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Regulador británico obliga a Meta a vender Giphy
La empresa matriz de Facebook tendrá que vender su filial de ilustraciones animadas Giphy tras una decisión final del regulador de la competencia en el Reino Unido y un recurso fallido.
El gigante estadounidense de las redes sociales Meta, empresa matriz de Facebook, tendrá que vender su filial de ilustraciones animadas Giphy tras una decisión final del regulador de la competencia en el Reino Unido y un recurso fallido.
"La única manera de evitar un impacto significativo" de la adquisición de Giphy por parte de Meta sobre la competencia es "vender la compañía directamente", anunció el martes el organismo de control británico, CMA, en un comunicado.
Para Meta, esta compra era una forma de integrar la enorme biblioteca de imágenes animadas, o "gifs", de Giphy en Instagram, su aplicación para compartir fotos y vídeos.
Pero en opinión de la CMA, esta fusión "reduciría sustancialmente la competencia en dos mercados y ya ha provocado la eliminación de un competidor potencial en el mercado de la publicidad en línea en el Reino Unido".
El organismo consideró en noviembre del año pasado que la adquisición, realizada en mayo de 2020 por 315 millones de dólares, podría perjudicar tanto a los anunciantes como a los usuarios en línea y ordenó su venta.
El gigante estadounidense había recurrido dicha decisión y el martes reaccionó al nuevo anuncio declarándose "decepcionado por la decisión de la CMA".
Sin embargo, aceptamos su decisión final sobre el asunto", aseguró en un comunicado recibido por AFP. "Trabajaremos estrechamente con la CMA en la venta de Giphy", añadió.
"Seguiremos evaluando oportunidades -incluso a través de adquisiciones- para devolver la innovación y las opciones a más personas en el Reino Unido y en todo el mundo", concluyó el gigante de las redes sociales.
En la vista de apelación de abril, los abogados de Meta argumentaron que el gigante estadounidense no había recibido ninguna oferta firme para comprarle Giphy.
Esto, según ellos, demostraba que sus perspectivas de crecimiento en el mercado publicitario británico no eran necesariamente tan importantes como defendía la CMA.