El Taller del Chucho, la catedral del stop motion, muestra sus secretos

El Taller del Chucho, en Zapopan, Jalisco, la zona urbana de Guadalajara, parece una galería de arte contemporáneo, un museo de penumbra con una exposición de obras escultóricas pequeñitas pero rebosantes en detalles. Desde aquí se ha gestado la apabullante mayoría de los cortometrajes de animación en stop motion que se han adueñado de los premios Ariel de la categoría en los últimos 25 años.

Pero, aunque parece un museo de lo raro, con una exposición de muñecos que parecen sacados de otras minúsculas realidades, El Taller del Chucho está cerrado para el público. Solamente un puñado de personas tiene acceso a través de un sistema de reconocimiento facial, entre ellas, siete de las y los más importantes animadores mexicanos de la actualidad. Entre ellos siete suman un palmarés nada más y nada menos que de 16 premios de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Y la gran mayoría sumó su talento para la creación de la oscarizada “Pinocho”, de Guillermo del Toro.

Pero esta semana, aquel museo secreto de la imaginación, que cobra vida cuadro por cuadro, desactivó su sistema de seguridad para permitir el acceso a un puñado de periodistas seleccionados de entre la gran convocatoria del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, que se realiza en el conjunto Santander de Artes Escénicas, nada más cruzando la calle, en esta zona de la urbe tapatía que concentra una notable infraestructura cultural.

Inmediatamente después de atravesar esa puerta de cristal y dejar atrás un clima que fácilmente rebasa los 35 grados, se revelan los secretos de donde sucede la magia. Es el primero de los tres foros del estudio de animación. En él se colocaron varios puppets y sets de cintas emblemáticas logradas por este colectivo de mentes geniales, desde las marionetas del corto “Los aeronautas” (2016), de León Fernández, y de “El octavo día, la creación” (2003), de Rita Basulto y Juan Medina, hasta tres de las maquetas del “Pinocho”, de Del Toro, en particular las creadas en este taller para la escena en la que el pequeño niño de madera es recibido por un grupo de conejos que juegan póquer rodeados por un muro de ataúdes. Es aquí donde se confirma que la paciencia es una virtud.

Las piezas son maravillosas en sus detalles, tanto como lo es el montaje de los sets y la tecnología de las cámaras y dollies creados para el desplazamiento con precisión que exige cada una de las tomas del stop motion.

El espacio está habitado por piezas que confirman que la chamba de hacer cine, fotograma por fotograma, es rigurosamente una disciplina artística.

Las sorpresas por venir

La anfitriona es Angélica Lares, directora del estudio, con quien El Economista conversa para conocer a detalle lo que sigue para este espacio, creado por aquel grupo de siete animadores junto con Guillermo del Toro y Raúl Padilla, que no para de tirar a más alto.

La cuatro veces premiada con el Ariel, Rita Basulto está por presentar su nuevo trabajo, “Humo”, en la edición en curso del FICG y en cinco días más se subirá al avión para llevarlo a competir en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, en Francia, el encuentro más importante para la industria de la animación en el mundo, donde se medirá con más de 35 trabajos animados con técnicas diversas provenientes de países como Reino Unido, Japón, República Checa, Finlandia, Canadá y Corea del Sur.

“La presencia de Rita en Annecy constata una vez más el gran talento y potencial que hay en el país y también reafirma la razón de ser de este taller”, destaca Angélica Lares.

Otro de los proyectos en puerta gestados por este colectivo es el cortometraje “Dolores”, la ópera prima de Cecilia Andalón, joven promesa de la animación, quien con una historia empática y bella en su composición, ofrecerá un acercamiento a las tumbas de tiro de la región occidental del México prehispánico. El corto estará listo para hacer gira de festivales en 2024.

¿En el mundo hay interés por hacer stop motion?

“Es un nicho muy pequeño. Ahora mismo hay un boom que hay que saber aprovechar. Es una burbuja, pero si vemos el pastel completo de la animación, el stop motion es una parte muy pequeña, aunque sí ha generado muchísimo interés. Pero es cíclico. Cuando nació Pixar, hubo un boom del 3D. Pero ahora tenemos nuestro boom (de animación en stop motion). Y muchas veces se ha dicho que este arte ya va a dejar de existir, que ya es arcaico, pero a la gente le gusta ver películas con esta técnica”, señala, pero indica que, dado que es cíclico, “tenemos el interés en abrirnos a otras técnicas”.

El Taller del Chucho se está expandiendo y reivindica una manera centenaria de hacer cine, tan clásica y tan vigente, y consolida a Jalisco como la capital iberoamericana de la animación en stop-motion, un furor que no se queda en efímero, sino que se concreta en un espacio con la tecnología al servicio de sus imaginantes.

Finalmente, se le pregunta a la directora del taller si hay en puerta más proyectos de colaboración con Guillermo del Toro, después del exitazo de “Pinocho”. Pero ésta se limita a responder: “ahorita no puedo hablar de eso”. ¿Guiño, guiño?

Ellos son los integrantes del Taller del Chucho:

• Rita Basulto – 4 premios Ariel (2001, 2009, 2014, 2016)
• Sofía Carrillo – 2 premios Ariel (2012. 2018)
• Karla Castañeda – 2 premios Ariel (2009, 2013)
• René Castillo – 2 premios Ariel (1999, 2002)
• León Fernández – 1 premio Ariel (2017)
• Juan Medina – 4 premios Ariel (2001, 2010, 2016, 2022)
• Luis Téllez – 1 premio Ariel (2019)

Conoce más sobre El Taller del Chucho

https://www.tallerdelchucho.com/index.html

Instagram: taller_del_chucho

Se pensó en el mundo de la animación

El Taller del Chucho está trabajando en dos proyectos de coproducción cinematográfica para la gestación de dos largometrajes, uno de sería España-México y el otro, Brasil-Uruguay-México. Asimismo, el Taller del Chucho sostendrá una conversación con el cineasta Guillermo de Toro en el marco del Festival de Annecy, en Francia.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx