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Ejidatarios pedirán a AMLO abrir Ichkabal

El ejido de Bacalar solicitará directamente a López Obrador abrir la zona arqueológica de Ichkabal, luego de que no han podido llegar a un acuerdo ni con el gobierno del estado ni con el INAH.

Chetumal, QR. El ejido de Bacalar solicitará directamente al presidente Andrés Manuel López Obrador abrir la zona arqueológica de Ichkabal, luego de que no han podido llegar a un acuerdo ni con el gobierno del estado ni con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Luis Chimal Balam, comisario ejidal de Bacalar, dijo que la solicitud la harán durante la visita del presidente el próximo 24 de febrero a Chetumal.

La propuesta que le harán al presidente no es sólo la apertura del sitio maya y el aprovechamiento turístico de la zona, sino que el gobierno federal desista de las expropiaciones de terrenos ejidales, para que en vez de ello se integre a los ejidatarios como socios del desarrollo turístico que se detonará una vez que Ichkabal se abra al público y se convierta en el principal atractivo turístico del sur de Quintana Roo.

El dirigente ejidal explicó que la propuesta del INAH es pagar 400,000 pesos por cada una de las 121 hectáreas que abarcan la zona arqueológica y el área circundante, donde se abrirán los caminos de acceso y se instalará la señalética y demás infraestructura para habilitar turísticamente los vestigios arqueológicos.

Sin embargo, los 165 miembros del ejido han decidido de manera colegiada que no quieren deshacerse de sus tierras, sino que se los integre en el proyecto como beneficiarios, ya sea a través de rentas o algún otro mecanismo que les permita formar parte del auge turístico que las propias autoridades han adelantado que tendrá la zona.

A principios de la administración de Carlos Joaquín, la Secretaría de Turismo estatal (Sedetur) anunció que el rescate y “puesta en valor de la zona arqueológica de Ichkabal, detonaría inversiones hoteleras e inmobiliarias del orden de 1,000 millones de dólares en los próximos 15 años, lo cual hace de éste uno de los proyectos más emblemáticos de la actual administración estatal.

Chimal Balam explicó que las negociaciones partieron de una propuesta de 1 millón de pesos por hectárea, pero poco a poco se han ido recortando los ofrecimientos hasta 400,000 pesos, lo cual consideran inaceptable.

En diciembre del 2018, la hoy exdelegada del INAH en Quintana Roo, Adriana Velázquez Morlet, reconoció que hay un empantanamiento en las negociaciones con el ejido de Bacalar, por lo que está detenido el proyecto de apertura turística de la zona arqueológica de Ichkabal.

No se ha podido llegar a un acuerdo sobre el precio de las tierras ejidales que se necesitan para la puesta en valor turístico de estos vestigios arqueológicos. Mucho menos existe la posibilidad de integrar a los ejidatarios como socios del proyecto turístico, tal como lo han planteado tras rechazar las propuestas de expropiación que les ofrece el gobierno del estado y el propio INAH, dijo entonces.

“La normatividad vigente del INAH no prevé ningún esquema de asociación como el que piden los ejidatarios, por lo que legalmente no es viable”, aseguró.

Importancia de Ichkabal

La zona arqueológica de Ichkabal, llamado por algunos el Egipto de Mesoamérica, es la gran apuesta del gobierno de Quintana Roo para detonar turísticamente el sur del estado, pues se trata de uno de los atractivos conocidos como de Jerarquía 1, capaces de generar un gran movimiento de viajeros en torno suyo.

Según datos de la Sedetur, Ichkabal es una de las principales ciudades mayas del periodo preclásico, ubicada a 90 kilómetros de la laguna de Bacalar, lo cual implica desde la apertura de caminos, paradores turísticos y señalética, hasta estrategias de promoción que permitan dar valor turístico a este gran patrimonio arqueológico de Quintana Roo.

Por sus dimensiones aproximadas, dadas a conocer por el INAH, Ichkabal se caracteriza por la monumentalidad de sus basamentos, de más de 40 metros de altura y 200 metros de base, lo cual significa que son incluso cuatro veces más grandes que los vestigios arquitectónicos de Chichén Itzá.

La mayor parte de la arquitectura monumental de Ichkabal fue construida durante los periodos Preclásico medio y tardío (aproximadamente 350–50 a.C.). Cuenta con más de 30 km cuadrados de extensión y está conformada por seis grupos arquitectónicos, cuatro aguadas y tres enormes basamentos.

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