Buscar
Arte e Ideas

Lectura 4:00 min

Caminar también tiene sus reglas

Especialistas proporcionan una guía para elegir el calzado que mejor le quede a nuestros pies y así evitar lesiones.

Hace unos días una de mis compañeras denunciaba con enojo cómo un par de tenis nuevos casi ponía fin a su naciente actividad atlética. Aunque aparentemente el calzado deportivo recién adquirido presentaba mejores características -costo más elevado y marca más reconocida-, no fue así.

Antes de atacar marcas, precios o materiales, la forma más viable de saber qué ocurrió era obtener respuestas a través de los profesionales. Aunque diferentes marcas de calzado te ofrecen diseños atractivos, debes tomar en cuenta otros factores más importantes antes de comprarlos , explican los especialistas de la Clínica Mayo.

Caminar es una de las actividades más comunes para las personas y se ha vuelto una opción muy recomendable para realizar ejercicio, puesto que permite fortalecer los músculos de las piernas sin sobrecargar los huesos o producir dolores musculares, por ello, uno debe estar atento a las señales que indican una deficiencia en el calzado.

Conocer nuestros pies

Si las largas caminatas le provocan dolores en los pies, o sus zapatos le causan lesiones, como ampollas y callos, muy probablemente el problema está en los zapatos que escogió. Para no tener molestias, es necesario encontrar zapatos para caminar que sean cómodos y que calcen bien. Además de ser livianos y ofrecer buena absorción de impacto, el calzado debe contar con ciertas características que lo hagan adecuado a cada tipo de pie .

Por ello, aquí una lista muy sencilla a considerar antes de ir de compras:

Partes básicas de un zapato (puntera, entresuela, muesca para el talón de Aquiles, entre otros). Sirve para escoger entre los muchos estilos y marcas a la venta. Es importante saber que no todos tienen una barra para estabilizar el pie ni almohadillas de gel, aunque muchos proporcionen soporte y amortiguación. Por ejemplo, una puntera espaciosa evita la aparición de callos, las suelas con ranuras y surcos otorgan mayor tracción, mientras que una plantilla adecuada soporta el arco del pie.

Considerar la forma. Los zapatos se deben adaptar a los pies y no al revés. El calzado demasiado estrecho o ancho puede causar ampollas y callos dolorosos; una puntera que no es lo suficientemente alta y no ofrece suficiente lugar para los dedos agrava problemas como juanetes y dedos en martillo.

Tipo de arco. El alineamiento intrincado de huesos, músculos, ligamentos y tendones en los pies forma arcos laterales (metatarsales) y a lo largo (longitudinales). Al caminar, éstos ayudan a equilibrar el peso corporal y juegan un papel importante en la adaptación del pie a varias superficies. Para ello se debe escoger de acuerdo con el tipo de arco. En el caso del neutro, no tienen un arco marcado ni son muy planos, búsquelos con entresuelas firmes, horma recta a semicurva y estabilidad moderada para la parte trasera del pie. El pie bajo o plano contribuye al estrés muscular y genera problemas en las articulaciones de algunos individuos; si tiene este arco, opte por calzado con una horma recta y control del movimiento para mejorar la estabilidad. En cuanto al alto, también ocasiona estrés en las articulaciones y los músculos, ya que los pies no absorben bien el impacto; busque buen almohadillado para compensar su falta natural de amortiguación. Una horma curva también es útil.

Mire los zapatos viejos para encontrar pistas sobre la forma del pie. Lleve su calzado usado cuando vaya a comprar uno nuevo, la mayoría de los zapateros profesionales le dará consejos sobre qué es mejor comprar basándose en cómo gastó sus zapatillas.

Los especialistas recomiendan remplazar los zapatos muy gastados, sobre todo en las suelas, pues aunque sigan resultando cómodos, es probable que no estén proporcionando suficiente apoyo o absorción de impactos.

Recordaron que los mejor diseñados del mundo o más costosos no necesariamente van a funcionar si no calzan bien.

Por ello, cuando uno va a la zapatería, lo mejor es: utilizar calcetines que uno usa con frecuencia, comprar después de una caminata considerable, pues ya se habrán hinchado un poco los pies por el esfuerzo, adquirirlos en tienda deportiva, con profesionales y con varias opciones. Al probarlos, camine con ellos en la tienda, moviendo los dedos de los pies, si no quedan por lo menos 1 centímetro y medio entre el dedo del pie más largo y la punta de la zapatilla, pida que le muestren un número más, además el talón debe calzar de modo justo, sin que se deslice.

nelly.toche@eleconomista.mx

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas