Oppo y Motorola en el mercado global; nuevos hábitos de consumo de los usuarios, un mercado móvil maduro que también impactó a los ingresos de los operadores y un contexto económico adverso para toda la industria que se agudizó con la pandemia de Covid-19. Todavía hace un lustro, las ventas de celulares LG pintaban en el top cinco de líderes globales, pero hacia 2020 esa participación descendió a 1.1 por ciento.

Diez años atrás, LG peleaba a Samsung el segundo puesto del mercado mexicano que lideraba la legendaria Nokia que también ya se apagó al igual que Sony-Ericsson y BlackBerry. LG Electronics tiene hoy el 7.0% del negocio en México, una cifra que parecería insignificante pero que es igual a 9.1 millones de teléfonos que alguna otra marca tendrá que suplir con sus propios celulares. Los candidatos naturales serían ZTE, Alcatel y la nueva Nokia, pues ninguno de ellos alcanza el 5.0% del negocio aquí y porque los teléfonos de Huawei, Samsung, Motorola y Apple se han encarecido demasiado para la renta del mexicano común. Un día de 2009, LG tuvo el 24% del mercado celular mexicano.

El cierre del negocio celular de LG ocurrirá formalmente en julio, pero la empresa continuará prestando servicio de mantenimiento y respetará las garantías de los teléfonos. LG promete una reubicación de sus trabajadores afectados en México por esta determinación y flujo de inversiones hacia las plantas de Monterrey, Reynosa y Mexicali, que ponen a LG en el primer o segundo puesto de los mercados nacionales de línea blanca y pantallas, ante marcas como Mabe, Acros, Whirlpool y Samsung, según cada categoría en particular.

LG quiere redireccionar recursos hacia aquellas divisiones de negocio que a la fecha reportan utilidades como los televisores y electrodomésticos; y hacia otras líneas  de negocio que también le aseguren viabilidad futura, como los vehículos autónomos, hogares conectados, servicios de salud y más aplicaciones de entretenimiento, por eso Daniel Aguilar, gerente de comunicación corporativa de LG Electronics México, asegura que LG no deja un vacío en el sector tecnológico, sino que busca reacomodarse de cara a nuevos ecosistemas de conectividad que vendrán con la maduración del Internet de las cosas, la inteligencia artificial, la industria 4.0 y lo que pudiera ser la tecnología 6G en algunos años.

—Parecerá sorpresiva la noticia de decir adiós a un negocio que llegó a facturar 12,300 millones de dólares hace unos años y que apenas consiguió la mitad de esa cifra en 2020…

—Un poco de contexto… Llevábamos cuatro años en los que esta división presentaba pérdidas. LG llevaba pérdidas consecutivas cada trimestre en la división de móviles. La ganancia operativa de esta división era negativa desde el 2015 y desde ese 2015 intentamos hacer mil cosas: se rehízo entonces toda la división de comunicaciones móviles y el último esfuerzo que hicimos fue crear una nueva plataforma, con el hecho de que se dio de baja la serie de teléfonos G. Pero al final de todo el día, esto no funcionó y vemos esta decisión como un cambio positivo.

Ahora, todo ese dinero que iba a esa división se va a destinar a otras unidades de negocio que tienen potencial de crecimiento y que ya están demostrando que tienen una capacidad importante de generar flujos y crecer; y allí donde ya somos líderes, ayudar a reforzar esa parte.

—Si el negocio venía achicándose desde el año 2015 o 2016, ¿por qué esperarse tanto para cancelarlo? ¿Fue la pandemia el factor definitivo?

—Definitivamente no fue la pandemia el detonante de hacer el cierre de la división de comunicaciones móviles. Ese negocio venía reduciéndose y su margen de ventas era cada vez menor. En 2020 se redujo a poco más de la mitad de lo que traíamos como ventas en 2016. Entonces sí fue una considerable reducción paulatina.

El cierre tiene que ver con un análisis que se llevó a cabo en la junta de consejo de la empresa, en Corea. Allí determinaron que las circunstancias de las otras divisiones eran más favorables para apoyar su fortalecimiento, por eso es que se toma la determinación de hacer este cierre ahora y dar un impulso adicional a las divisiones que pueden seguir creciendo a la compañía.

—¿Podría detallar un poco más eso de las “circunstancias”?

—Como ejemplo, el año pasado hicimos una alianza con la empresa canadiense Magna para entrar en el mercado automotriz, con vehículos eléctricos (…) Ellos hacen componentes automotrices y nosotros, la electrónica; es una nueva empresa en sí. Aparte, se está trabajando con Qualcomm en la conectividad de los autos autónomos y con entretenimiento con webOS allí. Entonces, es en este momento en que esas condiciones se están dando para fortalecer esas otras áreas y la manera de fortalecerlas es cerrando una división en la que no estábamos obteniendo los resultados que esperábamos.

—Se habló de una venta de activos celulares, ¿es así? ¿Qué será del conocimiento conseguido a través de esta división de celulares?

—De eso primero no está nada decidido. Hay un área de investigación y desarrollo donde se gestaban muchos de los avances que se incluyeron en su mayoría en los smartphones; de ahí, por ejemplo, venía la pantalla enrollable.

