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Los Zetas, detrás de la fuga de 546 en cuatro años
Detrás de estos escapes masivos orquestados por el grupo delictivo, hay un compromiso previo de lealtad hacia los delincuentes que los liberan. Los prófugos se convierten en el brazo armado del cártel.
De mayo del 2008 al 17 de septiembre del 2012, el cártel de Los Zetas, financió, estuvo detrás u operó fugas masivas en penales de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Veracruz y Zacatecas, que significó la evasión de 546 sicarios o simpatizantes de esa organización, luego que se separará del Cártel del Golfo, en el que fue su brazo armado, creado por el extraditado a Estados Unidos, Osiel Cárdenas Guillén.
De acuerdo con informes consultados por El Economista en el Sistema Penitenciario Federal y Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), la de mayor número de reos fugados fue la ocurrida en diciembre del 2010, cuando huyeron 151 del penal de Nuevo Laredo, Tamaulipas, y la segunda de mayor densidad es la suscitada el pasado lunes en Piedras Negras, Coahuila, con 129.
Sin embargo, la más espectacular fue encabezada también por Los Zetas, en el Centro de Readaptación Social de Cieneguillas, Zacatecas, donde un comando de sicarios disfrazados de elementos de la Agencia Federal de Investigación liberaron a integrantes de su grupo, así como del Cártel del Golfo, quienes juraron lealtad a sus libertadores dentro del penal.
Según las cifras, de junio del 2006 a principios de la administración del presidente Felipe Calderón, han ocurrido 23 fugas en Centros de Readaptación Social (Cereso) o penales en 12 entidades: Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Jalisco, Chihuahua, Quintana Roo, Oaxaca, Morelos, Estado de México, Zacatecas, Michoacán y Veracruz.
Penales o prisiones que se encuentran bajo la supervisión y administración de los gobiernos municipales y de 31 gobiernos de igual número de los estados, porque en el Distrito Federal son denominados reclusorios, que también administra la jefatura del gobierno capitalino.
Por el momento, en los Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos), donde se encuentran los más peligrosos, no ha ocurrido ninguna evasión, sólo se recuerda la del 18 de enero del 2001, recién iniciado el sexenio del entonces presidente Vicente Fox, cuando Joaquín El Chapo Guzmán, capo del Cártel del Pacífico, se fugó solo del penal de Puente Grande, Jalisco, y desde entonces, continúa prófugo de la justicia.
Hace unos meses, el responsable de la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP), Genaro García Luna, presumió ante representantes de la pasada Legislatura que las fugas, motines y luchas por el control del penal -autogobierno- no han ocurrido en los centros federales que se encuentran bajo su jurisdicción, luego de la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán Loera.
Si se sigue el registro, puede verse que los desaguisados por autocontrol, impunidad, complicidad y corrupción se han dado en los penales de las entidades mencionadas, las cuales se encuentran bajo tutela de nombrar a los responsables a presidentes municipales y gobernadores.
Con todo esto, hasta hoy, el número de fugas en los estados nombrados dan un total de 712 reos fugados, esto independientemente de los muertos por motines, riñas colectivas o saldos por las luchas del control de centros penitenciarios del país en el lapso revisado.
rtorres@eleconomista.com.mx