Buscar
Tecnología

Lectura 7:00 min

Nadie está a salvo en la ciberguerra: Kasparov

Para el gran maestro de ajedrez, el mundo vive lo que define como una Ciberguerra Fría, en la que individuos, Estados-nación, organizaciones y grandes corporativos buscan obtener cada uno una ganancia.

Foto: Reuters

Foto: ReutersFoto: Reuters

Desde su derrota frente a la computadora Deep Blue de IBM, a Garry Kasparov le entusiasma sobremanera la relación entre las máquinas y los seres humanos. Pese a que podría pensarse que la victoria de un algoritmo frente a un campeón mundial de ajedrez podría desalentar a este y presentarle a la humanidad un futuro poco menos que distópico, Kasparov aprovechó el episodio y se convirtió en un ferviente promotor de la integración entre los seres humanos y las máquinas.  

Ahora, además de escribir ensayos y ofrecer conferencias sobre inteligencia artificial (IA), a la que prefiere llamar inteligencia aumentada, y sobre la integración de las máquinas en el mundo de los seres humanos, el Gran Maestro de ajedrez nacido en la provincia petrolera de Bakú, en la entonces Unión Soviética en 1963, cuando la Guerra Fría estaba en su apogeo, se ha convertido en embajador de Seguridad de Avast, una de las compañías de ciberseguridad más reconocidas en todo el mundo.

Avast es una firma de ciberseguridad de origen checo fundada en 1988. Desde su fundación hasta el 2010, la compañía llevaba el nombre Alwil pero fue en ese año cuando decidió cambiarlo por el de su producto más popular, el antivirus Avast, que posee la mayor cuota del mercado de software antivirus, con 15.2%, de acuerdo con Statista. Esto la hace colocarse por encima de otras empresas como McAfee Inc, Malwarebytes Corporation, BitDefender y ESET.

Para Kasparov, el tránsito entre la computación, la inteligencia artificial y la ciberseguridad es uno natural. El jugador de ajedrez conversó con El Economista sobre la relación entre este juego milenario, la ciberseguridad y la geopolítica y ofreció una lectura del mundo actual que a pocos dejará de sorprender.     

一Partiendo de su relación con el mundo de las computadoras a partir del duelo que sostuvo con la computadora Deep Blue de IBM, ¿cómo y por qué decidió abordar la ciberseguridad como uno de sus temas? 

一La ciberseguridad es un paso natural en el desarrollo de la integración de las computadoras en el mundo de los seres humanos. He estado promoviendo muy activamente el trabajo conjunto entre las máquinas y los seres humanos desde 1997 y la relación con Avast surgió casi por accidente. Fui invitado a hablar a una conferencia en las oficinas centrales de Avast en Praga, República Checa, y después hablé con su CEO y él me preguntó si quería hablar más sobre el tema, lo que me pareció natural, porque me interesa mucho la integración con las máquinas y también creo que se trata de proteger individuos en contra del abuso del poder; además, la ciberseguridad tiene un componente geopolítico y creo que es bien sabido que yo he sido un crítico de Vladimir Putin y de todos los dictadores que están usando la tecnología en su beneficio.

一Si el mundo fuera un gran tablero de ajedrez, ¿qué papel jugaría la ciberseguridad o, en términos más extensos, el ciberespacio, en el juego geopolítico actual?

一Mi sueño es que nunca creamos en el mundo como un gran tablero de ajedrez, porque entonces jugaremos de acuerdo con reglas. Nadie juega con reglas y si jugáramos con reglas, la vida no sería así de genial, por lo que siempre me resisto a esta analogía directa con el ajedrez. En ajedrez, siempre es uno a uno y en geopolítica es completamente distinto,  y desafortunadamente, hay mucha gente que consigue beneficiarse al violar las reglas. Esto es algo fundacional a la ciberseguridad. Siempre habíamos pensado que si contábamos con mejor tecnología, esto significaría un mundo mejor, pero la tecnología no es buena o mala, sólo es un amplificador y la verdad es que es más sencillo diseminar la destrucción.

