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De Santo Domingo a Fukuoka
El nuevo triunfo de Juan Luis Guerra es "A son de Guerra", disco adecuadísimo para ponerse en le estado mental veraniego.
Dos cosas hace bien Juan Luis Guerra: discos para ponerse de buenas y crossovers. Con ambas premisas cumple su nuevo disco, "A son de Guerra".
Un crossover es cuando un artista de cierto género da el brinco a otro totalmente distinto y se gana la aceptación del público del nuevo género.
Juan Luis Guerra se dedica a rescatar la bachata y el merengue, géneros tradicionales de su tierra, República Dominicana, que si bien son populares no suelen ser seguidos en masa por gente nacida más allá de La Habana y algunos barrios de Miami.
Cambio de géneros
Guerra ha llevado la música de su tierra a público diverso gracias a las fusiones exitosas que ha hecho con el rock, el blues y el góspel. Ha brincado del género tropical hasta la radio pop juvenil y la llamada música adulta contemporánea .
Será que Juan Luis Guerra allá por principios de los 90 conquistó el corazón de una generación con aquello de que quería ser un pez para mojar su nariz en la pecera de cierta aficionada a la piscicultura (suponemos) o que creó la fábula hospitalaria de amor ( El Niágara en bicicleta que, como la memorable La bilirrubina , narra el mal de amores como lo haría un estudiante de medicina con imaginación hiperactiva) o que se junta lo mismo con Café Tacvba que con Nelly Furtado y Maná.
El nuevo triunfo de Juan Luis Guerra es "A son de Guerra", disco adecuadísimo para ponerse en le estado mental veraniego. (Sí, está el Mundial de futbol y las decepciones que siempre nos depara, pero recuerde que también son vacaciones y aunque sea mentalmente uno quiere irse a la playa).
Entre rock y jazz
En A son de Guerra, Juan Luis hace un magnífico jazz en colaboración con músicos tan interesantes como el trompetista Chris Botti en la excelente Lolas Mambo . Hace un buen rock con el colombiano Juanes en la pieza La calle y crónica de actualidad al estilo de Rubén Blades (otro maestro del crossover) en Arregla los papeles y La guagua .
Como todos los discos de Juan Luis Guerra, está lleno de letras ingeniosas. La mejor la tiene el sencillo, cuyo título es insuperable: Bachata en Fukuoka . Trata una historia de amor que se desarrolla entre un viajero caribeño y una japonesa en la playa, por supuesto en la de Fukuoka, no la de Santo Domingo.
cmoren@eleconomista.com.mx