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El metaverso y la universidad. El futuro ha llegado
Aunque las ventajas de los entornos virtuales suenen abundantes, es importante reconocer sus restricciones. Entre ellas, el metaverso tiene como puerta de entrada un dispositivo tecnológico cuyas capacidades pueden convertirse en una limitante para algunos usuarios.
¿Te imaginas que una clase pudiera realizarse en un ambiente 100% virtual?
En agosto, tuvimos la oportunidad de platicar con el profesor Antonio Luis Juárez quien narró, para el podcast Sintonía CEDDIE, la experiencia de llevar más allá de las paredes físicas del salón a sus estudiantes de Arquitectura del campus Querétaro del Tecnológico de Monterrey.
Pensar en asistir a clases en un entorno virtual ambientado en una realidad alterna, pudiera aún parecer un cuento de ciencia ficción o un pronóstico futurista, sin embargo, las nuevas tecnologías ya ofrecen esta posibilidad. Empecemos por algunas definiciones ¿Qué es el metaverso y qué se puede esperar de estos entornos?
Metaverso es un acrónimo conformado por el prefijo “meta” que alude a lo que está más allá, y la contracción del término universo -”verso”- que hace referencia a un mundo virtual colaborativo. El metaverso representa una nueva dimensión en Internet y constituye un ambiente virtual creíble generado por computadora, que permite a las personas tener una sensación de estar presentes e interactuar en un entorno diferente al real2.
El profesor Antonio Juárez, relata cómo se daba cita con sus estudiantes en el horario de clase dentro del Campus Virtual, escenario construido por computadora en el cual contaban con un salón, pantallas para proyectar o explicar conceptos, donde lo más importante era la posibilidad, para cada integrante del grupo, de contar con un avatar: una representación personalizada de sí mismos que les da la posibilidad de existir en este mundo virtual.
Desde el ángulo educativo, este tipo de escenarios o mundos alternos abren posibilidades novedosas, tales como: sobrepasar barreras geográficas y converger rápidamente en un mismo sitio, acceder a múltiples recursos didácticos a través de la red, así como la riqueza de una experiencia con nuevos estímulos e interacciones definidas por el rol y características del personaje que nos representa en cada experiencia. Si bien la interacción entre participantes puede ser limitada en un entorno virtual, dada la falta de estímulos sensoriales como el tacto o el olfato, estas tecnologías nos dan aún la opción de interactuar desde el plano emocional y aprovechar las características del avatar personal para romper el hielo y facilitar la comunicación.
Aunque las ventajas de los entornos virtuales suenen abundantes, es importante reconocer sus restricciones. Entre ellas, el metaverso tiene como puerta de entrada un dispositivo tecnológico cuyas capacidades pueden convertirse en una limitante para algunos usuarios. Asimismo, aceptar que toda tecnología nueva conlleva un periodo de adopción para su correcta implementación.
Explorar estas herramientas y darnos la oportunidad de analizar su potencial para enriquecer las experiencias y espacios de aprendizaje, es un pendiente que tenemos como docentes en distintos niveles educativos.