Lectura 9:00 min
Un continente de posibilidades
Desde las auroras boreales hasta los moais de la Isla de Pascua, siete destinos de América para recibir el 2019
De norte a sur, el continente americano tiene un abanico de posibilidades para despedir el 2018. Desde recibir el año admirando auroras boreales en Canadá, pasando por la fiesta de Times Square, en Nueva York hasta explorar los lugares más inhóspitos de la Isla de Pascua. Siete destinos que sumergen a los viajeros en experiencias memorables, ideales para iniciar el 2019.
Yukón: destellos que iluminarán el 2019
En la profundidad de la noche, cuando el cielo parece más oscuro, una danza de luces de colores ilumina el horizonte. Los espectadores se han quedado sin palabras al ser testigos de la aparición de las auroras boreales. A diferencia de hace siglos, estos viajeros llegan hasta estas tierras canadienses con el único propósito de admirar aquel fenómeno natural, que antes era tan temido por los aborígenes.
Y es que dicen que los primeros habitantes de esta provincia canadiense pensaban que sí las auroras boreales los sorprendían era un mal augurio, pues las luces del norte eran presagios del más allá.
Lo cierto, es que cada año, de septiembre a abril, por encima del círculo polar ártico es posible observar las auroras boreales, uno de los espectáculos naturales más impresionantes del mundo. Y la ciudad de Whitehorse es perfecta para admirar como las luces del norte forman, en el cielo, cortinas de colores.
Hay varias opciones para observarlas. Los más friolentos pueden hacerlo desde la ventana de una cabaña con chimenea y los más aventureros escaparse en medio del bosque a bordo de un trineo jalado por perros.
Nueva York: luces, confeti y diversión
Un minuto antes de que termine el año y en medio de los famosos espectaculares de Times Square, una inmensa bola brillante va descendiendo desde la punta de un mástil del One Times Square y estalla justo cuando el reloj marca las 12, llenando de confeti la plaza.
Ese momento es quizás una de las celebraciones de Año Nuevo más emblemáticas del mundo, pero no sólo en Times Square se recibe el año con fuegos artificiales y en un ambiente festivo.
De hecho, la ciudad se convierte en una gran fiesta, con múltiples opciones para darle la bienvenida al 2019.
Otra de las opciones clásicas, pero menos tumultuosa es admirar el espectáculo de fuegos artificiales de Central Park. Ahí, arropados por la naturaleza, los visitantes podrán recibir el año. El mejor lugar para ver esas luces explotando en el cielo es en la zona de campos de béisbol y softball, Heckscher Ballfields.
Una alternativa también memorable es el espectáculo de fuegos artificiales de Brooklyn, el cual puede admirarse desde el Puente de Brooklyn o desde Dumbo, una zona alternativa y de moda de este barrio neoyorkino.
También un clásico para recibir el Año Nuevo es a bordo de alguno de los cruceros que recorren el río Hudson. Estas travesías, además de permitir admirar el skyline de Manhattan y la Estatua de la Libertad, deleitan a sus pasajeros con un espectáculo de fuego artificiales y una exclusiva cena.
Celestún: inicia la vuelta al sol en medio de la naturaleza
En el corazón de la Reserva Especial de la Biosfera Ría Celestún, yace un oasis de relajación que invita a despedirse del 2019 y recibir el Año Nuevo en medio de exuberante vegetación y a cargarse de energía para emprender esta nueva vuelta del sol.
Sí, es el hotel Xixim, que brinda una experiencia única, pues está inspirado en una tradicional aldea maya y cuenta con una franja costera de cinco kilómetros. No es una playa común, pues la blancura de la arena delata la virginidad la zona, mientras que una línea de conchas da cuenta de la riqueza del Golfo de México.
Este hotel de sólo 32 bungalows, todas con salida directa a la playa y una terraza, pero sólo ocho tienen una alberca privada arropada por la espesa vegetación.
De hecho, para entender el poder de la naturaleza, no basta con observar la arena o su flora, hay que recorrer la playa e internarse en la espesa vegetación por sus dos senderos interpretativos: El Temible Chechem y La Aguada Tauché.
También está la alternativa de ejercitarse mientras exploran la zona con un paseo, de cuatro kilómetros, en bicicleta. El recorrido, bordeado por plantaciones de coco, permite visitar un rancho abandonado y un par de salinas.
Otra forma de admirar la belleza del lugar es a bordo de un kayak, pues desde el mar, se observa la inmensidad de la reserva y sobresale la intensa blancura de la playa.
Panamá: festejos entre dos océanos
Hace más de un siglo, los franceses llegaron a estas tierras con la única finalidad de unir dos mares, años más tarde fueron los estadounidenses quienes lo lograron. Hoy esa obra, además de ser una maravilla de la ingeniería mundial es el principal atractivo turístico de este país, que es cruce de caminos.
Sin embargo, más allá de su canal interoceánico, hay decenas de motivos para quedarse, disfrutar de sus encantos y decirle adiós al 2018.