En los sesenta, los años eran muy románticos, las personas pensaban en usar la tecnología para beneficiar a la humanidad, las personas creían que podían hacer una verdadera diferencia por la humanidad, pero en la siguiente etapa, tienes a aquellos que ven esta tecnología como una oportunidad para obtener una ganancia a expensas de otros.

一Con esta premisa, ¿cuáles es su opinión sobre los ataques cibernéticos lanzados por estados-nación?

一Los ataques siempre llevan la delantera. La defensa en ciberseguridad es muy compleja, porque el territorio es demasiado grande. Esa es la razón por la que si quieres reducir la idea de que en el largo plazo la defensa siempre pierde 一lo que nos recuerda a la idea clásica de la Guerra Fría y la amenaza nuclear一, la única forma de prevenir que una nación ataque a otra o a individuos es la amenaza de represalias. Este es el nuevo paradigma de esta Ciberguerra Fría (Cold Cyberwar). El problema es que muchos políticos del mundo libre no lo reconocen; siguen intentando encontrar un terreno neutral, pero casos como el Huawei y la interferencia rusa en las elecciones demuestran que tienen que enfrentar la realidad: que es que este tipo de ataques sólo se van a multiplicar. Puedes hacer todo lo posible para defender el territorio, pero tienes que recordar que siempre habrá un agujero.

一¿Cree entonces que estamos en medio de una ciberguerra? En caso de que así sea, ¿cree que esta ciberguerra está más balanceada que las guerras físicas?

一La razón por la que la llamo una Ciberguerra Fría (Cold Cyberwar) es que no se trata de una Guerra Fría tradicional, en la que tienes a dos grandes sistemas luchando entre sí. No se trata de una guerra de ideologías, en la que un sistema intenta demostrar que es el mejor. Se trata de individuos que buscan obtener una ganancia, lo que la convierte en una estructura muy asimétrica. Ahora tienes a individuos, a estados nación, a grupos como ISIS y a los gigantes corporativos, tienes esta mezcla cuyas intenciones no siempre son las más altruistas, por lo que tenemos que entender que estamos entrando a un nuevo mundo y tenemos que ajustarnos a este nuevo mundo. El público tiene que reconocer que con la cantidad de datos generada por nosotros de forma voluntaria y los datos convirtiéndose en una moneda, alguien va a ir tras ellos. Entonces, cuando la gente dice: ¡Ah! ¡Mis datos han sido robados! Por supuesto que han sido robados, porque son valiosos.

一En las guerras tradicionales, quienes más sufren son las personas comunes y corrientes, los civiles, ¿sucede lo mismo en la ciberguerra?

Creo que esta lógica se ha revertido. En la primera y segunda guerras mundiales, los generales, aquellos que tomaban decisiones, estaban seguros. Hoy en día, no lo están tanto. Puedes ver las grandes bajas, ahí tienes a Hillary Clinton. Tienes bajas en la jerarquía superior también. El equilibrio tradicional de bajas suele ir a las capas inferiores de la sociedad porque serán sacrificados en el campo de batalla. Ahora nadie está a salvo e incluso estos son objetivos más atractivos. ¿Por qué recopilan nuestros datos? Para usarlos en contra de los peces grandes.

一En este mismo sentido, ¿cómo preocuparse por la ciberseguridad en un país como México, en el que aun hay muchas personas que no están conectadas a Internet y en donde parece que hay problemas más importantes que atender?

Es lo mismo que sucede con cualquier otra tecnología. Si tienes a un país en donde todo el mundo tiene un automóvil y otro en donde nadie tiene uno, la curva de aprendizaje del segundo es más amplia, por lo que tienes la oportunidad de construir algo más robusto el día de hoy si eres menos vulnerable que el sistema que tiene más usuarios. Es la ventaja de ir en segundo lugar en términos tecnológicos.

rodrigo.riquelme@eleconomista.mx   

Reportero de Tecnología

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas

Suscríbete