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Tecnologías para recuperar vínculo entre ciudadanos y gobierno
Hoy en día hay un divorcio entre el ciudadano y el gobierno, pero se puede restablecer el vínculo con las tecnologías de la información, afirmó Juan Pablo Adame.
"Varios legisladores no quieren entrarle al diálogo en las redes sociales, no quieren interactuar con los ciudadanos, no les parece atractivo, no les parece útil y les parece poco rentable políticamente", afirmó Juan Pablo Adame Alemán, legislador federal por el PAN y presidente de la Comisión Especial de Agenda Digital y Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones en la LXII Legislatura.
"Hoy podemos tener una comunicación bidireccional, que podemos tener un diálogo en las redes sociales, hoy podemos tener un Ágora digital que nos permite tener este espacio de discusión. Lo que pasa hoy en día es que tenemos un divorcio entre el ciudadano y el gobernante, pero se puede restablecer el vínculo con las tecnologías de la información", agregó.
Estas observaciones hechas por Adame Alemán sirvieron para enmarcar la presentación de su libro "Ciudadanía Digital: ¿Oportunidad o Amenaza?" editado por el Consejo Editorial de la Cámara de Diputados donde analiza el papel del gobierno y la configuración de la democracia dentro de la esfera digital.
Durante la LXII Legislatura, que concluye funciones el 31 de agosto del 2015, el legislador fue promotor de la digitalización y la conformación de un Parlamento Abierto habilitado a través de las tecnologías de la información para impulsar la transparencia y participación ciudadana con los legisladores.
"Con toda sinceridad les digo: yo lo intenté y todavía no lo pude cambiar pero tienen que entrar otros ciudadanos digitales, otros ciudadanos miembros de esta generación en las instituciones que lo entienden bastante bien para que lo puedan cambiar y hagan de las instituciones un espacio útil para todos los ciudadanos y formemos esta ciudadanía digital", reconoció.
Aún así, no fue una batalla perdida. En entrevista al término de la presentación, Adame Alemán asegura que la semilla para la configuración de un Parlamento Abierto ya está sembrada con la Ley de Transparencia, para que los ciudadanos puedan solicitar información al Congreso sobre el gasto de recursos públicos de una manera ágil y rápida.
Ahora se deberá trabajar en la aplicación de la Ley, la apertura de datos del Congreso hacia el público de forma inmediata y en formato libre para los ciudadanos, y la alfabetización digital de los legisladores para explotar el potencial de las tecnologías para responder a los ciudadanos.
León Felipe Sánchez, abogado y propietario del despacho Fulton & Fulton, es partidario de que los gobiernos tienen que reconocer y adoptar canales como las redes sociales digitales como medios legítimos de comunicación con las "'partes interesadas" para el diseño de políticas públicas.
"El Parlamento Abierto tiene que incluir a la ciudadanía en los debates, en las discusiones y evidentemente tiene que ser plural en cuanto a los puntos de vista que tiene que escuchar", dice.
Pero Ernesto Piedras, director general de la firma de análisis The Competitive Intelligence Unit (The CIU) considera que para que exista una real conformación de una ciudadanía y democracia digital, se tiene que combatir la brecha digital para conectar a los mexicanos que aún no tienen acceso a las tecnologías.
"¿En dónde está la política que se debe derivar de este reconocimiento de la conectividad (como derecho constitucional)?
Por qué la Constitución habla del derecho básico de la conectividad y la política fiscal le pone un impuesto, el IEPS, que coloquialmente lo vemos como un impuesto de lujo"?, cuestionó.
"No basta con soltar unas tabletas, unas laptops y conexión de banda ancha, automáticamente se detonan los procesos. ¿La conectividad garantiza el desarrollo? No. Tenemos que ver cómo aprovechar la conectividad pero sí es un hecho que la desconexión garantiza el subdesarrollo", agrega.
Continuará con lucha por libertad digital
Con el avance en la construcción de la ciudadanía digital, los intentos de autoridades por bloquear contenidos y accesos a plataformas como las redes sociales es una "batalla perdida", dice León Felipe Sánchez.
"Que se cierren foros de manera autoritaria y arbitraria; que se intente coartar el acceso a redes sociales y medios de comunicación es una batalla perdida porque la naturaleza de Internet, al ser descentralizada y abierta, al ser inclusiva y participativa, impide que eso pueda concretarse.", explica.
Pero esta lucha y exigencia por la libertad tecnológica se trasladará a nuevas plataformas que tocan industrias tradicionales, como de transporte o inclusive la de alimentos y turística. El apoyo de la ciudadanía a plataformas como Uber y Cabify ante conflictos con el gremio taxista, es una muestra de esta tendencia.
Y es que, aseguró, los ciudadanos digitales son capaces de reconocer las tecnologías disruptivas que le darán un beneficio y que defenderán ante las resistencias de autoridades o de las industrias tradicionales.
"Que el puedas solicitar un taxi a través de una aplicación, o lo que se ve como un taxi cuando se ve como un servicio de transportación privado; que puedas pedir comida a través de una aplicación; que puedas solicitar hospedaje en espacios compartidos a través de una aplicación; son estos espacios en Internet que están siendo defendidos por los ciudadanos y será parte de esta larga vía por tener esta educación digital que sea desde los ciudadanos hacia el Estado, y que el Estado pueda ser el garante de que no se genere libertinaje", refiere Adame.
julio.sanchez@eleconomista.mx
erp