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Opinión

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Menos circo y más justicia

Cada día una batalla nueva, una cortina de humo más, un cúmulo de distracciones que busca dispersar nuestra atención de lo realmente importante y urgente. La profecía de lord Acton se cumple cabalmente en México: “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Haberle dado tanto poder a un grupo de ignorantes, corruptos y resentidos está poniendo en riesgo los cimientos de la República.

A partir del 2018 se ha perdido el frágil equilibrio de poderes en México. El partido en el poder acaparó el Ejecutivo y gran parte del Legislativo avanzando una agenda que rápidamente ha ido destruyendo instituciones que muchos años y mucho esfuerzo ha costado construir a los mexicanos. La esperanza: que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se mantuviera independiente para ser el freno de mano que impidiera la avanzada de una dictadura socialista en un país que ni lo merece ni lo permitirá.

Para gran sorpresa de abogados, juristas, jueces y magistrados, el 1 de octubre la SCJN dejó ver que la influencia del presidente es más grande de lo que hubiéramos querido e imaginado. Seis ministros decidieron alinearse a su capricho y, lejos de declarar inconstitucional la consulta para llevar a juicio a los expresidentes, le siguieron el juego reformulando la pregunta.

No obstante, el presidente ya había advertido que, con o sin el “aval” de la SCJN, su consulta iría sí o sí como todos sus proyectos fracasados, fruto del capricho y la necedad. La Corte falló para mal, pues lejos de recordarle que el gobierno se debe someter a la ley, reafirmó que lo que impera en México no es el Estado de derecho sino el régimen de un solo hombre.

La Corte les falló a México y a los mexicanos renunciando a su función de contrapeso. Una vez más, “la patria no fue primero” ni tampoco hacer que prevalezca la Constitución sobre el capricho de un solo hombre para limitar el poder político y salvaguardar los derechos de todos los mexicanos. La Corte optó por conceder en lugar de confrontar al Ejecutivo.

El reclamo ciudadano es unánime y contundente: los derechos humanos no pueden ser tema de mayorías o minorías, usar las consultas con fines políticos y para avanzar agendas personales es una aberración. En pocas palabras, como dijo el ministro Laynez: “La justicia no se consulta”.

Todo indica que el camino para recuperar a México es más largo y difícil de lo que creíamos. No importa, lo verdaderamente relevante es que cada día somos más los mexicanos dispuestos a alzar la voz, a unirnos y organizarnos para que México sea un país de libertades e instituciones. Sólo así estará a salvo nuestra frágil democracia, sólo así podremos salvar a la República.

Presidente, IPEA - Think Tank

T: @armando_regil

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Armando Regil Velasco es Presidente Fundador del Instituto de Pensamiento Estratégico Ágora A.C. (IPEA)

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