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Potencian el desarrollo de una organización en medio de un entorno competitivo

Creatividad y adaptación a nuevos ambientes tecnológicos y sociales son claves en la dinámica laboral diaria.

Líderes y colaboradores deben fortalecer las habilidades blandas para así apoyar el crecimiento de las empresas. Foto: Shutterstock

Líderes y colaboradores deben fortalecer las habilidades blandas para así apoyar el crecimiento de las empresas. Foto: Shutterstock

Si bien contar los conocimientos adquiridos a través de la preparación académica son fundamentales en la vida profesional, también existe la necesidad de afinar aquellas habilidades que permiten a una persona interactuar eficazmente con otros y que pueden significar un plus para las empresas.

Las habilidades blandas o soft skills son una combinación de prácticas sociales, de comunicación, aptitudes y capacidad de relacionarse con los demás, quienes las poseen, por lo general, trabajan bien en equipo.

Dichas habilidades están fuertemente ligadas a la inteligencia emocional y de acuerdo con la Universidad UTEL su gran valor para las empresas deriva de que se ha demostrado que facilitan la interacción y generan ambientes de trabajo agradables. Además, pueden significar la diferencia al momento de emprender un proyecto, solucionar un conflicto o relacionarse con los demás.

“No es un tema nuevo, existe una investigación de la Universidad de Harvard, la Fundación Carnegie y el Centro de Investigación de Stanford que inició con el “Estudio de Educación en Ingeniería” de Charles Riborg Mann en 1918, que señala que el 85% del éxito laboral proviene de tener habilidades blandas y personales, bien desarrolladas, y solo el 15% proviene de conocimientos o habilidades técnicas”, señalan.

Las habilidades blandas han demostrado ser esenciales en el periodo de recuperación de las organizaciones tras la pandemia, de tal manera que la empresa Worky ha identificado cinco soft skills necesarias para empresas en crecimiento entre las que se encuentran:

1. Pensamiento analítico e innovación. Los líderes o colaboradores deben tener la capacidad de identificar y reconocer la información relevante. Después separar o discernir las partes de un problema, deben, con un razonamiento lógico e innovación, tomar decisiones que contribuyan a dar solución a un problema.

2. Aprendizaje activo y estrategias de aprendizaje. En mercados competitivos, el aprendizaje constante determina cómo se desempeña una persona en su puesto laboral. Un colaborador joven podrá tener muchas habilidades innatas, pero si no está dispuesto al aprendizaje activo ni a aplicar habilidades de autogestión como la organización, toma de decisiones o cumplir metas, su desempeño día a día no tendrá éxito.

3. Uso y desarrollo de tecnología. La adaptabilidad a las nuevas tendencias tecnológicas es otra habilidad a desarrollar. La combinación del manejo de tecnologías como la automatización e inteligencia artificial con las habilidades interpersonales son la fórmula recomendada.

4. Liderazgo. Las organizaciones buscan a líderes y colaboradores confiables, disciplinados y motivados. Su tendencia debe ir hacia la cooperación, al establecimiento de sinergias y al trato agradable con los colaboradores.

5. Resolución de problemas. Desafiar lo tradicional o salir del confort son parte de las competencias blandas de un innovador, aquel líder o colaborador que plantea nuevas ideas y brinda soluciones a problemas no resueltos.

Otras características que también son parte de estas habilidades son la perseverancia, tolerancia a la frustración, comunicación efectiva, resiliencia y trabajo en equipo, capacidad de empatía y tolerancia a la presión.

alba.servin@eleconomista.mx

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