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El consentimiento es clave para que INE entregue datos biométricos a Segob: expertos
El Aviso de Privacidad del INE considera a los datos biométricos que recaba para la integración del Registro Nacional de Electores como datos sensibles, esto es porque a partir del relacionamiento de estos datos con otros que integran el registro de un elector se permite conocer la filiación política de éste.
El consentimiento de los mexicanos es la clave para resolver la solicitud que hizo la Secretaría de Gobernación (Segob) al Instituto Nacional Electoral (INE) para que entregara los datos biométricos vinculados al padrón de electores.
De acuerdo con Carlos Flores, director de Verisec en México, son los ciudadanos los titulares de los datos biométricos que Segob le ha solicitado al INE por lo que este instituto tendría que solicitar el consentimiento de los electores para poder hacer entrega de la información al gobierno federal.
La discusión también radica en si, aun con el consentimiento de los ciudadanos, es una buena idea transferir toda una base de datos centralizada o si, como alternativa, la Secretaría de Gobernación, al igual que la banca, pueden autenticar la información biométrica que recabe de una persona mediante la base de datos del INE.
El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, difundió en su cuenta de Twitter que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, había entregado de manera oficial la solicitud para que el INE entregara los datos biométricos de los electores registrados en Padrón Electoral con el fin de integrarlos en el proyecto de la creación de una Cédula Única de Identificación. Ante dicha solicitud, Córdova aseguró en un tuit posterior que el INE estaba imposibilitado legalmente para entregar la información solicitada por el gobierno federal.
¿Qué son los datos biométricos?
De acuerdo con Cynthia Solís, socia del despacho LEXINF, los datos biométricos constituyen toda aquella información que sea inherente a las características físicas de una persona. Las fotografías, las huellas dactilares, el iris y hasta la rúbrica son considerados datos biométricos.
El Aviso de Privacidad del INE considera a los datos biométricos que recaba para la integración del Registro Nacional de Electores como datos sensibles, esto es porque a partir del relacionamiento de estos datos con otros que integran el registro de un elector permite conocer la filiación política de éste.
Para Carlos Flores, quien también es presidente de la Asociación Mexicana de Identidad Digital, aunque los datos biométricos no siempre son necesarios para autenticar la identidad de una persona, las deficiencias de la Clave Única de Registro de Población (CURP) hacen que este identificador requiera mecanismos de autenticación como los datos biométricos.
Tanto Solís como Flores creen que la credibilidad de la base de datos de los electores con la que cuenta el INE y el uso que la sociedad de la dado es lo que ha convertido a esta institución en el custodio de facto de los datos de los mexicanos.
¿Qué hacer con los niños?
Dado que el INE, a través de la integración del Registro Nacional de Electores y de la expedición de la Credencial para Votar, que se ha convertido en el medio de autenticación de la mayoría de los mexicanos, busca garantizar los derechos políticos de una persona y estos se consiguen a la edad de 18 años, el instituto no cuenta con información relativa a menores de edad por lo que estos seguirían sin contar con un mecanismo de identidad.
La también consejera del INE, Pamela San Martín, aseguró en una entrevista radiofónica con Javier Risco y Gabriela Warkentin que entre las propuestas en el inicio del diálogo respecto de la solicitud de la Secretaría de Gobernación figuraba una en la que el propio INE recabaría y almacenaría la información de menores de edad, debido a que cuenta con la infraestructura para hacerlo.
Sin embargo, para Solís, esta propuesta rebasa por mucho las atribuciones con las que cuenta la autoridad electoral del país, por lo que sería necesario reformar dichas atribuciones para que el instituto pueda cumplir con este objetivo.
rodrigo.riquelme@eleconomista.mx
kg