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Arte e Ideas

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Atticus Finch, Sansa Stark y la necesidad de proteger personajes

La nueva novela de Harper Lee expuso a uno de los personajes más queridos de la literatura.

Como escribí en mi reseña sobre Go Set A Watchman de Harper Lee, el debate sobre el libro se volcó rápidamente (y por desgracia) alrededor de la revelación de que Atticus Finch, uno de los personajes más queridos de la literatura norteamericana, es una criatura de su propio tiempo, en lugar de ser del nuestro -en otras palabras, él se convirtió en un racista.

Aquella fidelidad de Atticus era hacia la ley y no hacia a la aplicación de la igualdad racial, y debió de haber quedado claro para los lectores de To Kill a Mockingbird, pero el tono más contundente de su discurso en Go Set A Watchman ha despertado una serie de conflictos entre los lectores que luchan con sus sentimientos por el ficticio abogado (incluso lamentan los nombres de sus hijos).

Una manera de hacer frente a este dilema mareador es sugerir que nuestra primera visión de Atticus es mayor a la segunda visión que Lee nos ha ofrecido. Como Katy Waldman argumentó en un artículo titulado Atticus se ha convertido en un racista confederado apologista , no debería cambiar nuestra opinión sobre él:

Hablando de ese atribulado Atticus, rechazo la idea de que tiene que responder ante el nuevo libro de Lee (que huele a un proyecto desechado de un viejo libro de Lee). El Atticus de To Kill a Mockingbird es una fortaleza, una creación literaria viva, y de lo que recuerdo de la hostilidad a la que se enfrentó cuando tomó el caso de Tom Robinson, ha sufrido mucho más. Go Set a Watchman no empaña el legado previo ni cambia su significado, enlista a personajes familiares en un doloroso experimento mental. Los resultados son sólo eso: fragmentos de la especulación, provocativos, que valen la pena, y a la vez entristecen .

"El Atticus de ‘un ruiseñor’ es una fortaleza . Kathy Waldman, Atticus se ha convertido en un apologista racista .

Este debate da paso a una pregunta más amplia: ¿Qué es lo que queremos de nuestros personajes de ficción? Es una consulta que permanece detrás de cada escena de la violación que nos asusta, cada personaje femenino que expresa sus sentimientos acerca de su fertilidad, y ahora, una deidad cuya mortalidad fue revelada. Es muy importante que nos demos cuenta.

Estos debates son acerca de nuestra inversión emocional y la identificación con los personajes que amamos. Queremos que Sansa Stark (Sophie Turner) se salve de la violación que la ha acechado desde la primera temporada de Game of Thrones, porque nos preocupamos por ella y no queremos que sienta más dolor.

Compartimos el orgullo de Scout hacia la dignidad y la valentía de Atticus y odiamos la idea de verla mancillada.

Cabe destacar que estoy a favor de la ficción que nos da el alivio de ver el mundo como debería ser o podría ser, más allá de restregarnos cuan dolorosas son esas realidades. Me reconforto más con las novelas de Tortall de Tamora Pierce que con Game of Thrones.

También creo que es útil interrogar nuestros deseos y la relación con las historias que leemos. ¿Estamos preocupados por la reputación de Atticus porque pensamos que Lee ha calumniado a su propia creación, o porque queremos creer en un sureño blanco ejemplar que se enfrenta a sus vecinos, incluso si eso significa hacer a Atticus más ejemplar en nuestra memoria como Lee lo hizo en Mockingbird...?

¿Pensamos que la lógica de Game of Thrones sugiere la probabilidad de que Sansa Stark podría escapar de la violencia sexual, o queremos creer que ella es una excepción a la brutal regla de la serie, porque la actuación de Turner se ha hecho tan real para nosotros? Una cosa es recurrir a la ficción en busca de un mundo mejor.

Otra cosa es querer que nuestra ficción sea algo distinto a lo que realmente es.

erp

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