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El aborto no sólo debe regularse en los códigos penales, sino a través de iniciativas de salud
“Mientras el aborto siga regulado penalmente, será un riesgo que corremos todas las mujeres; por eso debe ser sacado de los ámbitos penales y estar en el ámbito de la salud, de manera legal, segura, sin obstáculos y en condiciones de igualdad para todas las gestantes”, opina Fernanda Vanegas Luna, del Centro de Derechos Reproductivos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) todos los años se realizan 25 millones de abortos inseguros, la gran mayoría de ellos en países en vías de desarrollo de América Latina. Ante este hecho, en México se lleva a cabo el Segundo diálogo por un aborto seguro, se trata de un encuentro de lideresas a nivel regional que pondrán sobre la mesa cuáles son las estrategias actuales para avanzar y lograr acceso al aborto legal. “Se trata de traer información, seguir conversando y manteniendo el tema en la agenda”, asegura Catalina Martínez, directora regional del Centro de Derechos Reproductivos y una de las principales promotoras de la despenalización del aborto en varios países de la región latinoamericana.
En entrevista para El Economista, la integrante del movimiento Causa Justa y una de las querellantes en el histórico fallo que despenalizó el aborto en Colombia, asegura que México es uno de los países de la región que está a la vanguardia en el tema, sobre todo por la última decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que declaró como inconstitucional la penalización del aborto por el caso de Coahuila, pero que obliga a los jueces de todo el país, tanto federales como locales, a acatar la orden. Es decir, en casos futuros, impartidores de justicia deben considerar que son inconstitucionales las normas penales de los estados que criminalizan el aborto de manera absoluta.
Sin embargo, la implementación y adecuación normativa todavía depende de cada estado, mientras que para Colombia que no es un país federal, ya se tiene una aplicación inmediata para todo el territorio.
“México es uno de los países que normalmente miramos desde Latinoamérica para saber cómo están avanzando sobre derechos reproductivos, derecho al aborto y eso es importante de señalar”. Sin embargo, asegura que hay cosas que se pueden mejorar tanto interna como externamente revisando otras experiencias.
Algo que quizás sería importante que el país revaluara en el tema de aborto son los tiempos frente a los cuales se está despenalizando”.
El aborto desde un abordaje de salud
En la regulación mexicana, como en otros países se habla de un periodo de 12 semanas como las permitidas cuando hablamos de aborto, pero desde la voz de Martínez, se trata de un criterio no objetivo, ni fundamentado, que se hace más por tener una directriz para despenalizar o no, sin embargo explica que en países como los nuestros donde existen grandes desigualdades en el acceso a la salud, esto no puede ser posible. Por ejemplo, las mujeres que llegan en etapas tardías del embrazo, como el segundo trimestre, son mujeres que han enfrentado obstáculos, como ser víctimas de violencia sexual, o mujeres de las zonas rurales que fueron rebotadas de una instancia a otra, todo eso genera desigualdad.
“Creemos que eso es algo que se podría revaluar en México”, ya que en contra parte la evidencia científica, avalada por la OMS indica que el procedimiento de aborto es seguro y no representa riesgos si se hace a través del personal e información adecuados en cualquier etapa del embarazo. Aunque hay un incremento de los riesgos conforme el embarazo va avanzando, se considera un procedimiento “sencillo y extremadamente seguro”.
“Poder obtener un aborto seguro es una parte crucial de la atención de salud”, ha dicho Craig Lissner, director interino de Salud Sexual y Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS, al dar a conocer las últimas directrices sobre aborto seguro en 2022. “Casi todas las muertes y lesiones resultantes del aborto no seguro son totalmente evitables. Por eso recomendamos que las mujeres y las niñas puedan acceder a servicios de aborto y planificación familiar cuando los necesiten”.
La OMS en sus nuevos lineamientos deja claro que el aborto no debe estar regulado en los códigos penales, sino a través de iniciativas de salud. La OMS en ese sentido conmina a que se limine el delito de aborto.
En el caso de Colombia cuando la corte despenalizó el aborto, lo hizo hasta la semana 24, primero por un criterio de viabilidad del feto fuera del útero de la mujer, luego por un criterio de igualdad entendiendo que es un territorio que es desigual, por lo que se requiere que tanto la mujer que vive en la gran ciudad, como en las zonas rurales, tengan acceso a la salud.
Martínez agrega que el tema de igualdad implica interseccionalidad, es decir, una igualdad con niñas, con poblaciones indígenas, afro, con discapacidades, con mujeres migrantes, “se trata de muchos criterios de igualdad e inclusión, por ello no basta con despenalizarlo, que es un primer paso, sino que es necesario políticas púbicas que luego se puedan aterrizar en protocolos de salud, que tengan enfoques diferenciales y que permitan que diferentes grupos poblacionales puedan acceder al aborto”.
Despenalización legal y despenalización social
Con la despenalización del aborto Colombia vivió una decisión histórica que lo pone a la vanguardia en América y en el mundo. Además el movimiento en aquel país ha logrado diferentes cosas. Primero, crear un movimiento fuerte, sostenido, que genera información y combate estigmas que contribuyen a la despenalización social y eso contribuye a la implementación de la decisión legal, pues la gente de esta manera conoce sus derechos, explica Fernanda Vanegas Luna, directora de Incidencia y Relaciones Externas del Centro de Derechos Reproductivos.
Además se han hecho esfuerzos importantes con el ministerio de salud para crear políticas públicas, resoluciones y protocolos que nos permitan implementar la decisión, es decir, que todos los profesionales de salud en el territorio puedan conocerla.
Vanegas asegura que además de mirar los ejemplos de éxito, también es importante señalar lo que no hay que hacer, la otra cara de la moneda. Retrocesos como en Estados Unidos y en países donde el aborto sigue criminalizado en ciertas circunstancias y con condenas de más de 40 o 50 años de prisión aún son la realidad en América Latina y el mundo.
“Mientras el aborto siga regulado penalmente, este es un riesgo que corremos todas las mujeres, por eso el aborto debe ser sacado de los ámbitos penales y estar en el ámbito de la salud, de manera legal, segura, sin obstáculos y en condiciones de igualdad para todas las gestantes”.
Además de esta parte, Vanegas asegura que a la par debe haber una despenalización social del aborto, en este punto encontramos tabús, autocensura y un oscurantismo que rodea estos temas para poder sacarlos a la luz con información certera, científica y basándonos en decisiones de jurisprudencia internacional. “No podemos avergonzarnos de hablar de estos temas, el acceso al aborto es un servicio de salud y no hay vergüenza en eso”.
Ambas entrevistadas concluyen que se trata de romper la burbuja y llegar más allá de las organizaciones que históricamente se han ocupado del tema, “se han logrado movilizaciones que trascienden a estos grupos, hoy hay grupos de derechos humanos, tomadores de decisiones, políticos, gente con mucha visibilidad y muchas mujeres que se quieren sumar a la lucha, que buscan pertenecer al símbolo de la marea verde y todas ellas forman parte del movimiento. Esto ya no se puede medir, ni pesar, ni identificar, porque ya es muy grande, eso es la fuerza del movimiento y es invaluable”.