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Arte e Ideas

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¿Cuánto puede cambiar la movilidad en 25 años?

No es ningún secreto: la tecnología modifica nuestro comportamiento. Nos adaptamos a las bondades que ofrece y con ello modificamos sustancialmente nuestro comportamiento. Podemos esperar que la movilidad humana como la conocemos en este momento se modifique para siempre.

El futuro de la transportación humana no podría ser más emocionante, sobre todo por el hecho de que en los últimos 100 años ha cambiado radicalmente, pero los próximos súper cambios están pronosticados para mediados de este siglo. Algunos ya están ocurriendo.

La tecnología que permite que nuestros autos sean 100% autónomos es ya una realidad; Así como este, otros avances de vanguardia están impulsando la siguiente etapa de la movilidad urbana.

No es ningún secreto: la tecnología modifica nuestro comportamiento. Nos adaptamos a las bondades que ofrece y con ello modificamos sustancialmente nuestro comportamiento. Podemos esperar que la movilidad humana como la conocemos en este momento se modifique para siempre con la irrupción de la tecnología en un futuro no muy lejano.

Suena como una idea del futuro pero, para todos aquellos que aún no lo saben, los coches autónomos son una realidad. Los vehículos autónomos pretenden jugar un rol importante en lo que a transporte se refiere y en lo que se vuelve una tendencia global y los autos autónomos comparten el espacio público con los autos manejados por personas, esta será una situación que necesitará la adaptación de los conductores, de peatones y de los mismos pasajeros de los autos autónomos que verán como una actividad que parece cotidiana, y que ha sufrido cambios paulatinos en los últimos 80 años, cambiará de manera radical de forma que habrá que concebir los trayectos en autos de manera diferente.

Pero mientras el concepto de vehículos autónomos se coloca en el inconsciente colectivo y al mismo tiempo que aumentan la popularidad en los mercados, algunos ya comienzan a pensar en cómo se afectará la vida del conductor, o más bien, del ocupante.

Movilidad en un entorno urbano

La movilidad humana no se limita solamente a los que conducen un auto, sin embargo es un problema común que no se ha podido resolver de forma definitiva en ninguna ciudad del mundo. Por ejemplo, el crecimiento acelerado de las ciudades en México se ha dado en un contexto de deficiencias y vacíos de la planeación urbana, su normatividad y de extensiones y zonas dispersas fragmentadas y excluyentes. Es por eso la movilidad, el tiempo que los ciudadanos tardan en sus traslados, la calidad y eficiencia de las alternativas de transporte y la contaminación que se genera como externalidad, son temas de gran relevancia para la Ciudad de México.

La expansión territorial de las ciudades sin una planeación adecuada conlleva a un desarrollo urbano de baja densidad con alta dependencia al automóvil. Este problema se replica con facilidad en otras urbes, que año con año aumentan sus habitantes. Según datos de la ONU, en 1950 el 30% de los habitantes de la tierra vivía en ciudades; para el 2015 la cifra llegaba al 54% (3,960 millones de personas); para el 2030 un 60% de la población mundial vivirá en urbes, lo que supondrá 5,060 millones de personas. Según el Banco Mundial en las próximas cuatro décadas, nueve de cada 10 latinoamericanos vivirá en una ciudad. A nivel mundial, más del 80% de la actividad económica global ya se concentra en las ciudades. Según el indicador City600 que elabora The McKenzie Institute, tres cuartas partes del PIB mundial provienen de la actividad económica que se realiza al interior de los 600 centros urbanos más grandes del planeta.

Las alternativas de movilidad se vuelven en un punto a resolver y pronto. Si la movilidad personal se hace más accesible y conveniente a partir de los vehículos autónomos compartidos al ritmo que se adoptaron tecnologías como los smartphones y el internet, el esquema de movilidad tendrá implicaciones serias y en el corto plazo. Un estudio de la consultora Deloitte llamado, La transformación de la movilidad urbana. Engranando el cambio estimó que para el 2040 las personas recorrerán 25% más kilómetros que en la actualidad, el cambio a los vehículos autónomos será más rápido en ciudades densamente pobladas, mientras que en zonas rurales y suburbanas será más lento, podrían surgir nuevos tipos de vehículos que hagan más viajes para cubrir el total de la demanda y que la demanda de vehículos podría descender hasta 40% al tiempo que ocurren dichos cambios esperados.

¿En qué puede cambiar la movilidad próximamente?

Todo esto es sólo un vistazo a lo que podría suceder en los próximos 25 años. Un estudio de la Universidad Wharton de Pensilvania, Estados Unidos, llamado Driving Forward: The Future of Urban Mobility afirma que pese a que el automóvil ha sido un elemento fundamental en la sociedad estadounidense, existen tendencias como compartir un automóvil que pronto harán que las prioridades de las personas se modifiquen. Incluso al punto de que ser el dueño de un automóvil ya no sea una prioridad. Sobre todo debido a que el uso de la tecnología ha resuelto un sin número de problemas a todos los que no tienen auto, pero comparten un auto con aplicaciones móviles todos los días.