El laboratorio de investigación no se cierra, porque continúa toda la innovación. Y posiblemente dirán que si ya no hacemos cosas para smartphones, porqué sí hacemos cosas de 5G. Las seguiremos haciendo, porque nosotros hacemos cosas colaborativas para otras industrias y en este caso, para movilidad con el ejemplo más claro que es el negocio de vehículos. Allí tenemos varios proyectos con Qualcomm y tecnología 5G. Estamos entonces en ese camino y trabajando en futuras tecnologías de 6G, que no necesariamente serán para teléfonos, sino conectividad.

Entendemos que el usuario vive en su casa, pero que sale de su casa y queremos que ese usuario viva la experiencia de inteligencia artificial en su casa, fuera de su casa y en su camino a casa. El sistema ThinQ de inteligencia artificial se queda y se seguirá reforzando para que pueda ser utilizado en dar conectividad, en la plataforma o dispositivo que mejor funcione. Por eso es allí donde se están enviando las inversiones; son las innovaciones que estamos haciendo. Por apuntar más, nuestra división de componentes para vehículos ha triplicado sus ventas desde 2015 y es una división muy sana, que está en pleno crecimiento y es donde queremos meter esfuerzo para hacer mercado y empleos.

—En los últimos cinco años se vieron aguerridas campañas de marketing de terceras empresas que pudieron crecer sus ventas y LG hizo lo propio; Gartner, de hecho, los llegó a calificar como entre los fabricantes más innovadores. ¿Faltó más arriesgue entonces?

—Llevábamos más de veinte años en este negocio, eso habla de cuánto atrevidos somos. LG Electronics es una marca de arriesgue en todas sus divisiones y lo prueban sus participaciones de mercado, con crecimiento muy hacia arriba en algunas líneas de negocio. Para hablar de esta salida, también hay que mirar la fotografía completa:

Somos la primera marca con una lavadora que lava dos cargas en un mismo tiempo. Parece sencillo, pero nadie hace eso y se demuestra con que en 2020 crecimos 20% las ventas de ese nicho. Somos la primera marca que lanzó un televisor Oled que se enrolla. La primera que sacó un teléfono con dos pantallas y que hace años salió con el primer teléfono curvo.  La primera también que inventa unos audífonos inalámbricos que se desinfectan con rayos ultravioleta. Es una empresa que permanentemente se está arriesgando. Así vive LG la tecnología.

En el mercado smartphone existen muchas variables que tienen que ver con inversiones en publicidad, con suministros, con distribución, con hábitos de consumo… La competencia en la industria de la tecnología es muy fuerte; es muy feroz y no solamente en los smartphones y existe un contexto en que las ventas globales han cambiado; es otro mercado, incluso, maduro. Mientras estuvimos, los consumidores que usaron un teléfono LG nos dieron su confianza y seguro estoy que dejamos un buen recuerdo.

—¿Los trabajadores de esta división en México, ¿también serán parte del recuerdo?

—Esta división está relacionada con personas en el corporativo en México, también áreas de atención al cliente en puntos de venta; en promotoría y en reparación. La división se relaciona con otras áreas de negocio, pero lo que es importante es que LG es una empresa que está viendo por sus empleados y estos empleados en particular. Como muestra, durante la pandemia no hubo un despido o reducción de salario por este motivo. Es un compromiso con los trabajadores.

Se está viendo, sí, cuáles son las coincidencias de los diferentes trabajos que está haciendo cada persona para poder reubicarse gradualmente en lo que se llega a esa fecha del cierre definitivo, porque ahorita la división de móviles va a continuar durante unos meses más. Con las reubicaciones, muchas áreas de nuestra organización se van a ver fortalecidas, habrá más manos por otros trabajadores que hacen funciones similares. Estamos viendo cómo podemos reubicar a las personas que directamente están allí.

Las plantas en Monterrey, que fabrican línea blanca, y las plantas de Mexicali y Reynosa, que hacen pantallas, no se cierran. Sus planes siguen, sus inversiones siguen. Los empleos siguen. Como ejemplo, el 80% de la planta de Monterrey va a Estados Unidos, Sudamérica y un poco más va a Oceanía, no podemos cerrar.

No nos vamos de México. La salida de la que hacemos referencia es que vamos a dejar de ofrecer nuevos teléfonos y tabletas. Eso es lo único que vamos a dejar de ofrecer.

—¿El sábado 31 de julio es el adiós definitivo de los teléfonos LG? ¿No siente usted que habrá un vacío por adiós a veinte años de esos teléfonos?

—En julio deberían estar vendidos todos los teléfonos que se encuentran en inventario con nuestros socios comerciales. En julio cerramos toda la operación de LG Mobile. Si nuestros socios siguen vendiendo teléfonos en enero del 2022, la gente debe estar tranquila que siempre su teléfono va tener garantía y seguirá siendo válida; siempre tendrá refacciones y habrá actualizaciones hacia Android 11 y 12, por toda la vida útil del teléfono.

El año pasado vendimos el teléfono Velvet y tuvo buena aceptación. También renovamos la gama media con la serie K, y se cumplieron los objetivos previstos, pero seguíamos con ese tema de ganancias operativas que no daban los números necesarios.

Esta es una decisión que no es fácil y puede calificarse como triste, porque llevábamos más de veinte años haciendo teléfonos y conviviendo con millones de usuarios que usaron esos teléfonos, que usaron nuestra marca. Nos vamos convencidos de que esta es una decisión para mejorar. No dejamos un vacío, porque seguiremos mucho tiempo de otra manera (en el sector de la tecnología); queda un espacio y la pregunta es quién lo ocupará.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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