Su historia está marcada por el trasiego de personas, valores y mercancías. Y desde el siglo XVI, era conocido como un importante centro de comercio de colonizadores, contrabandistas y piratas.
La ciudad de Panamá, fundada en 1519 por Pedro Arias de Ávila, es considerada como la primera ciudad construida en el pacífico por los conquistadores españoles.
La mejor forma de descubrir el pasado histórico de la capital panameña es caminar por su Casco Antiguo, pues allí se ven aquellas edificaciones que fueron habitadas por los españoles.
Entre sus edificaciones destacan el Palacio de las Garzas o Palacio Presidencia, el Palacio Nacional de Gobierno y Justicia, Catedral Metropolitana de Santa María la Antigua, la Casa Arias Feraud y el Teatro Nacional, así como los museos de Arte Religioso, de Historia y del Canal Interoceánico.
Éstos son sólo algunos de los atractivos de este país que como ningún otro es cruce de caminos desde hace más de 100 años.
Cartagena de Indias: 12 campanadas con vista al mar
Cuando cae la tarde, los últimos rayos del sol hacen brillar la inmensa pared de piedra que protege a Cartagena de Indias y los colores de sus casonas van mutando cada segundo hasta que el sol se oculta. Son sólo unos minutos, pero, sin duda, ese momento es clave para querer explorar esa fortaleza.
Dentro de la muralla, sorprenden sus coloridas construcciones, unas coloniales, otras republicanas, con sus bellos balcones.
Son esos detalles, los que confirman que en Calamari, como también se le conoce a la zona que está dentro de la muralla, están las edificaciones más señoriales de la ciudad.
Hoy, Calamari continúa protegida por ocho kilómetros de muralla, aunque ya no busca mantenerla a salvo de piratas, sino conservarla para que los visitantes que llegan de tierras lejanas puedan imaginarse, por momentos, como era la ciudad hace más de 400 años.
Una parada obligada, es el Palacio de la Inquisición, la edificación más alta de Cartagena. Actualmente es el Museo Histórico donde se puede visitar antiguas cárceles y cámaras de tortura.
Entre sus atractivos destacan el Parque de Bolívar, la Catedral Santa Catalina de Alejandría y el Castillo San Felipe de Barajas, la fortaleza militar más grande en el continente americano.
Esta zona de la ciudad es el mejor lugar para decirle adiós al 2018, pues sus plazas y calles se llenan de música.
Mendoza: Nochevieja entre viñedos
Al pie de las altas montañas de Los Andes, se encuentra la ciudad de Mendoza, reconocida como la Capital Internacional del Vino.
Y como dudarlo, si la altura donde hace más de 500 años fueron sembradas las primeras vides, brinda una amplitud térmica inigualable, a lo que se suma la escasez de precipitaciones, la importante luminosidad y la riqueza de esas tierras, dando como resultados vinos de gran calidad.
Recorrer sus viñedos es parte de la esencia no sólo de la ciudad de Mendoza, sino de Argentina. Pues ahí entre interminables hileras de parras se descubre la historia de esta región vinícola que mira a Los Andes. Además de explorar la zona, los viajeros tienen la oportunidad de conocer a detalle el proceso de elaboración de estos vinos, así como hacer catas y degustaciones.
Si bien, la variedad de uva insignia es el Malbec, también se elaboran vinos con Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Chardonnay, Sauvignon y Semillón.
Después de conocer los viñedos y sus bodegas, vale la pena desvelar la ciudad. Entre sus principales atractivos destacan el Museo del Área Fundacional, la Plaza Independencia, el Paseo de Artesanos, Cementerio de la Ciudad, Parque General San Martín, Cerro de la Gloria, el Peatonal Sarmiento, Terraza Jardín Mirador, Calle Arístides Villanueva y el Paseo Alameda.
Isla de Pascua: un ciclo nuevo en tierra de dioses
Cuenta la leyenda que el pueblo rapanui habría llegado hasta aquí, desde una mítica isla llamada Hiva y su primer ariki (rey) fue Hotu Matu’a, descendiente directo de los dioses.
Por ello, dicen sus habitantes que la Isla de Pascua o Rapa Nui, en Chile es el ombligo del mundo, pues, ellos son hijos de los dioses.
Lo cierto es que la polinesia chilena es considerada como el mayor museo al aire libre del mundo, debido a sus más de 1,000 moais de grandes proporciones y finamente talladas.
De hecho, algunas de estas figuras tienen hasta 12 metros de altura y llegan a pesar hasta 50 toneladas.
Aunque su principal atractivo cargado de misticismo son sus gigantescos habitantes de piedra, la isla también resguarda playas de arena rosa, increíbles volcanes y bellas praderas.
Además, la enigmática cultura rapa nui dejó otro legado histórico y cultural: petroglifos, pintura corporal (takona), artesanía, tattoo, kaikai, gastronomía, danza, música, lengua y especialmente, la escritura jeroglífica llamada rongo-rongo, indescifrable hasta nuestros días.
Y es por su historia viva, su atmósfera mística y sus indescriptibles paisajes que la Isla de Pascua es ideal para recibir el 2019.