Esto coincide con otro estudio de Deloitte. Según la consultora, una serie de tendencias convergentes, tanto tecnológicas como sociales, parecen estar gestando las condiciones de cambiar dramáticamente las formas en que las personas y los bienes se mueven. En particular, la confluencia del transporte compartido bajo demanda y el desarrollo de vehículos totalmente autónomos podría transformar la naturaleza de la movilidad.

Las implicaciones de este cambio son potencialmente profundas, afectando no sólo a la industria automotriz sino también a las aseguradoras, prestamistas, compañías de tecnología, proveedores de telecomunicaciones, proveedores de energía y gobiernos a todos los niveles. Estos cambios podrían también traer una gran cantidad de beneficios sociales profundos.

La congestión del tráfico podría disminuir a medida que los vehículos autónomos se sigan con seguridad unos a otros, a pulgadas de distancia y transiten fluidamente por las intersecciones. Los coches más ligeros y más eficientes, prometen mejorar la calidad del aire y reducir el consumo de energía. Los vehículos autónomos podrían eliminar muchos de los aproximadamente 90% de los accidentes de vehículos causados por el error humano.

Tener la propiedad de un coche, aunque sigue siendo atractivo por muchas razones, puede no ser casi tan divertido como lo fue alguna vez, especialmente en los corredores urbanos densamente poblados. En Europa, por ejemplo, se han aplicado diferentes medidas en contra del uso de los automóviles; sobre todo al interior de las principales ciudades. Una de las medidas más populares implica limitar la cantidad de estacionamientos, esto con la idea de que las personas que vayan a las ciudades se muevan en transporte público, así como los habitantes de esas ciudades no tengan tantos incentivos para adquirir un auto.

Otro de los ejemplos, es la aplicación de impuestos por el tránsito al interior de los centros urbanos. Para ello, los conductores deben pagar por una calcomanía con determinada vigencia para poder transitar en el centro de las ciudades.

Hay cada vez más evidencia de que los autos autónomos de mañana serán seguros, ecológicos y estarán inter conectados. La industria automotriz está avanzando hacia el automóvil autónomo. Pero no son las únicas predicciones al respecto.

¿Compartir o comprar?

Dado que el cambio hacia la movilidad autónoma compartida probablemente ocurrirá más rápido y dramáticamente en los entornos urbanos, Deloitte imaginó cómo las personas y los bienes se moverán en el futuro y qué tipos de vehículos, tecnologías, datos, servicios y capacidades son necesarios para hacer posible ese movimiento. Según las predicciones de la consultora, una persona podría tener todo tipo de servicios para su movilidad orientados a la comodidad del usuario, sumando además servicios relacionados.

Es probable que ofrecer un viaje intermodal con muchos medios de transporte intermedios sin fisuras requerirá un futuro ecosistema de movilidad que esté integrado, por lo que estamos ante un panorama mucho más complejo de lo que la industria automotriz extendida de hoy. Estos cambios presentarán nuevas oportunidades para ofrecer las diversas experiencias que los clientes demanden. Las compañías buscarán diseñar nuevos productos, servicios y soluciones que sirvan simultáneamente a cada forma o modos de transportación. Todos los involucrados deben empezar a establecer posiciones y, en el proceso, proporcionan los contornos de cómo podría verse ese ecosistema. Pero el primer paso es entender a qué roles las empresas aspiran y qué capacidades se requerirán para tener éxito en el ecosistema de mañana.

El desarrollo y fabricación de nuevos transportes como automóviles, camiones, autobuses, trenes y bicicletas, seguirá siendo una fuente crítica de valor. Pero al igual que el ecosistema de movilidad en su conjunto, el negocio del automóvil será más complejo que nunca. Según Deloitte, es probable que surjan nuevos productos, desde pequeñas cápsulas autónomas utilitarias hasta automóviles autónomos altamente personalizados y de propiedad personal. Y los cambios no se limitarán al automóvil de pasajeros: la tecnología de conducción automática probablemente infundirá trenes, autobuses, camiones comerciales y otras formas de tránsito, exigiendo que desarrolladores y fabricantes desarrollen sus capacidades en consecuencia.

El movimiento seguro y eficiente de personas y bienes dependerá fundamentalmente de la infraestructura subyacente, hecho que será igual de cierto que lo es actualmente. En consecuencia, persistirá el importante papel desempeñado por los proveedores de infraestructura física y de infraestructura energética. Estaciones de tránsito, carreteras, autopistas, vías navegables y estacionamiento público se volverán aún más interconectados, ya que los clientes cada vez esperan un transporte multimodal, según Deloitte.

Para cada jugador del nuevo ecosistema de movilidad, el futuro representa tanto oportunidades como desafíos, y los proveedores no son una excepción. Las empresas de este sector pueden enfrentar dramáticos cambios en sus bases económicas, mientras ciertas áreas del mercado se contraerán otras experimentarán mayores tasas de aceptación y crecimiento continuo.

Las nuevas ofertas y opciones de movilidad pelearán por obtener y compartir la cartera de clientes del sector, mientras los proveedores deben aprovechar la oportunidad que tienen de extender su huella a través de nuevos modelos de negocio.

ruy.rebolledo@eleconomista.mx

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