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Entierran a familiares de activista asesinados
Dos hermanos y una cuñada de Josefina Reyes, activista de derechos humanos asesinada en 2010 en México, fueron enterrados en el Valle de Juárez, donde reside esta familia.
Ciudad Juárez, México.-Dos hermanos y una cuñada de Josefina Reyes, activista de derechos humanos asesinada en 2010 en México, fueron enterrados este sábado en el Valle de Juárez, donde reside esta familia panadera que desde 2009 perdió a seis de sus miembros en brutales asesinatos.
Los cuerpos de Malena, Elías y su esposa Luisa Ornelas aparecieron el viernes en la mañana en una carretera del Valle de Juárez, cercana del lugar donde el 7 de febrero fueron secuestrados por hombres armados.
Los ataúdes de madera de Malena y Elías Reyes llegaron la madrugada del sábado a la explanada frente a la fiscalía de Ciudad Juárez, donde se realizó el velorio. Ornelas fue trasladada a otro municipio, donde será enterrada por su familia.
Custodiado por unas 25 patrullas, el cortejo fúnebre salió luego hacia la comunidad de Guadalupe en el Valle de Juárez, donde fueron enterrados los dos hermanos.
"Desde 2009 no he dejado de cavar tumbas para mis hijos. Mis pérdidas son grandes: les tenía prohibido a mis hijos morirse antes que yo y no me hicieron caso", dijo al periódico El Universal Sara Salazar, de 73 años, y quien ha visto morir a cuatro de sus hijos, un nieto y una nuera.
Las desgracias de esta familia, caracterizada por la lucha social desde la década de los noventa, cuando se opusieron a un basurero tóxico en el sur de Texas, se iniciaron en 2009 con el homicidio de Julio César, hijo de Josefina y boxeador de profesión.
Josefina Reyes, asesinada el 3 de enero de 2010, promovió protestas contra los presuntos abusos de militares en Ciudad Juárez, luego de luchar por el esclarecimiento de asesinatos de mujeres y de ser activista sindical de maquiladoras.
La mujer fue baleada en la carretera que va de Guadalupe, lugar de residencia de su madre, a Ciudad Juárez, la más violenta de México y donde ella vivía.
Esta carretera, en la que también asesinaron a su hermano Rubén Reyes en agosto de 2010, corre paralela a la línea fronteriza con Texas, Estados Unidos, y atraviesa varias poblaciones que han quedado atrapadas entre el fuego de los narcotraficantes y la fuerte presencia militar.
Los asesinatos de Josefina, su hijo Julio César y de Rubén siguen sin esclarecerse, mientras que la casa de esta familia dedicada a la panadería desde hace 40 años en Guadalupe, fue incendiada el 15 de febrero pasado.
La familia abandonó la explanada ubicada frente a la fiscalía luego de haber mantenido un plantón en ese lugar desde el 9 de febrero pasado para demandar el regreso de sus hermanos y su cuñada asesinados.
Las dos cajas de madera de los hermanos Reyes fueron recibidas en la madrugada del sábado entre aplausos por ciudadanos y organizaciones sociales que se congregaron frente a la fiscalía para despedirlos.
La oficina en México del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU expresó su "enérgica protesta" por el asesinato y lo calificó de "indignante", mientras que Amnistía Internacional pidió a las autoridades mexicanas -que hasta ahora se han mantenido en silencio- medidas de protección para el resto de la familia.
BVC