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Cómo decirle no al Blue Monday

La mayoría de los problemas de salud mental tienen que ver con depresión y ansiedad; 3.6 millones de mexicanos podrían estar deprimidos y, de ese universo, hasta 33% podría sufrir depresión resistente, revela un especialista a propósito del “Día más triste del año”.

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El Blue Monday se conoce como el “Día más triste del año”, y está fechado en el tercer lunes del mes de enero. Es un día en el que se afirma que colectivamente muchas personas se encuentran más tristes de lo habitual. Debido a un cálculo realizado por el psicólogo Cliff Arnall, donde según su ecuación (C+(D-d) 3/8xTI MxNA), factores como el clima, las deudas, el dinero que se cobra en este mes, el tiempo transcurrido desde Navidad, los intentos fallidos por dejar malos hábitos y la necesidad de actuar para cambiar algo en nuestras vidas, sumado a que el lunes suele ser un día odiado por muchas personas, nos llevan a esta circunstancia de infelicidad.

La fórmula en realidad ha sido calificada como pseudociencia, pues no cuenta con fundamentos empíricos sólidos, además, se ha señalado que la tristeza y la depresión son fenómenos complejos que no se pueden medir ni predecir de manera simple y que dependen de una amplia gama de factores individuales y sociales. Muchos especialistas están en contra de alentar este día, pero a lo largo de los años también se ha convertido en una oportunidad para darle la vuelta y reflexionar sobre la salud mental.

Actualmente, un gran porcentaje de los problemas de salud mental tienen que ver con depresión y ansiedad, por ello el doctor Ángel Alberto Ruiz Chow, psiquiatra del Centro Médico ABC, asegura que tenemos que dejar de estigmatizar estas condiciones. “Hoy 3.6 millones de mexicanos podríamos estar deprimidos, de ese porcentaje, hasta 33% pudiéramos estar con una depresión resistente”.

Explica que muchas veces nos damos cuenta de que algo no anda bien con nuestro ánimo, con las ganas de hacer las cosas, que la tristeza es constante y se acumula, pero ciertamente lo asumimos como algo “normal”, pensamos que está bien que nos pase, pues esto se ha asociado a la vida cotidiana. Sin embargo, lo que desconocemos con mucha frecuencia es que no todos los pacientes tienen que tener algún evento adverso en la vida para poder empezar con cuadros depresivos, ahí comienza la controversia y confusión.

“Las personas incluso evaden las circunstancias pensando que no tendrían por qué estar pasando por una depresión, que no hay una razón justificada, de pronto también las personas juzgamos que un evento adverso en nuestra vida no es motivo suficiente para estar deprimido. Por ello lo importante sería la empatía, ver desde los ojos de la persona que está sufriendo cambios en su estado de ánimo, y luego ver qué tanto está impactando en su vida”.

¿Cómo entender si algo no anda bien conmigo?

El especialista explica que el primer gran paso que tenemos que dar es considerar que la depresión es una enfermedad y romper con el estigma; es una enfermedad incluso cercana a la tristeza, pero hay que saber diferenciarla, dice Ruiz Chow. La tristeza se asocia al estado de ánimo que todos los seres humanos experimentamos por diversas circunstancias, y esto es “normal”, pero cuando ésta se vuelve continua y nos impide funcionar o desempeñarnos como deberíamos hacerlo en cualquiera de nuestras esferas, entonces esto se llama depresión.

Por fortuna, este padecimiento está muy bien caracterizado desde el punto de vista clínico y patológico –asegura el médico–, es decir, tenemos muchas herramientas para detectarlo; estudios de imagen, resonancias magnéticas funcionales, entre otras, pero la herramienta más importante es analizar cómo nos estamos sintiendo y desde cuándo está sucediendo esto. “Generalmente cuando ya llevamos más de dos semanas estando tristes, con baja de energía o no estamos disfrutando de las cosas que antes nos causaban gusto, es cuando nos tenemos que empezar a preguntar qué está pasando con nosotros”.

Con gran frecuencia en esta etapa aparecen las ideas de muerte o culpa por cosas del pasado, esto se une a alteraciones en el sueño, taquicardias, apetito en exceso o lo contrario, falta de apetito; también algunos pacientes pueden tener dolor en algunas partes del cuerpo donde no se encuentra una explicación lógica. Todo esto lo podemos analizar en primera persona, pero también si estamos cerca de alguien con estas características, tenemos una función.

Primero, debemos validar sus emociones, ser empáticos con la vivencia emocional de la persona, preguntarle a la persona si podemos ayudar de alguna manera y, en casos extremos, con personas que están casi inmovilizadas y no pueden ni salir de la cama, ofrecer ayuda profesional a través de un médico psiquiatra, o un psicólogo, incluso con un médico de confianza. En este sentido, Ruiz Chow aprovechó para hacer un llamado a la comunidad médica, para que cuando se presente un caso de esta naturaleza y no se sepa atender, tengan la sensibilidad para enviarlos con algún especialista.

Acciones preventivas a nuestro alcance

Ruiz Chow explica que hay muchos cambios a nivel neurológico y físico que se observan en los pacientes con depresión, el más conocido y que ha sido controversial es el cambio en las monoaminas (Neurotransmisor que contiene el grupo amino. Corresponde a la dopamina y noradrenalina), también interviene la serotonina, el sistema gabaérgico que es el encargado de regular la relajación en el sistema nervioso humano y el glutamato, un aminoácido cuya función en el sistema nervioso central consiste en facilitar y agilizar la comunicación entre las células nerviosas. Todo esto interviene de manera importante en una depresión.

Para atender estas áreas, un gran número de pacientes responden muy bien a tratamientos que actúan sobre la serotonina, pero otro grupo de pacientes no, hasta la tercera parte de pacientes que sufren depresión podrían convertirse en pacientes con depresión resistente. En este momento se deben utilizar otros fármacos que tienen uno o varios mecanismos de acción al mismo tiempo.

“La forma en que nosotros lo medimos es entrevistando al paciente, normalmente lo que nos da a nosotros un diagnóstico es la clínica, es decir, preguntando signos y síntomas”, lo demás es utilizado para corroborar la historia clínica. “Lo que se utiliza es el Manual Diagnóstico y Estadística, con ello la probabilidad de un buen diagnóstico es alta para los trastornos mentales. Es decir, cuando un psiquiatra te diagnostica depresión, es muy seguro que sea efectivo, cosa que no pasa con otras enfermedades”.

El médico comparte una lista de recomendaciones preventivas: evitar el consumo de sustancias, mejorar la actividad física y nutricional, bajar los riesgos cardiometabólicos, tener una salud financiera sana y entre más pronto se detecten síntomas iniciales, más rápido se puede tener una mejor respuesta; esto es urgente pues en México hay casos que tardan hasta 14 años en hacer un diagnóstico, “esto no es cosa menor y representa un trabajo de todos para alertar a la población, pues la salud mental es igual de importante que detectar un cáncer, una cardiopatía o un caso de diabetes”, concluyó el especialista.

nelly.toche@eleconomista.mx

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